REPORTAJE
El empleo en el sector sanitario se ha mantenido sacrificando los salarios
Clara Simón Vázquez | 28 - Noviembre - 2016 15:00 h.
El empleo en el sector sanitario ha ido sorteando la crisis como ha podido y parece ser que no ha sido de los sectores peor parados. Las cifras de empleo hablan por sí mismas. Según los datos del Segundo Informe del Observatorio de Sanidad FEDEA (Fundación de Estudios de Economía Aplicada), en el tercer trimestre del año pasado el empleo en el sector sanitario creció un 2,6 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, tendencia que ha seguido consolidándose en los trimestres posteriores con un crecimiento del 6,2 por ciento en el cuarto trimestre de ese mismo año, del 5,5 por ciento en el primer trimestre de 2016 y del 7,1 por ciento en el segundo trimestre de 2016.
Esta situación se enmarca dentro del crecimiento del PIB, sobre todo del que se registró a partir del tercer trimestre de 2013 (0,4 por ciento), año en el que comenzó a ser positivo. Este hecho ha permitido que dicho marcador ahora se sitúe en el 0,8 por ciento (Contabilidad Nacional Trimestral de España segundo trimestre de 2016). Al mismo tiempo, el PIB ha ido creciendo en términos interanuales a partir del primer trimestre 2014, partiendo del 0,4 por ciento y alcanzando el 3,2 por ciento en el segundo trimestre de 2016.
En contrapartida, en dicho documento se posiciona como elemento negativo la percepción de las listas de espera, que según el Barómetro Sanitario, es uno de los factores no positivos destacados por los encuestados. Así, en 2014, cerca de un 40 por ciento de las personas que participaron en la encuesta dicen que la situación era mala, porcentaje que en 2013 llegaba al 34 por ciento. Esta situación ha cambiado en 2015, ya que los encuestados que piensan que la situación ha empeorado baja unos 5 puntos porcentuales. Al mismo tiempo, el porcentaje de personas que afirma que el problema de las listas de espera ha mejorado sube del 8,1 por ciento al 10 por ciento. A las listas de espera hay que que añadir como elementos negativos los índices de pobreza y las desigualdades en términos de salud, sufridas por ciertos colectivos desfavorecidos.
Y es que en el citado informe se han valorado un total de 31 indicadores: 14 son positivos, 9 los describen como preocupantes, 7 negativos y 1 muy negativo. Lo que está claro es que España sigue siendo líder europeo en esperanza de vida al nacer, con una media de 83,3 años. La salud de los niños también es buena, puesto que la mortalidad infantil ha bajado en 2013 respecto de 2012 descendiendo de 3,1 a 2,7 por cada mil nacidos vivos y en menor medida en 2014, dado que ha aumentado a 2,9. Por el contrario, hay una mayor incidencia de enfermedades crónicas, como la depresión y trastornos mentales, que hacen que aumente la mortalidad por estas causas y la mortalidad total.
Empleo y gasto
Así, cuando dicho informe valora el total de ocupados en el sector sanitario, los datos no son tan optimistas, ya que se mantiene estable desde hace un tiempo, aunque con una ligera tendencia al alza. Esta misma línea se sigue en las bases de cotización en 2015, pero también hay que destacar que se ha producido un aumento de la contratación a tiempo parcial. Esto significa que la mayor parte de la recuperación de las cotizaciones en el sector sanitario se debe al empleo temporal y parcial, que han aumentado del 11 al 15 por ciento.
Y es que “el empleo en el sector sanitario empezó a caer a partir de 2011, coincidiendo con la segunda recesión, para recuperarse a partir de 2014”, tal y como se recoge textualmente en el informe. Esto se ha logrado sacrificando, como en otros sectores, la subida salarial, aunque a partir de 2013 los salarios empiezan a aumentar, aunque sea levemente. Si se comparan con los salarios en general, los del sector sanitario se han reducido alrededor de 8 puntos porcentuales, aunque a partir de finales de 2013 se contempla una recuperación de cerca de la mitad del descenso previo.
En los salarios nominales hay que fijarse en dos periodos diferentes. El primero es el que comprende los años 2007 a 2009, en el que se produjo un crecimiento salarial, y el segundo desde 2011 a 2013, periodo en el que se mantuvieron, con una ligera tendencia a la baja, si se observan estos datos en términos reales. La situación empieza a cambiar hace tres años, donde los salarios vuelven a una línea más positiva, aumentando levemente. Por eso, el sector sanitario no ha sido de los peores parados con la crisis, porque ha mantenido el empleo, con algunas renuncias salariales, obligadas por los presupuestos públicos.
