Crónicos: ejemplo perfecto de que las TIC ahorran y mejoran

La mayoría de las organizaciones sanitarias se han dado cuenta de que el futuro de la calidad y la sostenibilidad está en un adecuado manejo de la enfermedad crónica. Hasta ahí, todos de acuerdo. Ahora toca hacerlo, y para ello nada mejor que recurrir a las TIC.

Rosalía Sierra | 26/03/2012 00:00

Gregorio Gómez Soriano, César Pascual, Juan Carlos Muria, Mercedes Vinuesa, Luis Javier Bonilla, Javier Bustillo, Fernando Gallego y Eduardo Laguna. (Lenda)

Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) se pueden aplicar a la mejora de todos los procesos asistenciales. Para hablar de ello, siete expertos de la gestión sanitaria en torno a una mesa redonda celebrada en el XV Congreso Nacional de Informática de la Salud (Infors@lud), organizado en Madrid por la Sociedad Española de Informática de la Salud. La moderadora, Mercedes Vinuesa, directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, pide que cada uno de ellos describa un proceso en el que las TIC adquieran gran relevancia. ¿Resultado? ¿Siete procesos diferentes? No, pleno al mismo: el manejo de la cronicidad.

"Es el proceso donde mejor se puede incidir para hablar de ahorros de costes y mejora de la calidad de la atención a los pacientes gracias a las nuevas tecnologías", justifica Juan Carlos Muria, consultor de Sanidad de Fujitsu. Pero la eficiencia de las TIC en este ámbito tiene truco: "No necesitamos montar recursos asistenciales y tecnológicos paralelos. El modelo ideal supone integrar la asistencia al paciente crónico en lo que ya tenemos, como la atención primaria y sus sistemas de información e historia clínica electrónica", afirma Gregorio Gómez Soriano, director de Asistencia Sanitaria de Zona de la Agencia Valenciana de Salud.

De este modo, en su opinión, se generará además "un cambio organizativo muy suave", evitando el temido rechazo de los profesionales a "la introducción de nuevas tecnologías que no sean juguetes que puedan utilizar directamente en su práctica asistencial", según Fernando Gallego, gerente del Hospital Álvarez Buylla, de Mieres (Asturias). Gómez Soriano, no obstante, discrepa con este planteamiento: "Hemos sido demasiado tímidos en la introducción de las TIC, y ahora se nos está pidiendo un cambio real".

Es preciso un cambio, más organizativo que tecnológico, que acabe con la fragmentación de la asistencia sanitaria

Este cambio, más que tecnológico, debe ser organizativo. A juicio de César Pascual, gerente del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander, "los hospitales terciarios están demasiado volcados en la superespecialización y no entienden de procesos, sino de atención fragmentada. Debemos cambiar el paradigma de la organización hospitalaria, porque si no no aprovecharemos el escandaloso potencial que tiene la tecnología".

El cambio tecnológico
No obstante, también las TIC deben adaptarse, ya que los sistemas de información sanitarios están en general preparados para procesos de agudos, "que tienen un input, una intervención y un output; por contra, los procesos crónicos tienen una estructura continuada, cíclica, lo que debe reflejarse en las tecnologías, especialmente en las de ayuda a la toma de decisiones", ha explicado Luis Javier Bonilla, director general de Orion Health para la Península Ibérica.

Otro punto que afecta a las tecnologías en esta gestión del cambio es, cómo no, el del control de costes y su contribución a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios. Por un lado, "es preciso medir el impacto de las TIC y el retorno de la inversión", según Muria, pero resulta complejo, dado que, tal como explica Javier Bustillo, director de Ventas al Sector Público de Oracle, "en este ámbito no hay saltos verticales que permitan medir el inicio y el fin de una inversión; es un proceso continuado".

Lo que sí es posible, en su opinión, es compartir el riesgo, pero no sólo con contratos específicos, sino con un compromiso real: "Los servicios de salud gastan más dinero en lograr la interoperabilidad de los productos tecnológicos que en los propios productos. Las empresas deberían descargar ese peso de los hombros de la Administración y pasarlo a los suyos".

Luego llega el momento de generalizar las TIC. Según Gómez Soriano, "es incuestionable que la tecnología mejora la asistencia y genera ahorros. No podemos preguntarnos a estas alturas si las TIC son eficientes, más bien debemos plantearnos si lo somos nosotros al implantarlas".