economía y medioambiente
Médico e industria tecnológica, juntos por una anestesia sostenible
Tanto la economía como el medio ambiente preocupan en la actual coyuntura, y los equipos de tecnología pueden ayudar en la sostenibilidad de ambos aspectos si industria y médico trabajan juntos.
David Rodríguez Carenas | 24/05/2013 00:00
Fernando Gilsanz, presidente de la Sedar, y Mónica Reyero, de Marketing de Anestesia de GE. (He Healthcare)
"Ahora mismo se están poniendo en cuestión paradigmas como la apuesta tecnológica, de forma que se puede comprometer esa intención que ha imperado hasta ahora de tener siempre el mejor equipamiento", explica Mónica Reyero, directora de Marketing de Anestesia de GE Healthcare.
Por eso el primer requisito es que el profesional acate el cambio: "Este mensaje ha calado. Sabemos perfectamente que estamos en una crisis económica, y también que tenemos que mantener la seguridad de los pacientes", reconoce a Diario Médico Fernando Gilsanz, jefe del Servicio de Anestesiología del Hospital La Paz, de Madrid, y presidente de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica (Sedar).
Nuevos equipos
La pelota, pues, pasa al tejado de la industria. ¿Cómo se pueden abordar ambos retos? "Perseguimos el desarrollo de tecnología útil. Queremos seguir investigando en nuevos equipos, pero que sean sostenibles", contesta Reyero. "Por eso deben cambiar las estructuras productivas, yendo hacia sistemas más eficientes y que mejoren el uso de los recursos existentes, por ejemplo haciendo que cada intervención requiera un empleo del quirófano durante el tiempo estrictamente necesario".
Como ejemplo, la representante de GE cita los circuitos circulares que llevan los gases frescos al paciente, que mediante ingeniería han logrado minimizar los tiempos de respuesta. Otro avance es el sistema de automatización que permite que técnicas complejas como la de bajos flujos se realicen con cálculos de una máquina. "Así se generalizará una técnica de mucho interés", según Reyero, que añade que ya hay evidencia de que con bajos flujos se puede ahorrar hasta un 50 por ciento del consumo de agentes anestésicos. Esto "afecta no sólo económicamente, pues son muy caros, sino también medioambientalmente, porque algunos como el desflurano y el seboflurano tienen un alto impacto en este campo. Por eso el compromiso del anestesista trasciende la camilla del paciente".
Por tanto, también la industria apela al buen hacer del profesional, que coge el guante: "Se pueden necesitar tecnologías más o menos avanzadas, según cada paciente; por eso hay que ser más versátil", responde el presidente de la Sedar, que, no obstante, no cree en un retroceso tecnológico por el efecto de la crisis económica: "El avance es imparable. No podemos volver al papel".
¿Y económicamente? ¿Se pueden olvidar las penurias financieras cuando acabe la crisis? "Hay que hacer estudios de eficiencia muy determinados, para acotar estancias, morbilidad... Si se consiguen los objetivos se beneficiará al paciente, pero también a la sociedad mediante una reducción de costes", explica Gilsanz. Por eso también cree que no se debe olvidar que lo barato sale caro: "Si una tecnología, aunque sea algo más cara, permite un ahorro de fármacos, a medio plazo compensará". En el mismo punto se encuentra Reyero: "Propuestas que vuelvan a lo básico hallarán hueco, pero a la larga se verá que son más caras".
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