Desquiciados por el ruido
El Defensor del Pueblo pide a la Administración que combata el malestar que causan trenes, aeropuertos y carreteras
La crisis eterniza inversiones inaplazables
Pitidos, sirenas, puertas que se abren y cierran, explosiones, zumbidos… Los ruidos constantes pueden alterar por completo las vidas de quienes los padecen llegando a sufrir secuelas que van más allá del nerviosismo, la ansiedad o el insomnio. Un informe de la CIA lo incluía como un método de tortura que no deja huella, pero que tiene devastadoras consecuencias mentales. Hasta 72 horas permitía el servicio de inteligencia estadounidense el ruido ininterrumpido en una celda, algo que hacía imposible conciliar el sueño. Quienes lo han sufrido de forma constante lo describen como una tortura sin fin.
La memoria de 2013 de la institución del Defensor del Pueblo, a cuyo frente está Soledad Becerril, retrata como un padecimiento muy común el ruido que generan infraestructuras como ferrocarriles, carreteras o aeropuertos, y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) vincula a afecciones que van desde el insomnio hasta ataques al corazón, pasando por problemas de aprendizaje y la enfermedad del tinnitus o acúfenos (oír ruidos cuando no hay una fuente sonora externa).
La OMS fija el límite en 65 decibelios (equivalente al sonido de una aspiradora), pero cuando se supera, la solución no viene de inmediato. Aunque haya numerosa normativa, tanto estatal como local, los particulares que sufren la contaminación acústica suelen cargar con ella durante años.
Frente a ellos tienen empresas públicas muy potentes, respaldadas por el Estado, y la excusa de la falta de presupuesto para no poner en marcha las soluciones en poco tiempo.
“Las Administraciones generalmente desestiman o ignoran las quejas. No queda otra que acudir a los tribunales, que como media tardan un año en dictar una primera sentencia y otro año en resolver un recurso ante un tribunal superior”, explica Agustín Bocos, presidente de la asociación de Juristas Contra el Ruido, que reúne a profesionales especializados en este campo. Aunque no lleven una estadística, este colectivo sí que asegura haber detectado en los últimos años una subida de denuncias de este tipo.
Estos son algunos de los casos que se destacan en la memoria de 2013 del Defensor del Pueblo:
» Carreteras. La contaminación acústica de la Autopista Costa del Sol, en la variante Marbella, continúa 15 años después de que se iniciaran las obras en un punto kilométrico que coincide con una zona residencial. En este tiempo no se ha aprobado el mapa de ruido y tampoco las medidas para paliar las molestias en los plazos previstos por la ley. El Defensor del Pueblo enumera casos similares en la variante A-38 de Sueca (Valencia) o en la carretera de Sevilla SE-30, que los vecinos también llevan diez años denunciando. La falta de presupuesto, el argumento que ahora se da para no solucionar estos problemas, ha quedado “neutralizado”, a juicio de Becerril, porque, en muchos casos, los problemas comenzaron en años de bonanza. En Marbella, por ejemplo, se reclama que se lleven a cabo actuaciones, aunque todavía no existan esos mapas de ruido. Fomentono ha respondido sobre las razones por las que no se han resuelto.
»Aviones. El tráfico aéreo se ha colocado por debajo de los niveles de 2004, pero las quejas siguen llegando y tramitándose, como las detectadas en los aeropuertos de Palma de Mallorca y Alicante.
En Mallorca, el Plan de Aislamiento Acústico (PPA) viene de 2005. Desde entonces se han insonorizado 710 de 737 viviendas previstas, según datos de AENA. En Alicante, las insonorizaciones comenzaron a fraguarse en 2003 y en 2010 se amplió la zona de actuación. En total se han protegido 1.846 de las 1.914 viviendas afectadas.
“Llega un punto en el que no aspiras a que te quiten el ruido, sino a que no crezca más”, describe la abogada medioambientalista Mari Ángeles López Lax, afectada por la reordenación del tráfico aéreo del aeropuerto de Barajas (Madrid) en 1998 y toda una veterana en estos pleitos. “Para poder llegar a los tribunales, hemos tenido que buscar peritos de Holanda porque en España todos trabajaban para AENA”, relata. A pesar de que muchas veces las reuniones con las grandes compañías se quedan solo en “buenas palabras”, López Lax, fundadora de la Asociación Nacional de Afectados por el Tráfico Aéreo, reivindica la necesidad de ejercer esta presión social. “Se trata de que, conforme se produzcan avances que permitan aviones más silenciosos, se implanten o se insonoricen viviendas, algo que no quita el ruido, pero al menos lo atenúa”, aporta.
»Trenes. Becerril incide en la precisión con la que los afectados de ruidos en zonas como Bellvitge (Valencia) o el incremento de frecuencias en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) describen los modelos de maquinaria que se emplean. “No ha habido incremento en la frecuencia de circulaciones en L’Hospitalet”, aseguran fuentes de Renfe. “Lo único que se ha realizado ha sido una reorganización del haz de vías”.
En cuanto a las tareas de limpieza nocturna en la estación de Bellvitge, defienden que no se utiliza ningún compresor, generador ni elemento mecánico alguno. La única concesión que hace Adif tiene que ver con las operaciones de mantenimiento de vía por la noche, que al menos reconocen. “No se pueden hacer en otra franja horaria sin interrumpir la operación ferroviaria”, se excusan.
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