Un estudio de la UAM plantea una posible alternativa al tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas
Madrid (16/10/2012) - Redacción
El trabajo liderado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid junto a científicos del CNIC describe un sistema de expresión inducible en situaciones inflamatorias que podría ser útil en el tratamiento de enfermedades como las cardiovasculares, neurodegenerativas y cáncer
El desarrollo de sistemas de terapia génica para el tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas es un reto científico actual, principalmente porque esto requiere la producción de moléculas anti-inflamatorias en los tejidos enfermos únicamente cuando son necesarias. Un reciente trabajo publicado en la revista 'Molecular Therapy' por un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en colaboración con científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), describe un nuevo sistema de expresión basado en un promotor eucariota que se autoregula por el estado inflamatorio del tejido.
La expresión de la citoquina anti-inflamatoria IL-10, bajo el control de este nuevo sistema, es capaz de reducir de manera significativa la inflamación local en un modelo animal de enfermedad inflamatoria. Estos resultados pueden ayudar en el diseño de nuevas estrategias para el tratamiento local de enfermedades inflamatorias crónicas como las enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades autoinmunes.
Durante las últimas décadas ha habido un importante aumento en la incidencia de las enfermedades inflamatorias crónicas. Entre estas, destacan las enfermedades alérgicas, las cardiovasculares y los trastornos autoinmunes como las enfermedades neurodegenerativas.
Las enfermedades inflamatorias crónicas se caracterizan por episodios de recaída y remisión. La administración de citoquinas anti-inflamatorias es una estrategia terapéutica habitual para el tratamiento de estas enfermedades. Estas terapias son muy prometedoras, ya que son más eficaces, mejor toleradas y más específicas que los tratamientos farmacológicos.
Sin embargo, estos tratamientos tienen varias limitaciones, tales como un elevado gasto económico de producción, la necesidad de inyecciones repetidas dada su corta vida media y efectos secundarios no deseados como una inmunosupresión generalizada. Además, es bastante frecuente que después de la interrupción o suspensión del tratamiento, haya un nuevo brote de la enfermedad.
La terapia génica puede superar muchas de estas limitaciones, ya que puede proporcionar una expresión a largo plazo, segura y regulada a nivel local. Estudios en modelos animales han demostrado de hecho la viabilidad de la terapia génica a nivel local en enfermedades inflamatorias como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide, pero la mayoría de estos experimentos se han realizado mediante el empleo de promotores virales que expresan el agente anti-inflamatorio de forma constitutiva.,escribenadrid, Universidad Autrr ialistas, Distintamente, un sistema de expresión ideal para la terapia génica debería auto-regularse por la enfermedad, expresando altos niveles de agentes anti-inflamatorios durante las recidivas y niveles más bajos durante las fases de remisión de la enfermedad.
La expresión de la citoquina anti-inflamatoria IL-10, bajo el control de este nuevo sistema, es capaz de reducir de manera significativa la inflamación local en un modelo animal de enfermedad inflamatoria. Estos resultados pueden ayudar en el diseño de nuevas estrategias para el tratamiento local de enfermedades inflamatorias crónicas como las enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades autoinmunes.
Durante las últimas décadas ha habido un importante aumento en la incidencia de las enfermedades inflamatorias crónicas. Entre estas, destacan las enfermedades alérgicas, las cardiovasculares y los trastornos autoinmunes como las enfermedades neurodegenerativas.
Las enfermedades inflamatorias crónicas se caracterizan por episodios de recaída y remisión. La administración de citoquinas anti-inflamatorias es una estrategia terapéutica habitual para el tratamiento de estas enfermedades. Estas terapias son muy prometedoras, ya que son más eficaces, mejor toleradas y más específicas que los tratamientos farmacológicos.
Sin embargo, estos tratamientos tienen varias limitaciones, tales como un elevado gasto económico de producción, la necesidad de inyecciones repetidas dada su corta vida media y efectos secundarios no deseados como una inmunosupresión generalizada. Además, es bastante frecuente que después de la interrupción o suspensión del tratamiento, haya un nuevo brote de la enfermedad.
La terapia génica puede superar muchas de estas limitaciones, ya que puede proporcionar una expresión a largo plazo, segura y regulada a nivel local. Estudios en modelos animales han demostrado de hecho la viabilidad de la terapia génica a nivel local en enfermedades inflamatorias como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide, pero la mayoría de estos experimentos se han realizado mediante el empleo de promotores virales que expresan el agente anti-inflamatorio de forma constitutiva.,escribenadrid, Universidad Autrr ialistas, Distintamente, un sistema de expresión ideal para la terapia génica debería auto-regularse por la enfermedad, expresando altos niveles de agentes anti-inflamatorios durante las recidivas y niveles más bajos durante las fases de remisión de la enfermedad.
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