La Sociedad Española de Medicina Geriátrica demanda un plan integral de atención al anciano frágil y con discapacidad
Madrid (15/03/2012) - Redacción
La campaña 'Salva a un viejo.com' pretende hacer una llamada sobre la necesidad de que los mayores sean atendidos por los especialistas en los ancianos, los geriatras
Se estima que en España hay cerca de dos millones y medio de personas mayores de 65 años que son frágiles o presentan algún tipo de discapacidad. Para este colectivo, la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG) demanda la puesta en marcha de un plan de atención integral. Como afirma, el presidente de la SEMEG, el doctor Juan Macias, "España será a mitad del siglo XXI el país más envejecido del mundo con un 20 por ciento de la población mayor de 65 años. En la actualidad hay más de seis millones y medio de personas". Sin embargo, los geriatras y otros organismos internacionales están centrando su foco de atención en los ancianos frágiles, aquellos que se encuentran en riesgo de discapacidad o los que la presentan en mayor o menor grado.
"Frente a este grupo", explica el doctor Macías, "todavía tenemos posibilidades de actuar y cambiar el curso de la enfermedad, adelantándonos a la dependencia y a la discapacidad, ya que cuando éstas se ha producido nuestras posibilidades de intervenir se reducen".
Sin embargo, los geriatras están preocupados ya que, según denuncian, nuestro sistema sanitario no puede responder a las necesidades asistenciales de este colectivo. "El actual sistema nacional está concebido para atender al paciente que imperaba hace varias décadas, personas adultas con enfermedades agudas, por lo que ahora deben adaptarse a las características y necesidades del paciente contemporáneo", explica el coordinador de la Red de Temática de Investigación Cooperativa sobre Envejecimiento y Fragilidad (RETICEF), Leocadio Rodríguez Mañas.
"Hoy el paciente mayor se caracteriza por tener una enfermedad crónica, además no suelen ser una sino varias las patologías que padece con diferentes niveles de gravedad. No es raro encontrar a un anciano, por ejemplo, con insuficiencia cardiaca, EPOC, deterioro cognitivo, hipertensión arterial y diabetes. Y estas enfermedades, además, generan pérdida de autonomía funcional", añade.
Un Plan de atención integral
Por este motivo, la SEMEG aboga por la implantación de una red de atención integral que permita atender a los diferentes tipos de pacientes que existen en la actualidad proporcionándoles la asistencia que precisan en cada momento "y con el objetivo siempre de evitar la discapacidad". Y el primer paso en esta línea sería la incorporación de servicios de Geriatría a los hospitales terciarios. En la actualidad, sólo el doce por ciento de los hospitales españoles cuenta con Unidades Geriátricas de Agudos y el 30 por ciento con algún dispositivo asistencial geriátrico especializado. En opinión de los expertos, estos servicios deberían estar integrados por unidades de agudos, de recuperación funcional y de hospitales de día.
Son varios los estudios que reflejan la efectividad de este tipo de servicios y lo que hace que este sea un modelo de referencia en países como Gran Bretaña, Canadá o Australia. Así las unidades de Geriatría de agudos disminuyen en más de un 20 por ciento el riesgo de deterioro funcional e ingresos en residencia. Las unidades de recuperación funcional tienen un impacto positivo sobre la función y aumentan las posibilidades de seguir viviendo en el domicilio, entre otros beneficiosos.
Por el contrario, la discapacidad cuando ya ha aparecido incrementa los costes sanitarios, multiplicando por tres el gasto de la atención sanitaria y hasta por diez los de la asistencia social. "El principal responsable del aumento de costes sanitarios asociado al envejecimiento poblacional es la dependencia, que una vez establecida es difícil de revertir", asegura el presidente de SEMEG.
"Nuestro objetivo más que el envejecimiento libre de enfermedad", precisa el doctor Rodríguez Mañas, "es lograr un envejecimiento libre de incapacidad y una vejez autónoma e independiente. La prevención de la discapacidad, detectando y actuando sobre la fragilidad así como su revisión en estadio precoces deben convertirse en uno de los principales objetivos de las estrategias de atención a los ancianos en los modernos sistema de salud", demanda.
