XII JORNADA DE BIOÉTICA SOBRE DEMENCIA
En paliativos, el dilema ético entre retirar una sonda y no ponerla es el mismo, "pero es más difícil quitarla"
Soledad Valle | soledad.valle@unidadeditorial.es | 22/10/2012 00:00
El médico que trabaja en cuidados paliativos se enfrenta todos los días a decisiones cargadas de valoraciones éticas. Para saber cómo actuar, la experiencia da lecciones muy válidas. Yolanda Zuriarrain Reyna, médico de Familia, lleva diez años trabajando en cuidados paliativos.
En el Hospital Centro de Cuidados Laguna de Madrid atiende a enfermos con demencia, donde se encuentra con más preguntas que respuestas.
"Los cuidados paliativos están poco desarrollados en las enfermedades neuronales", ha apuntado Zuriarrain en la XII Jornada de Bioética sobre demencia que organizó la Asociación de Bioética de la Comunidad de Madrid (Abimad), en el Hospital Gregorio Marañon de la capital, la pasada semana. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre el avance de esta enfermedad en las sociedades occidentales: "El 25 por ciento de las personas mayores de 85 años paderán demencia en los proximos años . Lo que supondrá 4,5 millones de nuevos enfermos al año". Según la facultativa, la medicina tiene que prepararse para asistir a estos enfermos.
"El tratamiento del paciente con demencia debe incluir e implicar al cuidador", apunta la facultativa, quien reconoce que es más difícil tomar decisiones sobre el cuidado de estos enfermos cuando no existe una figura familiar de referencia, que pueda hablar de esa persona que, en muchos casos, no llega a entender su situación.
Entre las decisiones más complicadas que se presentan en estos cuidados, Ararrainz apuntó la de mantener una nutrición artificial, cuya opción debe meditarse, pues, según dice, "no existe una diferencia ética entre instaurar o retirar una sonda gástrica, pero en la práctica sigue siendo más difícil retirarla".
Asume que no hay una norma fija que se pueda seguir para poner una sonda gástrica y que, por tanto, "no es fácil decidir desde el punto de vista ético y más cuando no existen voluntades anticipadas del paciente, ni hay acuerdo entre las partes".
El traslado al hospital
El ingreso hospitalario de estos enfermos, separándolos del entorno seguro que es su casa, es una decisión en la que se debe sopesar "si la cobertura asistencial que tiene en su hogar es la suficiente, quién es el cuidador principal, la posibilidad de controlar el sufrimiento y las consecuencias que pueden traer su traslado".
En todo el proceso, la información juega un papel fundamental. Cabría pensar que en el tratamiento de un enfermo con demencia la información podía quedar en un segundo plano, sin embargo, la médico aclara que "la información es parte de la paliación y evita el sufrimiento, así que debe ser continua con el enfermo y los familiares, en el caso de que exista un deterioro cognitivo severo".
Más del 60 por ciento de las muertes de enfermos con demencia se deben a infecciones. "Las úlceras aparecen en los cuerpos de estos pacientes, aunque el cuidado sea exquisito", es algo que hay que recordarle al familiar a atiende al enfermo, concluye la médico.
En el Hospital Centro de Cuidados Laguna de Madrid atiende a enfermos con demencia, donde se encuentra con más preguntas que respuestas.
"Los cuidados paliativos están poco desarrollados en las enfermedades neuronales", ha apuntado Zuriarrain en la XII Jornada de Bioética sobre demencia que organizó la Asociación de Bioética de la Comunidad de Madrid (Abimad), en el Hospital Gregorio Marañon de la capital, la pasada semana. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre el avance de esta enfermedad en las sociedades occidentales: "El 25 por ciento de las personas mayores de 85 años paderán demencia en los proximos años . Lo que supondrá 4,5 millones de nuevos enfermos al año". Según la facultativa, la medicina tiene que prepararse para asistir a estos enfermos.
- "La información es parte de la paliación y evita el sufrimiento, así que debe ser continua en conversaciones con el enfermo y los familiares", apunta Zuriarrain
"El tratamiento del paciente con demencia debe incluir e implicar al cuidador", apunta la facultativa, quien reconoce que es más difícil tomar decisiones sobre el cuidado de estos enfermos cuando no existe una figura familiar de referencia, que pueda hablar de esa persona que, en muchos casos, no llega a entender su situación.
Entre las decisiones más complicadas que se presentan en estos cuidados, Ararrainz apuntó la de mantener una nutrición artificial, cuya opción debe meditarse, pues, según dice, "no existe una diferencia ética entre instaurar o retirar una sonda gástrica, pero en la práctica sigue siendo más difícil retirarla".
Asume que no hay una norma fija que se pueda seguir para poner una sonda gástrica y que, por tanto, "no es fácil decidir desde el punto de vista ético y más cuando no existen voluntades anticipadas del paciente, ni hay acuerdo entre las partes".
El traslado al hospital
El ingreso hospitalario de estos enfermos, separándolos del entorno seguro que es su casa, es una decisión en la que se debe sopesar "si la cobertura asistencial que tiene en su hogar es la suficiente, quién es el cuidador principal, la posibilidad de controlar el sufrimiento y las consecuencias que pueden traer su traslado".
En todo el proceso, la información juega un papel fundamental. Cabría pensar que en el tratamiento de un enfermo con demencia la información podía quedar en un segundo plano, sin embargo, la médico aclara que "la información es parte de la paliación y evita el sufrimiento, así que debe ser continua con el enfermo y los familiares, en el caso de que exista un deterioro cognitivo severo".
Más del 60 por ciento de las muertes de enfermos con demencia se deben a infecciones. "Las úlceras aparecen en los cuerpos de estos pacientes, aunque el cuidado sea exquisito", es algo que hay que recordarle al familiar a atiende al enfermo, concluye la médico.
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