lunes, 29 de octubre de 2012

Se imponen recortes con criterio clínico y no financiero - DiarioMedico.com

Se imponen recortes con criterio clínico y no financiero - DiarioMedico.com

sin empeorar la calidad asistencial

Se imponen recortes con criterio clínico y no financiero

Sanidad irá de la mano de los médicos para eliminar técnicas diagnósticas que no den valor. Las profesionales piden que las decisiones que se tomen sean vinculantes en las comunidades autónomas.
Alicia Serrano | alicia.serrano@diariomedico.com | 29/10/2012 00:00


Las crisis ponen las cosas en su sitio. Con ellas se agudiza el ingenio y se promueven los cambios necesarios para corregir fallos y llenar vacíos. La Sanidad española y sus profesionales están comenzando a sacar lecciones de este contexto económico, y lo más importante es que juntos están poniendo los cimientos para aplicar decisiones que incrementen la eficiencia del SNS. Lo están haciendo con los recursos de los que se disponen y garantizando la calidad asistencial.

"En lugar de recortar con criterios financieros es más inteligente desinvertir (término que utilizan los países anglosajones para definir la maximización de las tecnologías médicas y el abandono de las menos efectivas) en esa parte de la atención de escaso o nulo valor, y quién mejor para hacerlo que el facultativo que se basa en criterios clínicos y en la evidencia científica", explica Jaume Puig, profesor del departamento de Economía de la Pompeu Fabra en Barcelona.

Se trata de dejar de emplear tecnologías inefectivas, así como medicamentos o actuaciones clínicas para evitar pruebas innecesarias cuya eficacia no esté respaldada por la evidencia científica o con escaso o nulo impacto sobre la salud. Para ello, Sanidad tiene claro que no puede abordar este tipo de políticas sin contar con el respaldo y consejo de los facultativos, algo que la profesión médica lleva años reclamando, pero sin demasiado éxito. "Todo lo que sea implicar a los médicos en la gestión clínica es ir por buen camino, siempre que no se pierda la calidad asistencial", dice Puig. En esta línea, Serafín Romero, secretario general de la OMC, insiste en que el objetivo del médico no es ahorrar, "sino hacer las cosas mejor para que el trabajo sea lo más eficiente posible".

Iniciativas espontáneas
En España se están empezando a poner los mimbres para maximizar la eficiencia de los servicios sanitarios, sobre todo ahora en tiempos de crisis donde aumenta la presión por reducir el gasto.

Algunos de los procesos encaminados a reducir costes con decisiones que incrementen la eficiencia del SNS están surgiendo de forma espontánea desde las sociedades científicas y las autonomías, que están cada vez más preocupadas por la sostenibilidad del sistema sanitario.

Así, la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) ha propuesto al ministerio trasladar al modelo español una iniciativa norteamericana de racionalización de los recursos sanitarios. Se trata del proyecto Choosing Wisely, de la Fundación Americana de Medicina Interna, que recoge una serie de guías de prácticas clínicas que están consensuadas por nueve sociedades científicas y que el presidente de la SEMI, Javier García Alegría, ha dicho que son un compromiso ético con el paciente y con el sistema sanitario.

La necesidad de ajustar el gasto en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) también ha llevado a su consejero, José Ignacio Echániz, a agudizar el ingenio y buscar una solución compartida con los facultativos para acordar las medidas de ahorro sanitario de la región, 55 millones de euros en total. El médico se compromete a participar en la gestión del sistema de forma activa, algo que CESM lleva reclamando infructuosamente desde hace lustros en todas las autonomíaa. Se trata de una experiencia pionera que, en el caso de que funcione bien, podría trasladarse al resto de regiones. Para ello, una comisión de seguimiento analizará el impacto de las decisiones que se tomen a lo largo de 2013. Pero no todos están de acuerdo: CCOO ha rechazado el acuerdo porque dice que se ha firmado a expuertas de la mesa sectorial.

Sanidad está también forjando una estrategia para desprenderse de técnicas diagnósticas o terapéuticas que no aportan valor añadido a los pacientes, donde el médico y la red de agencias de evaluación de tecnologías sanitarias que se creó en el último Consejo Interterritorial son fundamentales para aportar soluciones que minimicen los costes sanitarios. "Las sociedades científicas, las agencias evaluadoras de tecnologías y las autonomías van a liderar este cambio y a pactar lo vicios con Sanidad, que tendrá siempre la última palabra", explica Juan del Llano, director de la Fundación Gaspar Casal.

Los profesionales temen que las decisiones que se tomen no sean vinculantes y que el proceso se quede diluido como un azucarillo en el agua. "No servirá si éstas no abarcan todo el ámbito estatal", dice Rogelio Altisent, experto en profesionalismo y ética clínica.


La estrategia de sanidad
Para ello, según ha explicado a DM Jesús Ramírez Díaz-Bernardo, subdirector general de Cartera Básica de Servicios del SNS, "es clave concretar y optimizar la cartera básica actual, que data fundamentalmente de 2006 con el Real Decreto 1030/2006". En este sentido, el ministerio ha puesto en marcha un grupo de trabajo formado por las sociedades científicas, las comunidades autónomas y la red de evaluación de tecnologías para detallar los protocolos y la retirada de técnicas y procedimientos que se consideren obsoletos.

Las conclusiones de los grupos de trabajo se presentarán a la Comisión de Prestaciones, Aseguramiento y Financiación, en la que están representadas las regiones, y en el caso de aprobación las elevarán al Consejo Interterritorial.

Según Antonio Sarriá, director de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Carlos III, ha habido un antes y un después desde la llegada de la crisis, y dice que las decisiones que se tomen en la Comisión de Prestaciones serán vinculantes porque generan la cartera básica. "Cuando había dinero las regiones no dudaban en gastar, pero ahora piden soluciones para dejar de usar las tecnologías que no tienen evidencia científica".

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