Expertos en salud anticonceptiva destacan la importancia de una correcta interpretación de la evidencia científica
Madrid (17/05/2013) - Mónica de Haro
Durante el taller 'De la evidencia científica a la opinión pública', organizado por la Sociedad Española de Contracepción (SEC), la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) y Bayer, se analizaron los efectos beneficiosos de los anticonceptivos hormonales, se hizo un repaso de su evolución y se habló de las nuevas pautas de utilización
"Los anticonceptivos han permitido separar la sexualidad de la evolución, lo cual ha dado independencia a las mujeres y facilitado su incorporación al mundo laboral al poder programar las maternidades y tener los hijos que deseen", explicó la Dra. Esther de la Viuda, presidenta de la Fundación Española de Contracepción, durante el taller 'De la evidencia científica a la opinión pública', organizado por la Sociedad Española de Contracepción (SEC), la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) y Bayer.
Desde su aparición hace más de 50 años, las expectativas de las mujeres han ido cambiando. Si antes pedían eficacia y buscaban "no quedarse embarazadas", de 2006 en adelante siguen queriendo eficacia pero también seguridad. Además, pedían que la píldora anticonceptiva no les hiciera aumentar de peso, que les permitiera tener control del ciclo, que las dosis fueran bajas, que redujera los síntomas del síndrome premenstrual... En definitiva, "querían calidad de vida", matiza la Dra. de la Viuda.
Pero más allá de la percepción de las mujeres, los beneficios adicionales para la salud de la mujer han quedado patentes gracias a las evidencias científicas. Diversas investigaciones han demostrado que los anticonceptivos mejoran el acné, la retención de líquidos y el sangrado, pero además reducen las posibilidades de sufrir cáncer ovárico, de endometrio, colorectal, de mama...
En cuanto a los efectos adversos, según afirmó el profesor Joaquim Calaf, jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Sant Pau en Barcelona: "El único efecto secundario indeseable gira alrededor de la coagulación y la trombosis", y éste ha sido el principal caballo de batalla de la píldora anticonceptiva. Para revertirlo, se ha ido produciendo un recorte progresivo de las dosis de estrógeno que se asocian con trombosis.
No obstante, a pesar de que la anticoncepción es un método eficaz y reversible, y de que "no hay nada tan usado ni tan probado, seguimos dudando de sus beneficios", afirma el profesor Calaf.
De hecho, los últimos datos, según encuestas realizadas en los años 2010 y 2012, todavía hay falsos mitos que hacen que la píldora siempre esté por detrás del preservativo en cuanto a los métodos anticonceptivos más usados. "El mito más extendido es que la píldora causa esterilidad", explica la Dra. de la Viuda. Pero también se piensa que provoca aumento de peso, que provoca cáncer, que disminuye el deseo sexual o que altera el estado de ánimo.
La otra parte del debate se centró en el tratamiento informativo de la anticoncepción así como en las interpretaciones por parte de los medios de comunicación y su impacto en salud pública. En este sentido, los expertos insisten en señalar que hay evidencias científicas de que el perfil beneficio-riesgo de los anticonceptivos está asegurado, por lo que no se justifica un tratamiento inadecuado de las informaciones. Por ello, instan a los medios a recurrir a fuentes autorizadas al tratarse de una información de alto impacto social y sanitario.
Además, tal y como apunta el profesor Calaf, "corresponde a las autoridades sanitarias actualizar de forma constante esta información que después será trasladada a la población".
Desde su aparición hace más de 50 años, las expectativas de las mujeres han ido cambiando. Si antes pedían eficacia y buscaban "no quedarse embarazadas", de 2006 en adelante siguen queriendo eficacia pero también seguridad. Además, pedían que la píldora anticonceptiva no les hiciera aumentar de peso, que les permitiera tener control del ciclo, que las dosis fueran bajas, que redujera los síntomas del síndrome premenstrual... En definitiva, "querían calidad de vida", matiza la Dra. de la Viuda.
Pero más allá de la percepción de las mujeres, los beneficios adicionales para la salud de la mujer han quedado patentes gracias a las evidencias científicas. Diversas investigaciones han demostrado que los anticonceptivos mejoran el acné, la retención de líquidos y el sangrado, pero además reducen las posibilidades de sufrir cáncer ovárico, de endometrio, colorectal, de mama...
En cuanto a los efectos adversos, según afirmó el profesor Joaquim Calaf, jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Sant Pau en Barcelona: "El único efecto secundario indeseable gira alrededor de la coagulación y la trombosis", y éste ha sido el principal caballo de batalla de la píldora anticonceptiva. Para revertirlo, se ha ido produciendo un recorte progresivo de las dosis de estrógeno que se asocian con trombosis.
No obstante, a pesar de que la anticoncepción es un método eficaz y reversible, y de que "no hay nada tan usado ni tan probado, seguimos dudando de sus beneficios", afirma el profesor Calaf.
De hecho, los últimos datos, según encuestas realizadas en los años 2010 y 2012, todavía hay falsos mitos que hacen que la píldora siempre esté por detrás del preservativo en cuanto a los métodos anticonceptivos más usados. "El mito más extendido es que la píldora causa esterilidad", explica la Dra. de la Viuda. Pero también se piensa que provoca aumento de peso, que provoca cáncer, que disminuye el deseo sexual o que altera el estado de ánimo.
La otra parte del debate se centró en el tratamiento informativo de la anticoncepción así como en las interpretaciones por parte de los medios de comunicación y su impacto en salud pública. En este sentido, los expertos insisten en señalar que hay evidencias científicas de que el perfil beneficio-riesgo de los anticonceptivos está asegurado, por lo que no se justifica un tratamiento inadecuado de las informaciones. Por ello, instan a los medios a recurrir a fuentes autorizadas al tratarse de una información de alto impacto social y sanitario.
Además, tal y como apunta el profesor Calaf, "corresponde a las autoridades sanitarias actualizar de forma constante esta información que después será trasladada a la población".
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