viernes, 5 de julio de 2013

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El papel del farmacéutico es clave ante las carencias informativas de los pacientes y para contribuir al uso más racional del medicamento

  
Madrid (05/07/2013) - Redacción

Así se destaca en la jornada 'El valor del farmacéutico comunitario y del medicamento en el Sistema Nacional de Salud'

La jornada 'El valor del farmacéutico comunitario y del medicamento en el Sistema Nacional de Salud' ha sido el marco para profundizar en los últimos datos del Programa D-VALOR: el valor de la dispensación, así como debatir el rol asistencial del farmacéutico comunitario en el SNS. Una de las conclusiones principales del Programa D-VALOR es que el valor de la dispensación, que se ha presentado en la jornada, indica que más de un 40 por ciento de los pacientes estudiados tiene carencias informativas significativas sobre sus tratamientos farmacológicos en cuanto a su indicación, su posología, su forma de uso o la duración del tratamiento.
La jornada también ha acogido un debate sobre el papel del farmacéutico en el SNS del que se han extraído una serie de propuestas que contribuyan a la gestión eficiente de los recursos disponibles. Por otra parte, la prescripción por principio activo y el uso de genéricos han favorecido una política más racional en el uso de medicamentos y una mayor accesibilidad de los pacientes a los tratamientos.
Jesús Gómez, presidente de SEFAC, ha señalado que "iniciativas como D-VALOR demuestran que el farmacéutico comunitario tiene mucho que ofrecer y debería ser, por sus conocimientos y proximidad a los pacientes, el profesional de referencia para mejorar el cumplimiento terapéutico". Y ha añadido: "Sin el farmacéutico no se puede hacer un abordaje integral de los pacientes, especialmente los crónicos, ni mejorar la eficiencia del Sistema Nacional de Salud".
Desde la perspectiva de la industria farmacéutica también se apuesta por potenciar el papel del farmacéutico en la sostenibilidad del SNS. Según ha señalado Elena González, senior director de Mylan, durante la presentación de las conclusiones del debate, "actualmente las farmacias facilitan una relación directa y de confianza entre los profesionales y los pacientes. El rol del médico y del farmacéutico es fundamental para que los pacientes puedan acceder a tratamientos asequibles y de calidad. Este hecho, combinado con una potenciación del uso de los medicamentos genéricos, puede contribuir al ahorro de costes y a un mejor uso de los recursos disponibles".
Según ha indicado Borja García de Bikuña, presidente de la Fundación PharmaceuticalCare, durante la jornada "el presente y futuro de la farmacia pasan por la atención farmacéutica y el desarrollo de servicios profesionales y es por este motivo que la Fundación se ha sentido especialmente cómoda trabajando y colaborando en un proyecto como D-VALOR, que ha contribuido a ensalzar el servicio que con más asiduidad prestan las farmacias comunitarias, que no es otro que la dispensación de medicamentos".
El Programa D-Valor
El 'Programa D-VALOR. El valor de la dispensación' es el mayor estudio realizado hasta la fecha en España para evaluar la dispensación farmacéutica como elemento imprescindible en la mejora de la atención a los pacientes y sus conocimientos sobre sus tratamientos. En el estudio han participado más de 2.500 farmacéuticos y se han registrado 200.000 dispensaciones de cinco de los grupos terapéuticos más habituales en las farmacias comunitarias: bifosfonatos, antiasmáticos, benzodiacepinas, estatinas y AINE.
La Jornada ha acogido también un coloquio para conocer desde la perspectiva de la Administración, los legisladores, los profesionales sanitarios y los pacientes qué aportaciones puede hacer el farmacéutico comunitario para mejorar la salud de los pacientes y la sostenibilidad del SNS.
El coloquio ha contado con la participación de Jesús Gómez, presidente de SEFAC; Belén Prado, viceconsejera de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid; José Martínez Olmos, portavoz de Sanidad del PSOE en el Congreso de los Diputados; José Luis Llisterri, presidente de Semergen; Ana Aliaga, secretaria general del Consejo General de COF, y Ana Fernández Marcos, directora de Relaciones Institucionales de la Asociación Española Contra el Cáncer (aecc).
Marichu Rodríguez, ex presidenta de SEFAC, ha sido la encargada de presentar en nombre de las organizaciones impulsoras de D-VALOR una serie de propuestas para reforzar el papel del farmacéutico comunitario y la sostenibilidad del SNS. Estas propuestas abarcan cuatro aspectos clave.
Investigación: en colaboración con todos los agentes implicados
