La Asociación Española de Pediatría aconseja a los padres no viajar a zonas de riesgo con niños menores de dos años
Madrid (30/03/2012) - Redacción
Las enfermedades infecciosas siguen siendo la segunda causa de morbilidad y mortalidad infantil en nuestro país; a diferencia de los adultos, el sistema inmunitario del lactante y del niño pequeño aún es inmaduro y esto les hace más vulnerables frente a las infecciones
Cada año aumenta el número de padres que, por ocio o trabajo, se desplazan al extranjero con niños, pese a la recomendación de los pediatras de no viajar con menores de dos años, especialmente a países de riesgo, como África, Centroamérica o el Sudeste Asiático. Los peligros para la salud son extremadamente altos, comenta la doctora María José Mellado Peña, presidenta de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica de la Asociación Española de Pediatría (AEP). "A diferencia de los adultos, los niños tienen un sistema inmunológico inmaduro pues no está del todo desarrollado y esto les hace especialmente vulnerables a contraer enfermedades infecciosas, de ahí que se deban extremar las precauciones", señala.
A la hora de emprender un viaje a países de riesgo con niños pequeños, como recomienda esta especialista, "se debe acudir al pediatra o a la consulta del viajero pediátrico, en aquellas comunidades autónomas donde haya, para informarse de las vacunas recomendadas y de otras medidas preventivas para el país de destino".
Cada caso deberá ser valorado de forma individual, teniendo en cuenta las características del viaje, su duración, las condiciones sanitarias del país al que se viaja, cuál es la edad de los viajeros, cuál su estado de salud... "Muchas padres desconocen que deben vacunar a sus hijos, mientras que otros asocian la vacunación sólo a países tropicales". En este sentido señala que "no hace falta irse a África o Asia para contraer una infección. En zonas del centro de Europa, como la Selva Negra, en Alemania, también es necesario vacunarse".
Junto a la vacunación, los padres deben extremar precauciones y seguir rigurosamente unas normas elementales de higiene, tales como lavar las manos de los niños con frecuencia, vigilar que no se lleven cosas a la boca, evitar que los lactantes gateen o se arrastren sobre pisos sucios, así como verificar la limpieza de platos y utensilios.
En lo que respecta a la comida y los alimentos, la lactancia es la mejor y la más segura fuente alimenticia para los lactantes. "En la elaboración de los biberones sólo debe usarse agua hervida, al menos durante cinco minutos, y no se recomienda usar el agua de grifo para preparar la papilla, dar de beber al niño o cepillarse los dientes", explica la doctora Mellado.
No bajar la guardia
De igual forma, es importante cuidar la vacunación de los niños que vienen de otros países y que no están correctamente vacunados. En el caso de España, estamos viendo un incremento en los casos de enfermedades que se creían prácticamente erradicadas, como es el caso del sarampión o la rubéola debido a bolsas de niños y adolescentes no vacunados en sus países de origen. Por ello es fundamental vigilar la adecuación del calendario vacunal en niños procedentes de países con escasos recursos. Pero al mismo tiempo, "la globalización ha traído consigo nuevas enfermedades, que debemos de saber diagnosticar y tratar, como es el caso de la malaria o los parásitos intestinales", señala la doctora Mellado.
En lo que respecta a los niños de adopciones internacionales vacunados en sus países de origen, la OMS establece un mínimo de vacunas obligatorias, que incluye la difteria, el tétanos, la tos ferina, la polio, el sarampión y, en la mayoría de áreas, la hepatitis B. Una vez en España, explica esta experta en infectología pediátrica, "los padres deben acudir a su pediatra con el historial clínico del niño, con el fin de analizar su situación y realizar un test de respuesta vacunal si procede. Aunque los menores suelen tener las vacunas mínimas recomendadas por la OMS, con frecuencia, la cobertura vacunal no es completa o es deficitaria comparada con nuestros calendarios".
Infectología Pediátrica
Las enfermedades infecciosas siguen siendo la principal causa de morbilidad y mortalidad infantil en el mundo. En los países desarrollados, como España, y pese a disponer de excelentes programas de vacunación que evitan gran parte de enfermedades transmisibles de la infancia, "las infecciones son, después de los accidentes, la segunda causa de morbilidad, consumo de recursos sanitarios y mortalidad infantil", aclara esta experta.
En los últimos años ha mejorado mucho el conocimiento y la atención de las enfermedades infecciosas. "La labor de los pediatras ha sido clave en lo que respecta al mejor conocimiento y manejo de las enfermedades infecciosas de los niños", manifiesta la doctora Mellado. "El impacto asistencial previsto de la inclusión de la subespecialidad de Infectología Pediátrica en un Hospital Infantil es altamente positivo, y probablemente modifique la morbilidad morbimortalidad asociada a infecciones pediátricas y neonatales, y pueda reducir la hospitalización, minimizando la infección nosocomial, implantando un uso racional de la terapia antiinfecciosa y reduciendo los costes, entre otros beneficios".
En este sentido, la rentabilidad en salud mediante la inclusión de estos especialistas en hospitales pediátricos representa una importante apuesta por la calidad y la excelencia en la atención a los niños con enfermedades infecciosas.
