Entrevista a Fernández-Lasquetty
"Es imposible retribuir bien con la rigidez pública"
El consejero echa en falta herramientas privadas en el sector público, al que califica de muy rígido, y critica el actual modelo de financiación sanitaria.
José A. Plaza / David Rodiguez Carenas | 06/05/2013 00:00
En charlas de hora y media, lo que duró esta entrevista, un tema lleva a otro. Hablando de posibles inequidades en el acceso a fármacos, caballo de batalla de las sociedades científicas, Javier Fernández-Lasquetty niega la mayor -"en Madrid no las hay"- y vincula esta queja a otro debate: "Es una manifestación de otra realidad: tenemos, porque así se ha querido, un sistema sanitario financiado sólo con impuestos, no con cotizaciones ni de otra forma".
El consejero se mueve a gusto criticando el modelo de financiación, pero echa en falta compañía: "Los impuestos dependen de cómo vaya la economía: lo que se nutre de impuestos, como la sanidad, acaba afectado".
Fijarse en otros
Querría escuchar más esta reflexión, pero "no la veo por ningún lado: hay que debatir cómo se financia la sanidad, ver cómo lo hacen otros o, mejor aún, cómo se organiza la financiación".
Hay otro punto que escuece al consejero, al que, de nuevo, llega de forma indirecta. Reflexionando sobre los motivos para externalizar (ojo: "Hablamos sólo de sanidad pública: yo de la privada no me ocupo"), habla de la eficiencia y cita "las herramientas del sector privado que, desgraciadamente, no tiene el sistema público". La pregunta estaba cantada: ¿cuáles? Responde sin dudar, repitiendo un término continuamente: "La rigidez de un sistema de empleo sanitario basado en funcionarios vitalicios; la rigidez derivada de las leyes nacionales que regulan el estatuto del sanitario y de todos los funcionarios, y la rigidez añadida por la jurisprudencia a lo largo de los años".
Esta falta de flexibilidad pública es, a su juicio, una lacra: "Dificulta mucho gestionar los recursos humanos y hace imposible algo crucial para ser más eficiente: retribuir más y mejor a quien mayor calidad y eficiencia aporta". Ventajas del sector privado que "desgraciadamente no se han logrado para los empleados públicos".
Es lógico, pero dificulta
Vuelve a mirar a Europa con envidia sana: "Quizá por eso somos el único de los grandes países europeos en el que la manera de trabajar en la sanidad pública es con funcionarios vitalicios e inamovibles".
La rigidez, que también afecta "a las compras, suministros y gestión de los abastecimientos", va de la mano de lo público, y el consejero se resigna: "En el fondo, estas reglas son lógicas porque deben garantizar el buen empleo de los fondos públicos, que son de todos". Pero insiste: "Lo hacen todo más difícil".
El consejero se mueve a gusto criticando el modelo de financiación, pero echa en falta compañía: "Los impuestos dependen de cómo vaya la economía: lo que se nutre de impuestos, como la sanidad, acaba afectado".
Fijarse en otros
Querría escuchar más esta reflexión, pero "no la veo por ningún lado: hay que debatir cómo se financia la sanidad, ver cómo lo hacen otros o, mejor aún, cómo se organiza la financiación".
- Tenemos, así lo hemos querido, una sanidad financiada sólo con impuestos; somos los únicos entre los grandes países europeos; igual no lo hemos pensado bien"
Hay otro punto que escuece al consejero, al que, de nuevo, llega de forma indirecta. Reflexionando sobre los motivos para externalizar (ojo: "Hablamos sólo de sanidad pública: yo de la privada no me ocupo"), habla de la eficiencia y cita "las herramientas del sector privado que, desgraciadamente, no tiene el sistema público". La pregunta estaba cantada: ¿cuáles? Responde sin dudar, repitiendo un término continuamente: "La rigidez de un sistema de empleo sanitario basado en funcionarios vitalicios; la rigidez derivada de las leyes nacionales que regulan el estatuto del sanitario y de todos los funcionarios, y la rigidez añadida por la jurisprudencia a lo largo de los años".
Esta falta de flexibilidad pública es, a su juicio, una lacra: "Dificulta mucho gestionar los recursos humanos y hace imposible algo crucial para ser más eficiente: retribuir más y mejor a quien mayor calidad y eficiencia aporta". Ventajas del sector privado que "desgraciadamente no se han logrado para los empleados públicos".
Es lógico, pero dificulta
Vuelve a mirar a Europa con envidia sana: "Quizá por eso somos el único de los grandes países europeos en el que la manera de trabajar en la sanidad pública es con funcionarios vitalicios e inamovibles".
La rigidez, que también afecta "a las compras, suministros y gestión de los abastecimientos", va de la mano de lo público, y el consejero se resigna: "En el fondo, estas reglas son lógicas porque deben garantizar el buen empleo de los fondos públicos, que son de todos". Pero insiste: "Lo hacen todo más difícil".
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