Cinco autonomías han aplazado el proyecto
La 'eReceta' aspira a ahorrar un 20% de consultas y 457 millones
Sanidad incluye los cálculos en la reforma de las Administraciones Públicas para 2013-2015. Las autonomías debían haber implantado la receta electrónica antes del 1 de enero
Laura G. Ibañes | 15/07/2013 00:00
La receta electrónica debería haber estado completamente implantada en todas las autonomías antes del 1 de enero de este año, según decretaba el RDL 9/2011, pero todavía hay cinco autonomías bastante rezagadas que fían el proyecto a 2014 o incluso 2015 (Murcia, Castilla y León, La Rioja, Madrid y Asturias) y otras tantas adoptando el cambio a marchas forzadas a lo largo de este año. Andalucía, Cataluña, Valencia, Extremadura, Baleares, Castilla-La Mancha, Galicia, Aragón, Navarra, Cantabria y Canarias sí dicen, sin embargo, tenerla en marcha ya para más del 90 por ciento de sus recetas de atención primaria o esperan tenerla para antes de fin de año y estar, en su mayoría, culminando la implantación en hospitales.
De la implantación a tiempo de la receta electrónica depende mucho. Concretamente 457 millones de euros que espera ahorrar el Ministerio de Sanidad gracias al menor gasto en papel y a la reducción estimada de un 20 por ciento de las consultas médicas por menor frecuentación de los pacientes crónicos. Así al menos consta en las directrices económicas que han guiado la reforma de las Administraciones Públicas que prepara el Gobierno y que aspira a conseguir entre 2013 y 2015 hasta 558 millones de euros de ahorro en materia de sanidad, el grueso de ellos 457 millones, por la implantación de la receta electrónica.
Las autonomías que más consolidada tienen ya la e-receta estiman, sin embargo, en algo menos la reducción de las consultas médicas, si bien algunas, incluso no han sido capaces de cuantificarla.
Concretamente, desde Andalucía, que fue pionera en la implantación de la receta electrónica desde 2003, se afirma que en un estudio pormenorizado "se ha constatado una reducción del 15,28 por ciento en el número de visitas a las consultas de atención primaria gracias a que en un mismo acto el facultativo prescribe el tratamiento completo al paciente". En términos cuantitativos, Andalucía cifra en 38 millones las consultas evitadas desde 2006.
En el caso catalán, que inició la eReceta en 2008 y la tiene ya implantada en el cien por cien de centros de primaria y el 75 por ciento de hospitales, la cifra de reducciones de consultas se estima en 4 millones de consultas y se hace hincapié en "la descarga burocrática que representa para los profesionales sanitarios".
La Comunidad Valenciana sí ofrece una estimación más alta, aunque no cuantificada exactamente, de una reducción del 25 por ciento de las consultas, a lo que añade que "un 61 por ciento de los pacientes declaran acudir menos al centro de salud desde su implantación". Ante la dificultad de ofrecer cálculos exactos Baleares se aferra a un estudio realizado en el primer año de implantación de su receta electrónica, que constató que "la frecuentación al médico disminuyó un 8,9 por ciento y a enfermería un 11,8 por ciento".
El resto de autonomías, como Asturias, que finalizará el pilotaje de la eReceta en septiembre y aspira a tenerla implantada por completo en la primavera de 2015, hacen suyas con optimismo las cifras de ahorro previstas por Sanidad, que estiman entre un 20 y un 30 por ciento tanto el número de consultas como el tiempo dedicado al hacer la prescripción. Con más o menos porcentaje de reducción de consultas, el problema radica, con todo, en conseguir implantar la eReceta a tiempo, y para varias autonomías eso ya no es posible.
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