En la actualidad en nuestro país hay hasta 19 especialidades pediátricas que no están reconocidas oficialmente, un hecho que no sucede en la mayoría de los países de nuestro entorno. Esta situación está dificultando el acceso a los centros hospitalarios de un número suficiente de profesionales específicamente formados y cualificados para atender las diferentes patologías infantiles, hecho que impacta negativamente sobre la calidad asistencial. Ante esta problemática, la Asociación Española de Pediatría demanda el reconocimiento de las especialidades y ha puesto en marcha la campaña de concienciación social "No es lo Mismo", una iniciativa que pretende llamar la atención de la población española sobre el valor que aportan las especialidades pediátricas a la asistencia sanitaria de calidad de la población infantil y sobre su impacto positivo en los resultados de salud.
A la hora de emprender un viaje a países de riesgo con niños pequeños, como recomienda esta especialista, "se debe acudir al pediatra o a la consulta del viajero pediátrico, en aquellas comunidades autónomas donde haya, para informarse de las vacunas recomendadas y de otras medidas preventivas para el país de destino".
Cada caso deberá ser valorado de forma individual, teniendo en cuenta las características del viaje, su duración, las condiciones sanitarias del país al que se viaja, cuál es la edad de los viajeros, cuál su estado de salud... "Muchas padres desconocen que deben vacunar a sus hijos, mientras que otros asocian la vacunación sólo a países tropicales". En este sentido señala que "no hace falta irse a África o Asia para contraer una infección. En zonas del centro de Europa, como la Selva Negra, en Alemania, también es necesario vacunarse".
Junto a la vacunación, los padres deben extremar precauciones y seguir rigurosamente unas normas elementales de higiene, tales como lavar las manos de los niños con frecuencia, vigilar que no se lleven cosas a la boca, evitar que los lactantes gateen o se arrastren sobre pisos sucios, así como verificar la limpieza de platos y utensilios.
En lo que respecta a la comida y los alimentos, la lactancia es la mejor y la más segura fuente alimenticia para los lactantes. "En la elaboración de los biberones sólo debe usarse agua hervida, al menos durante cinco minutos, y no se recomienda usar el agua de grifo para preparar la papilla, dar de beber al niño o cepillarse los dientes", explica la doctora Mellado.
No bajar la guardia
De igual forma, es importante cuidar la vacunación de los niños que vienen de otros países y que no están correctamente vacunados. En el caso de España, estamos viendo un incremento en los casos de enfermedades que se creían prácticamente erradicadas, como es el caso del sarampión o la rubéola debido a bolsas de niños y adolescentes no vacunados en sus países de origen. Por ello es fundamental vigilar la adecuación del calendario vacunal en niños procedentes de países con escasos recursos. Pero al mismo tiempo, "la globalización ha traído consigo nuevas enfermedades, que debemos de saber diagnosticar y tratar, como es el caso de la malaria o los parásitos intestinales", señala la doctora Mellado.
En lo que respecta a los niños de adopciones internacionales vacunados en sus países de origen, la OMS establece un mínimo de vacunas obligatorias, que incluye la difteria, el tétanos, la tos ferina, la polio, el sarampión y, en la mayoría de áreas, la hepatitis B. Una vez en España, explica esta experta en infectología pediátrica, "los padres deben acudir a su pediatra con el historial clínico del niño, con el fin de analizar su situación y realizar un test de respuesta vacunal si procede. Aunque los menores suelen tener las vacunas mínimas recomendadas por la OMS, con frecuencia, la cobertura vacunal no es completa o es deficitaria comparada con nuestros calendarios".
Infectología Pediátrica
Las enfermedades infecciosas siguen siendo la principal causa de morbilidad y mortalidad infantil en el mundo. En los países desarrollados, como España, y pese a disponer de excelentes programas de vacunación que evitan gran parte de enfermedades transmisibles de la infancia, "las infecciones son, después de los accidentes, la segunda causa de morbilidad, consumo de recursos sanitarios y mortalidad infantil", aclara esta experta.
En los últimos años ha mejorado mucho el conocimiento y la atención de las enfermedades infecciosas. "La labor de los pediatras ha sido clave en lo que respecta al mejor conocimiento y manejo de las enfermedades infecciosas de los niños", manifiesta la doctora Mellado. "El impacto asistencial previsto de la inclusión de la subespecialidad de Infectología Pediátrica en un Hospital Infantil es altamente positivo, y probablemente modifique la morbilidad morbimortalidad asociada a infecciones pediátricas y neonatales, y pueda reducir la hospitalización, minimizando la infección nosocomial, implantando un uso racional de la terapia antiinfecciosa y reduciendo los costes, entre otros beneficios".
En este sentido, la rentabilidad en salud mediante la inclusión de estos especialistas en hospitales pediátricos representa una importante apuesta por la calidad y la excelencia en la atención a los niños con enfermedades infecciosas.
En la actualidad en nuestro país hay hasta 19 especialidades pediátricas que no están reconocidas oficialmente, un hecho que no sucede en la mayoría de los países de nuestro entorno. Esta situación está dificultando el acceso a los centros hospitalarios de un número suficiente de profesionales específicamente formados y cualificados para atender las diferentes patologías infantiles, hecho que impacta negativamente sobre la calidad asistencial. Ante esta problemática, la Asociación Española de Pediatría demanda el reconocimiento de las especialidades y ha puesto en marcha la campaña de concienciación social "No es lo Mismo", una iniciativa que pretende llamar la atención de la población española sobre el valor que aportan las especialidades pediátricas a la asistencia sanitaria de calidad de la población infantil y sobre su impacto positivo en los resultados de salud.
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