lunes, 1 de abril de 2013

David contra Goliat | Sociedad | EL PAÍS

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ANÁLISIS

David contra Goliat


La sentencia de India es un fuerte golpe contra las trasnacionales farmacéuticas occidentales


Después de siete años de litigio, el gigante farmacéutico suizo Novartis ha perdido el caso ante el Tribunal Supremo de la India. El lunes 1 de abril del 2013, el Supremo rechazó la petición de patente para un costoso producto contra el cáncer con el nombre de marca Gleevec (o Glivec, dependiendo del país). Un fuerte golpe contra las trasnacionales farmacéuticas occidentales cada vez más interesadas en un mercado de 1.200 millones de personas. El mercado farmacéutico de la India es solo el decimocuarto en tamaño, pero viene creciendo a un ritmo del 13-14 % anual en el segundo país más poblado del mundo.(cfr. Gopa Kumar in ip-health@list.keionline.org).

Desde 2006, Novartis viene luchando en diferentes instancias jurídicas de la India para obtener la patente para el Gleevec. En 2006 y luego en 2009 India había rechazado la patente sobre la base de que no se trataba, según la ley de propiedad intelectual de la India, de un nuevo medicamento sino de una simple modificación de una molécula ya conocida. El medicamento simplemente no cumple con uno de los requisitos de patentabilidad, el de la novedad. No contento con el fallo, Novartis llevó el caso al Tribunal Supremo para contestar el artículo de la ley de propiedad intelectual de la India conocido como la sección 3(d). Artículo perfectamente consistente con las exigencias del acuerdo sobre los ADPIC de la Organizacion Mundial del Comercio. Con cinismo el gigante suizo, como no le convenía la ley de la India, intentó cambiar la ley. La víspera del fallo, Paul Herrling, director de investigación de Novartis y miembro del grupo de expertos CEWG (Consultative Expert Working Group on Research and Development) de la OMS, habia declarado al Financial Times que “si la situación actual continúa, es decir que todas las mejoras a una molécula existente no serán patentables, estos ‘nuevos’ medicamentos no serían conmercializados en la India” cfr. http://www.ft.com/intl/cms/s/0/c377e20a-99eb11e2-83ca-00144feabdc0.html

Los propósitos de Herrling al Financial Times son una amenaza indecente que las firmas farmacéuticas no cumplirán, tratándose del segundo país más poblado del mundo.

Según MSF, citado por Le Monde del primero de abril de 2013, el precio del Glivec en la India es de 4.000 dólares por persona por mes (3.122 euros), cuando el de la versión genérica, el Imantinib, es de 73 dólares por persona por mes (57 euros). Ello en un país donde el 40% de la población vive con menos de 1,25 dólares (0,97 euros) al día.

Desde que el caso entró en el Tribunal Suprema para denunciar la ley de propiedad intellectual, dejó de ser un litigio de Glivec contra la India y se convirtió en el caso de la Salud Pública contra la grande industria farmacéutica. La India seguirá negándose a patentar pequeñas modificaciones (conocido con la expresión inglesa evergreening) y muchos países podrán seguir su ejemplo para permitir el acceso a medicamentos de las poblaciones sin recursos. El Glivec de Novartis está patentado en más de 40 países, incluidos los EE UU, Rusia y China. El artículo ya citado del periódico Le Monde menciona que se trata del medicamento más vendido de Novartis, con ventas en el 2012 por un valor de 4.600 millones de dólares (3.590 millones de euros).

En los círculos jurídicos de Nueva Delhi se rumoraba que el abogado de la firma Novartis cobraba 40.000 dólares por día (más de 31.000 euros), un tal despilfarro para llegar a este fiasco. Parece que las multinacionales farmacéuticas no aprenden, un año antes la firma Pfizer perdió un caso en la corte de la India, cuando contestaba la licencia obligatoria concedida para un producto contra el cáncer del riñón, llamado Stutent y la firma Roche perdió también el caso cuando trató de contestar la licencia obligatoria de un producto contra la hepatitis C Pegasys (cfr. Gopa Kumar op.cit.).

La industria de genéricos de la India, considerada como la farmacia del Tercer Mundo, podrá seguir fabricando y exportando este y muchos otros medicamentos a precios al que las personas o los sistemas de salud de muchos países podrán tener acceso. Raras, pero esta es una victoria del David de muchas organizaciones no gubernamentales y salubristas del mundo entero que vienen apoyando el Gobierno de la India en este caso de Novartis contra la ley de propiedad intelectual de la India.

