Qué pruebas no hacer
La demanda al laboratorio, incorrecta por exceso y defecto
Un estudio piloto de la Red de Gestión del Conocimiento en Laboratorios Clínicos de comparación de indicadores de adecuación a la demanda, realizado con 37 laboratorios de análisis clínicos de toda España ha planteado cuáles son las pruebas que no se deben realizar.
David Rodríguez Carenas | david.rodriguez@diariomedico.com | 17/06/2013 00:00
Carmen Hernando de Larramendi, María Salinas, Amalia Andrade, José Vicente García Lario, Begoña Pérez Remón y Maite López Garrigós, en la reunión de Sediglac en el Colegio de Médicos de Madrid. (Lenda)
Eso es lo que se ha planteado un estudio piloto de la Red de Gestión del Conocimiento en Laboratorios Clínicos (Redconlab) de comparación de indicadores de adecuación a la demanda, realizado con 37 laboratorios de análisis clínicos de toda España -sobre todo de la Comunidad Valenciana: 20-. Los resultados señalan que hay una inadecuación de la demanda tanto por defecto como, sobre todo, por exceso. "El número de pruebas ha aumentado, y seguirá haciéndolo, pero los recursos se restringen", ha explicado Maite López Garrigós, del Hospital San Juan de Alicante, centro coordinador del estudio, durante la XVI Reunión Nacional de Sediglac, celebrada la semana pasada en Madrid.
A esa inadecuación "contribuyen muchos factores, como la sensación de que realizar las pruebas es fácil, la presión de algunos pacientes, la medicina defensiva y la falta de concienciación por parte del médico peticionario del coste de la autodeterminación". Y las consecuencias son bien conocidas, sobre todo el mayor riesgo para el paciente y el aumento del gasto.
Por eso, los adscritos al estudio reciben los resultados propios de esos indicadores y un informe con la media de todos los laboratorios. De ahí salen intervenciones como las que ha llevado a cabo el Hospital San Juan de Alicante, explicadas por López Garrigós. Dos botones como muestra, uno de cada color.
Intervención por exceso: las peticiones de ácido úrico desde atención primaria eran de 281,6 por cada 1.000 habitantes en el departamento alicantino. Tras consensuar con otros clínicos, se quitó este valor del análisis básico y al tiempo se evaluaron sus peticiones respecto a las solicitudes de glucosa. Tanto esto como la prescripción de alopurinol descendieron, evitando tratamientos innecesarios.
Intervención por defecto: desde atención primaria había 46,5 peticiones de calcio sérico por cada 1.000 habitantes. Tras consensuarlo con otros clínicos, se les pidió automáticamente a los pacientes mayores de 45 años a los que no se les había solicitado en los últimos tres años. Si los valores sobrepasaban los 10,2 miligramos por decilitro -hipercalcemia- se actuaba. "Los profesionales del laboratorio también debemos ayudar a identificar claves", ha concluido López Garrigós.
Extensión
Intervenciones como éstas demuestran la utilidad del estudio, pero también piden a gritos más participación: "No tiene sentido si no se incrementa la participación en el estudio", ha comentado al respecto Amalia Andrade, del Complejo Hospitalario de Vigo. "Si se logra, se podrán hacer comparaciones entre comunidades autónomas y entre los centros de una misma comunidad". En la misma línea, María Salinas, jefa del Servicio de Análisis Clínicos de San Juan de Alicante, ha animado a participar a otros hospitales, pero también al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
En el capítulo de las soluciones a la inadecuación de la demanda, Begoña Pérez Remón, del Hospital Arnau de Vilanova, en Lérida, ha planteado que hay que hacer una gestión integral de las peticiones, incluyendo a todos los niveles asistenciales. "Esto se logra si los protocolos de gestión se incorporan a los sistemas de información y si los profesionales del laboratorio, que debemos implicarnos, somos conocidos por el resto de compañeros".
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