Con respecto a la reducción del gasto sanitario de las comunidades autónomas, entre 2011 y 2014 redujeron su gasto en Sanidad en aproximadamente el 6 por ciento en términos nominales y el 10 por ciento en términos reales. No obstante, en los presupuestos iniciales en Sanidad de las comunidades autónomas se puede ver una pequeña mejoría, con un aumento global del 3 por ciento en 2015 y del 5 por ciento en 2016 en relación a los años anteriores.
A nivel internacional, España se encuentra en una posición relativamente baja en lo que respecta al gasto sanitario total como porcentaje del PIB, si se considera el conjunto de países con sistemas nacionales de salud, como son Suecia e Inglanterra, tal y como señala el informe. En ese contexto, no nos podemos olvidar del gasto farmacéutico como porcentaje del gasto sanitario total que en el año 2013 cambió su tendencia a la baja.
Esperanza de vida
Volviendo a los indicadores generales de salud, el informe destaca que son muy buenos. España ha pasado a ser el país del mundo con la mayor esperanza de vida, que ha subido casi un año, situándose en 83,3 años. Los autores del informe han querido resaltar que dentro de los indicadores tradicionales que reflejan el estado de salud la esperanza de vida es el principal y la definen, textualmente “como la cantidad media de años que vive una determinada población en un cierto periodo. También son excelentes indicadores la esperanza de vida en buena salud (que incluye una corrección por el número de años vividos en mala salud) y el número de años de vida perdidos”. Así, se constata que la crisis no parece haber frenado esos indicadores, que nos sitúan en los primeros lugares de los países occidentales.
Hay que tener en cuenta este otro dato: la esperanza de vida en buena salud. Aquí, las mujeres salen peor paradas que los hombres hasta 2014, fecha en la que aumenta a 65 años, igualándose más o menos a los varones.
Por el contrario, si se centran en los indicadores de riesgos para la salud, la obesidad en población adulta y en población infantil trae de cabeza a las autoridades sanitarias, por todas las patologías asociadas que conlleva. Además, el incremento de la tasa de pobreza y desigualdad de la en la crisis ha hecho que aumenten las desigualdades en salud en la población. Hay que tener en cuenta que en los últimos 20 años el porcentaje de personas obesas se ha duplicado, aunque las previsiones, si siguen la tendencia registrada, indican que esta cifra puede bajar, ya que se ha registrado un menor porcentaje de personas obesas en 2014.
Con respecto a la obesidad infantil, los datos de 2013 recogidos del estudio Aladino son pesimistas, sobre todo en los niños, que superan el 21,4 por ciento, porcentaje que en las niñas es menor, situándose en el 15,5 por ciento.
Pero no todo van a ser malos datos. En lo que respecta al tabaco, las campañas de lucha frente a este mal hábito parece ser que están dando buenos resultados. Los datos del informe muestran que se ha reducido la prevalencia de fumadores, y el informe especifica que hay menos fumadores diarios y un menor consumo de cigarrillos por persona. Este dato es importante por la reducción del número de enfermedades relacionadas con el tabaco, que van desde las patologías cardiovasculares hasta un gran número de tumores.
Para concluir, el informe se refiere a las enfermedades crónicas, donde se ha producido un descenso a partir de 2014, más concretamente en lo que respecta a la diabetes, teniendo en cuenta los datos de la Encuesta Europea de Salud 2014. Así, el número de diabéticos entre 55 y 64 años y los mayores de 75 descendió en 2014 en 2,4 puntos porcentuales y casi 1 punto porcentual, respectivamente.
No ha sucedido igual con la depresión, la ansiedad y otras patologías psiquiátricas que han aumentado en los años de la crisis, sobre todo en los más jóvenes. El porcentaje de personas entre 25 y 34 años con problemas mentales ha aumentado del 6,9 por ciento en 2012 a 9,7 por ciento en 2014.
Por eso, una de las mayores preocupaciones en Europa es la prevención y el tratamiento de la enfermedad mental, que se sustentan en programas sociales que aseguren una integración de estas personas. En este sentido, aún queda mucho por hacer.
Listas de espera
Con respecto a las listas de espera, según datos del Barómetro Sanitario 2015, “se aprecian algunas mejoras en las listas de espera y una mejor valoración del sistema sanitario español”, cita el informe, donde se añade que “en el gasto sanitario total como porcentaje del PIB, España se encuentra por detrás de la media de los países de la OCDE y especialmente del conjunto de países con sistemas nacionales de salud como Suecia e Inglaterra”.
Pero hay que tener en cuenta, con los datos del citado documento, que en general los ciudadanos valoran bien el sistema sanitario, aunque los datos de 2013 y 2014 reflejan que el sistema necesita algunos cambios. El 65,6 por ciento de los encuestados dice que el el sistema funciona bastante bien pero que habría cosas que modificar. Por el contrario, los que opinan que hay que hacer cambios fundamentales, casi rehacerlo por completo, llegan al 33 por ciento, dos puntos menos que entre 2014 y 2015.
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