El presidente de los médicos critica el deterioro de la asistencia por los recortes
Rodríguez Sendín abre la puerta a un cierto copago que evite abusos
Critica que la falta de información impida tomar las medidas adecuadas para cambiar el sistema
“Los recortes no afectan a la calidad asistencial, repiten los políticos y los gerentes”, pero yo digo que “sí, afectan a la calidad asistencial y al desempeño de los profesionales sanitarios”. Tajante, el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín, no dudó en dejar este mensaje ante la ministra de Sanidad, Ana Mato, la secretaria general de Sanidad, Pilar Farjas, los consejeros de Sanidad de Madrid, Javier Fernández Lasquetty y el de Castilla-La Mancha, Juan José Echániz, que asistían esta mañana a un desayuno organizado por el Foro Nueva Sociedad.
No hubo ocasión para que las dos primeras, principales responsables de los recortes, se manifestaran porque dejaron el desayuno antes de que acabara. Se perdieron la explicación de Sendín, que dijo que la OMC había dispuesto un observatorio para ver el efecto de los recortes en la atención –sobre todo e las listas de espera- pero que todavía no tenían datos, ya que estos eran muy difíciles de conseguir (como bien sabe este periódico). “¿De qué sirve que a un paciente se le diga que necesita una prueba si no se le garantiza el tiempo que debe esperar?”, dijo.
No solo son esos datos los que no se facilitan. “Hasta ahora, por extraño que parezca, se han adoptado decisiones prescindiendo de datos tan elementales como el número de médicos, por supuesto los de cada especialidad o, incluso, del total de médicos hospitalarios”, criticó Sendín. “Desconociendo datos tan elementales, ¿tiene sentido pronunciarse sobre la productividad o sobre la eficiencia?”, se preguntó.
Sobre la opacidad de la Administración, abogó por “federar los sistemas de información clínica tanto públicos como privados, lo que permitiría una mejor atención clínica al paciente –por cierto, que la información es suya-”.
Sendín pasó revista a muchos de los temas de actualidad. Dejó claro “el deber de los médicos de atender a todos los pacientes, independientemente de su situación legal”, en una clara referencia a la situación de los inmigrantes sin papeles. Y, al respecto, recordó que habían recibido “el compromiso expreso y personal de la ministra de que no interferiría en ningún caso en el leal proceder de un médico con un doliente o necesitado”.
También mostró su pesimismo a que los grandes partidos (“y también el resto de las fuerzas políticas”) lleguen a un acuerdo de Estado que garantice la sostenibilidad del sistema, pero dijo que ellos no dejarían de pedirlo.
El presidente de los médicos aplaudió que haya una revisión de la cartera de servicios, medicamentos y procedimientos, “aunque eso debería hacerse de forma permanente”, dijo.
Sobre el copago dijo que no era partidario si era “para recibir asistencia. Ni lo necesitamos y sería mala cosa”. Sí que dejó abierta la puerta a otro tipo de medidas “para garantizar cierto orden”. “Nunca cobraría a un paciente que requiere asistencia. Él lo único que hace es quejarse” y quien decide qué asistencia se le da es el profesional, recordó. Pero apuntó algunos desajustes o abusos, como que la mayoría de las personas deberían pasar por atención primaria antes de ir a urgencias.
También se refirió al riesgo de privatización de la sanidad. “Es preciso evitar que por diversas razones se abran vías para disminuir la inversión pública en el sector salud y transferir responsabilidades sanitarias al sector privado”, sentenció.
El encuentro acabó con el tema del comienzo. ¿Los recortes están provocando la ruptura de la igualdad? Aunque esta nunca fue completa, “evidentemente sí”, dijo Sendín.
No hubo ocasión para que las dos primeras, principales responsables de los recortes, se manifestaran porque dejaron el desayuno antes de que acabara. Se perdieron la explicación de Sendín, que dijo que la OMC había dispuesto un observatorio para ver el efecto de los recortes en la atención –sobre todo e las listas de espera- pero que todavía no tenían datos, ya que estos eran muy difíciles de conseguir (como bien sabe este periódico). “¿De qué sirve que a un paciente se le diga que necesita una prueba si no se le garantiza el tiempo que debe esperar?”, dijo.
No solo son esos datos los que no se facilitan. “Hasta ahora, por extraño que parezca, se han adoptado decisiones prescindiendo de datos tan elementales como el número de médicos, por supuesto los de cada especialidad o, incluso, del total de médicos hospitalarios”, criticó Sendín. “Desconociendo datos tan elementales, ¿tiene sentido pronunciarse sobre la productividad o sobre la eficiencia?”, se preguntó.
¿De qué sirve que a un paciente se le diga que necesita una prueba si no se le garantiza el tiempo que debe esperar?”
Sendín pasó revista a muchos de los temas de actualidad. Dejó claro “el deber de los médicos de atender a todos los pacientes, independientemente de su situación legal”, en una clara referencia a la situación de los inmigrantes sin papeles. Y, al respecto, recordó que habían recibido “el compromiso expreso y personal de la ministra de que no interferiría en ningún caso en el leal proceder de un médico con un doliente o necesitado”.
También mostró su pesimismo a que los grandes partidos (“y también el resto de las fuerzas políticas”) lleguen a un acuerdo de Estado que garantice la sostenibilidad del sistema, pero dijo que ellos no dejarían de pedirlo.
El presidente de los médicos aplaudió que haya una revisión de la cartera de servicios, medicamentos y procedimientos, “aunque eso debería hacerse de forma permanente”, dijo.
Por extraño que parezca, se han adoptado decisiones prescindiendo de datos tan elementales como el número de médicos"
También se refirió al riesgo de privatización de la sanidad. “Es preciso evitar que por diversas razones se abran vías para disminuir la inversión pública en el sector salud y transferir responsabilidades sanitarias al sector privado”, sentenció.
El encuentro acabó con el tema del comienzo. ¿Los recortes están provocando la ruptura de la igualdad? Aunque esta nunca fue completa, “evidentemente sí”, dijo Sendín.
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