Políticas de infancia: ‘Mind the gap, please’
España ha pasado en tan solo cinco años del puesto cinco al puesto 19 de un total de 29 países en el índice general de bienestar infantil
Cualquiera que haya visitado el metro londinense se habrá encontrado con esta famosa frase escrita en el suelo para recordar a los usuarios permanentemente que tengan cuidado con el hueco o la brecha que se encuentra entre el andén y el tren, más pronunciada cuando la estación se encuentra en curva. Deberíamos escribir estas tres palabras a la entrada de los despachos y lugares de trabajo de las personas que nos dedicamos al bienestar de la infancia y recordar todos los días el peligro de la brecha que se produce entre teoría y práctica, entre promesas y realidad, entre gestión y primera línea.
Recientemente la Oficina de Investigación de UNICEF (2013) acaba de publicar su último informe sobre bienestar infantil en los países ricos y sus resultados nos muestran una dramática y preocupante situación de la infancia en nuestro país. El dato más llamativo quizás sea cómo España ha pasado en tan solo cinco años del puesto cinco al puesto 19 de un total de 29 países en el índice general de bienestar infantil. El país que más puestos ha descendido de todos los estudiados. Existe una alta proporción de niños en nuestro país (en torno al 20%) que se ven excluidos de las ventajas y oportunidades que la sociedad considera normales. Según este informe, en peor situación que nuestro país solo se encuentran Rumanía, Letonia y EE UU. Pero si se mide la profundidad de esa exclusión, o brecha de pobreza, caemos al último lugar de los 29 países más ricos del mundo, realmente vergonzoso.
En general no puede decirse que exista relación entre el PIB de un país y el bienestar general infantil, así la República Checa está mejor situada que Austria, Eslovenia mejor que Canadá o Portugal mejor que Estados Unidos. No se trata por tanto de un problema exclusivamente de dinero, sino de como se distribuye y de la aplicación de medidas salariales o sociales que reducen el gap o hueco ente los más ricos y los más pobres y hacerlo al principio del río de la vida resulta muy rentable, como lo ha sido en los países del norte de Europa, los primeros en esta clasificación. Nosotros necesitamos desarrollo social y poner énfasis en políticas redistributivas que se orienten hacia los derechos de la infancia. La sociedad del conocimiento está hoy más obligada que nunca a considerar la opinión y las necesidades de las personas menores de edad como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho que son. Ahora es urgente invertir en la infancia y en políticas serias para reducir las desigualdades sociales ocasionadas a base de recortar los recursos en las familias.
Tuvimos la ocasión de asistir en octubre de 2010 a la firma por parte de los partidos políticos mayoritarios en Andalucía del Pacto Andaluz por la Infancia en el marco del III Congreso Internacional de Unicef - Solidaria 2010. Este compromiso fue recogido en el Acuerdo por Andalucía firmado entre los dos partidos del actual Gobierno andaluz, y en él se recoge de forma expresa el mantenimiento de la inversión destinada a familia e infancia.
La actual organización institucional andaluza, apuesta hoy por colocar las políticas de infancia junto a las de salud, eso puede indicar una movilización hacia modelos similares a los países del principio de la tabla, y puede que si se apuesta por ello se acierte con una fórmula de coherencia con el discurso político basada en la educación, la sociedad del conocimiento, invertir en los más jóvenes, y sobre todo dirigir la mirada hacia los primeros años de vida.
Mind the gap please. “Tengamos todos cuidado, para no introducir el pie entre coche y andén”. Invirtamos donde hay que invertir y reforcemos las políticas para el bienestar infantil. “No metamos la pata”.
Antonio Molina Facio es psicólogo especialista en protección de infancia y bienestar infantil, Cádiz y Mariano Hernán García es profesor de salud pública y bienestar infantil, Escuela Andaluza de Salud Pública, Granada
Recientemente la Oficina de Investigación de UNICEF (2013) acaba de publicar su último informe sobre bienestar infantil en los países ricos y sus resultados nos muestran una dramática y preocupante situación de la infancia en nuestro país. El dato más llamativo quizás sea cómo España ha pasado en tan solo cinco años del puesto cinco al puesto 19 de un total de 29 países en el índice general de bienestar infantil. El país que más puestos ha descendido de todos los estudiados. Existe una alta proporción de niños en nuestro país (en torno al 20%) que se ven excluidos de las ventajas y oportunidades que la sociedad considera normales. Según este informe, en peor situación que nuestro país solo se encuentran Rumanía, Letonia y EE UU. Pero si se mide la profundidad de esa exclusión, o brecha de pobreza, caemos al último lugar de los 29 países más ricos del mundo, realmente vergonzoso.
En general no puede decirse que exista relación entre el PIB de un país y el bienestar general infantil, así la República Checa está mejor situada que Austria, Eslovenia mejor que Canadá o Portugal mejor que Estados Unidos. No se trata por tanto de un problema exclusivamente de dinero, sino de como se distribuye y de la aplicación de medidas salariales o sociales que reducen el gap o hueco ente los más ricos y los más pobres y hacerlo al principio del río de la vida resulta muy rentable, como lo ha sido en los países del norte de Europa, los primeros en esta clasificación. Nosotros necesitamos desarrollo social y poner énfasis en políticas redistributivas que se orienten hacia los derechos de la infancia. La sociedad del conocimiento está hoy más obligada que nunca a considerar la opinión y las necesidades de las personas menores de edad como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho que son. Ahora es urgente invertir en la infancia y en políticas serias para reducir las desigualdades sociales ocasionadas a base de recortar los recursos en las familias.
Tuvimos la ocasión de asistir en octubre de 2010 a la firma por parte de los partidos políticos mayoritarios en Andalucía del Pacto Andaluz por la Infancia en el marco del III Congreso Internacional de Unicef - Solidaria 2010. Este compromiso fue recogido en el Acuerdo por Andalucía firmado entre los dos partidos del actual Gobierno andaluz, y en él se recoge de forma expresa el mantenimiento de la inversión destinada a familia e infancia.
La actual organización institucional andaluza, apuesta hoy por colocar las políticas de infancia junto a las de salud, eso puede indicar una movilización hacia modelos similares a los países del principio de la tabla, y puede que si se apuesta por ello se acierte con una fórmula de coherencia con el discurso político basada en la educación, la sociedad del conocimiento, invertir en los más jóvenes, y sobre todo dirigir la mirada hacia los primeros años de vida.
Mind the gap please. “Tengamos todos cuidado, para no introducir el pie entre coche y andén”. Invirtamos donde hay que invertir y reforcemos las políticas para el bienestar infantil. “No metamos la pata”.
Antonio Molina Facio es psicólogo especialista en protección de infancia y bienestar infantil, Cádiz y Mariano Hernán García es profesor de salud pública y bienestar infantil, Escuela Andaluza de Salud Pública, Granada
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