Germán Velásquez es exdirector de propiedad intelectual y salud pública en la Organización Mundial de la Salud, actualmente Consejero especial del Centro Sur para Salud y Desarrollo.

La justicia de India falla en contra de Novartis y defiende los genéricos

El Supremo rechaza la patente de un anticancerígeno de la farmacéutica suiza

El fármaco de la multinacional cuesta más de 2.000 euros por paciente al mes y los genéricos 156





Una imagen de una protesta contra la farmaceútica suiza. / I. MUKHERJEE (AFP)



El Tribunal Supremo de India ha dictado hoy una sentencia favorable a los fabricantes indios de genéricos en el juicio que los enfrentaba a la farmacéutica multinacional suiza Novartis. Los jueces han rechazado la patente de Novartis por el mesilato de imatinib (medicamento anticancerígeno comercializado como Gleevec) porque es una modificación de un producto anterior y sus propiedades no han cambiado, según el abogado de la defensa, Anand Grover.

Novartis tendrá que pagar las costas del proceso judicial, aunque la empresa suiza dispone de 90 días para apelar el fallo judicial. La multinacional ha declarado que esta sentencia "no favorece la innovación", que para ellos es "esencial" para que la medicina avance. "Sin patentes, no habrá nuevas medicinas para enfermedades no tratadas y no habrá tampoco nuevos genéricos", señaló la empresa al comienzo del juicio.

Sin embargo, Grover asegura: "No es verdad que el resultado del juicio va a afectar la inversión en investigación y desarrollo de las compañías. Las compañías farmacéuticas quieren hacer dinero sin innovación”. La sentencia, según la defensa, defiende los derechos de los pobres de la India y también beneficia a los pacientes de los países en vías de desarrollo, pues el fármaco de Novartis costaba 2.600 dólares por paciente al mes (algo más de 2.000 euros), y las versiones genéricas 200 dólares (unos 156 euros).

El caso de Novartis en India ha sido seguido de cerca en todo el mundo por la industria farmacéutica, las ONG y los pacientes, ya que una sentencia favorable a Novartis habría tenido un efecto dominó con la concesión de más patentes, lo que habría puesto en peligro el papel de India como principal proveedor de medicamentos baratos a los países en desarrollo. Sin embargo, el fallo de hoy sienta precedentes porque se darán menos patentes a medicinas que no representen una innovación significativa. Pfizer y Roche, perdieron dos patentes el año pasado, pero han apelado. Tras la decisión del Supremo indio, es menos probable que las recuperen, dicen los analistas.

Los activistas en India han dado la bienvenida a la decisión del alto tribunal, que llega después de seis años inmerso en una batalla legal, durante la cual diferentes juzgados indios habían considerado también que el medicamento de la farmacéutica suiza no representa una innovación. “Han fallado los ataques de Novartis en la ley de patentes de India que protegen la salud pública. La decisión del Tribunal Supremo ayudará a que las compañías no abusen el sistema para obtener patentes injustificadas para medicinas ya existentes, que evitan que haya competencia de genéricos de bajos precios en medicinas esenciales, como para el VIH”, asegura la encargada de la campaña para acceso a las medicinas de MSF India, Leena Menghaney.

India dejó en 1970 de conceder patentes de medicamentos, pero la ley fue enmendada en 2005 para cumplir la normativa de la Organización Mundial del Comercio (OMC), de la que el gigante asiático es Estado miembro. Nueva Delhi se abrió entonces a admitir el registro de medicamentos, pero estableció el merecimiento de la patente en función de que el fármaco presentase una innovación significativa. La cláusula 3d de la ley de Patentes específica que solo se concederán patentes a las innovaciones para evitar que las compañías farmacéuticas modifiquen ligeramente un medicamento y alarguen la patente para impedir la producción de genéricos.

Así, también la industria farmacéutica india ha celebrado la decisión judicial, que es “un alivio para los pacientes ya que varias compañías indias de genéricos, como Cipla, Ranbaxy y Nactco, podrán seguir vendiendo esta medicina a una fracción del costo del producto de Novartis”, según un comunicado de la Alianza Farmacéutica India. Otro ejemplo del resultado de esta política de patentes son los antirretrovirales que en el año 2000 costaban hasta 9.000 euros por persona al año, y que ahora valen 50 euros.

El 92% de los medicamentos que usan los pacientes con VIH o el 60% del tratamiento contra la malaria en el mundo en desarrollo son genéricos producidos en India, según datos de la farmacéutica local. Gobiernos, agencias de la ONU –como UNICEF- y las ONG los utilizan para pacientes de bajos recursos en todo el planeta

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