Existe un porcentaje elevado de los pacientes que tiene carencias informativas significativas sobre sus tratamientos. Dichas carencias influyen en la percepción que los pacientes tienen de la seguridad y efectividad de los tratamientos, lo que podría comprometer el cumplimiento terapéutico y generar la aparición de problemas relacionados con la medicación.
El farmacéutico comunitario, por conocimientos, capacidad y proximidad a los pacientes, debería ser el profesional sanitario de referencia para resolver ese amplio margen de mejora en la información que reciben los pacientes sobre sus terapias farmacológicas. Iniciativas como el Programa D-VALOR demuestran que el farmacéutico comunitario está motivado y dispuesto a asumir el liderazgo en la información y la educación para la salud en lo relacionado con el uso de los medicamentos.
Por otra parte, es necesario impulsar más la investigación en la farmacia comunitaria de cara a evidenciar y resaltar los beneficios que tiene la labor asistencial de los farmacéuticos para los pacientes y el sistema sanitario. La colaboración entre sociedades científicas, organizaciones colegiales e industria farmacéutica se antoja fundamental para propiciar este impulso.
Servicios profesionales farmacéuticos: fundamentales para el SNS
La dispensación de medicamentos es el servicio más habitual de las farmacias comunitarias. Sin embargo, existen otros muchos, tanto relacionados con los medicamentos como con la prevención y promoción de la salud que deben fomentarse más, llevarse a la práctica con la suficiente capacitación y difundirse aportando evidencia científica de sus resultados para consolidar el rol asistencial del farmacéutico comunitario en el SNS.
Implantar un catálogo de servicios profesionales sobre medicamentos y salud pública en la farmacia comunitaria puede contribuir a fortalecer el nivel asistencial de la AP y a reducir la carga asistencial de los centros de salud. La Administración debería valorar esta posibilidad para establecer una cartera básica retribuida que garantice una prestación de estos servicios equitativa y de calidad, al margen de que los pacientes, libremente, pagaran por otros servicios que cubran otro tipo de necesidades.
Dentro de las aportaciones del farmacéutico comunitario a la reducción de la presión asistencial de los centros de salud debería estudiarse, como ha sucedido con otros colectivos y ya sucede en otros países, la posibilidad de que los farmacéuticos puedan indicar determinados medicamentos que precisan prescripción médica, basándose en protocolos consensuados con las sociedades científicas médicas.
Coordinación y trabajo multidisciplinar: un abordaje integral del paciente
La cronicidad y la polimedicación, junto con la atención domiciliaria, son retos que el sistema sanitario tiene que afrontar de forma inminente como consecuencia del envejecimiento de la población. Para ello, es imprescindible un abordaje integral de los pacientes que necesitará de una mayor integración del farmacéutico comunitario en las estructuras y estrategias de decisión del SNS.
Dicha integración debería pasar por una mayor coordinación, comunicación y colaboración entre los profesionales sanitarios, así como por la extensión de protocolos de actuación consensuados a nivel multidisciplinar.
Los pacientes son el centro del sistema y su participación activa debe ser tenida en cuenta por todos los profesionales sanitarios y la Administración sanitaria para obtener resultados óptimos en salud. Sin la colaboración e implicación de los pacientes no es posible el éxito terapéutico y esto implica asumir también que las historias clínicas o farmacoterapéuticas no pertenecen a los profesionales, sino a los pacientes que son quienes deben autorizar o no a su acceso.
Sostenibilidad: un marco legislativo estable
La sostenibilidad de la prestación farmacéutica y de un sistema sanitario accesible, de calidad y eficiente exige un marco legislativo estable y el máximo consenso posible por parte de todas las partes implicadas en su funcionamiento: Administraciones, partidos políticos, profesionales sanitarios, pacientes e industria farmacéutica. Es responsabilidad de las instituciones que tienen la capacidad legislativa hacer realidad ese consenso.
La prescripción por principio activo y el uso de los medicamentos genéricos han favorecido una política más racional en el uso de medicamentos y mayor accesibilidad a los tratamientos. Sin embargo, también se ha impulsado una continua reducción de los precios de los medicamentos que, unido a las dificultades de pago de las Administraciones, ha dañado la viabilidad económica del sector y que no tiene más margen de recorrido si se quiere salvaguardar la actual red de farmacias.
En la búsqueda de esa estabilidad económica sería deseable establecer un diferencial de precios estables entre medicamentos genéricos y de marca, que se aleje de visiones cortoplacistas y que propicie ahorros a medio y largo plazo.

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