De ahí nace la campaña Salva a un viejo 'La Cruda Realidad', una iniciativa de denuncia que ha puesto en marcha la Sociedad Española de Medicina Geriátrica con la que se quiere hacer una llamada de atención sobre cómo viven y sienten los mayores de 65 años y la necesidad de que las personas mayores sean tratadas por los médicos de los mayores, los geriatras.
"Frente a este grupo", explica el doctor Macías, "todavía tenemos posibilidades de actuar y cambiar el curso de la enfermedad, adelantándonos a la dependencia y a la discapacidad, ya que cuando éstas se ha producido nuestras posibilidades de intervenir se reducen".
Sin embargo, los geriatras están preocupados ya que, según denuncian, nuestro sistema sanitario no puede responder a las necesidades asistenciales de este colectivo. "El actual sistema nacional está concebido para atender al paciente que imperaba hace varias décadas, personas adultas con enfermedades agudas, por lo que ahora deben adaptarse a las características y necesidades del paciente contemporáneo", explica el coordinador de la Red de Temática de Investigación Cooperativa sobre Envejecimiento y Fragilidad (RETICEF), Leocadio Rodríguez Mañas.
"Hoy el paciente mayor se caracteriza por tener una enfermedad crónica, además no suelen ser una sino varias las patologías que padece con diferentes niveles de gravedad. No es raro encontrar a un anciano, por ejemplo, con insuficiencia cardiaca, EPOC, deterioro cognitivo, hipertensión arterial y diabetes. Y estas enfermedades, además, generan pérdida de autonomía funcional", añade.
Un Plan de atención integral
Por este motivo, la SEMEG aboga por la implantación de una red de atención integral que permita atender a los diferentes tipos de pacientes que existen en la actualidad proporcionándoles la asistencia que precisan en cada momento "y con el objetivo siempre de evitar la discapacidad". Y el primer paso en esta línea sería la incorporación de servicios de Geriatría a los hospitales terciarios. En la actualidad, sólo el doce por ciento de los hospitales españoles cuenta con Unidades Geriátricas de Agudos y el 30 por ciento con algún dispositivo asistencial geriátrico especializado. En opinión de los expertos, estos servicios deberían estar integrados por unidades de agudos, de recuperación funcional y de hospitales de día.
Son varios los estudios que reflejan la efectividad de este tipo de servicios y lo que hace que este sea un modelo de referencia en países como Gran Bretaña, Canadá o Australia. Así las unidades de Geriatría de agudos disminuyen en más de un 20 por ciento el riesgo de deterioro funcional e ingresos en residencia. Las unidades de recuperación funcional tienen un impacto positivo sobre la función y aumentan las posibilidades de seguir viviendo en el domicilio, entre otros beneficiosos.
Por el contrario, la discapacidad cuando ya ha aparecido incrementa los costes sanitarios, multiplicando por tres el gasto de la atención sanitaria y hasta por diez los de la asistencia social. "El principal responsable del aumento de costes sanitarios asociado al envejecimiento poblacional es la dependencia, que una vez establecida es difícil de revertir", asegura el presidente de SEMEG.
"Nuestro objetivo más que el envejecimiento libre de enfermedad", precisa el doctor Rodríguez Mañas, "es lograr un envejecimiento libre de incapacidad y una vejez autónoma e independiente. La prevención de la discapacidad, detectando y actuando sobre la fragilidad así como su revisión en estadio precoces deben convertirse en uno de los principales objetivos de las estrategias de atención a los ancianos en los modernos sistema de salud", demanda.
De ahí nace la campaña Salva a un viejo 'La Cruda Realidad', una iniciativa de denuncia que ha puesto en marcha la Sociedad Española de Medicina Geriátrica con la que se quiere hacer una llamada de atención sobre cómo viven y sienten los mayores de 65 años y la necesidad de que las personas mayores sean tratadas por los médicos de los mayores, los geriatras.
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