lunes, 28 de noviembre de 2016

Lo que la sanidad no puede curar - DiarioMedico.com

CRECE LA BRECHA EN SALUD ENTRE RICOS Y POBRES

Lo que la sanidad no puede curar

La OCDE alerta de que crece la desigualdad en salud ligada a renta. Las diferencias son mayores entre pobres y ricos que entre países. España sigue líder en esperanza de vida pero debe mejorar sus hábitos.
Laura G. Ibañes | laura.gutierrez@diariomedico.com   |  28/11/2016 00:00
 
 
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el sistema sanitario español ante el espejo de europa
Datos procedentes del informe Health at a Glance 2016, correspondientes a 2014 o año más reciente disponible en las estadísticas. (OCDE)
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Los llaman problemas retorcidos, pero no hace falta ponerles nombre para saber que algunas cuestiones como el cambio climático o las drogas precisan de un abordaje que difícilmente puede acotarse a un único ámbito y que, con frecuencia, las mejoras que se consiguen con una actuación acaban generando nuevos problemas en otro, haciendo difícil saber si fue (o si debe ir) antes la gallina o el huevo. Algo semejante ocurre con el tándem pobreza-enfermedad.
  • Los europeos pobres tienen, de media, diez veces más probabilidades de encontrar problemas para conseguir atención sanitaria que los europeos más ricos
Hace décadas que se ha asumido que garantizar la salud de la población está en manos no sólo de los sistemas sanitarios y de las actuaciones puramente médicas, sino que requiere mucho más, tanto, al menos, como combatir desde todos los frentes posibles los principales factores de riesgo para buena parte de las patologías más extendidas. Es decir, luchar contra la obesidad, la contaminación, el tabaquismo, el consumo de alcohol.... y contra la pobreza, que acostumbra a acumular (o generar) todos estos factores en quienes, además, la sufren. Y, a la vez, ya nadie parece discutir que la propia sanidad universal es una de las mejores herramientas para la justicia social, capaz de acabar con buena parte de la desigualdad que genera la pobreza.
Consciente de ello, la OCDE, el club de los países más ricos, dio la semana pasada un nuevo paso al frente alertando de las desigualdades sociales en sanidad. En su informe anual Health at a Glance 2016 [Panorama de la Salud] afirmó que "demasiados europeos, en particular los de los grupos más vulnerables y desfavorecidos, tienen dificultades a la hora de acceder a la sanidad necesaria, debido al coste"; y advirtió de la necesidad de combatir estas fuertes inequidades en salud que tienen poco que ver con la sanidad y mucho más que ver con la pobreza.
Más aún teniendo en cuenta que los nuevos datos, también de la OCDE, parecen mostrar que la recuperación económica se ha producido sólo entre la población que era más rica, pero no entre los más pobres, acrecentando la brecha entre colectivos.
  • El 26,9% de los españoles de clases sociales más bajas no pudo acceder a atención bucodental en el último año pese a precisarla
Y si la brecha entre ricos y pobres ha crecido, las desigualdades en salud también. Los nuevos datos de la OCDE muestran que, con la crisis, se ha acrecentado la desigualdad en salud, tanto entre los países más y menos ricos como entre la población de mayores y menores ingresos dentro de cada país. La OCDE reconoce que "necesitamos sistemas de salud más accesibles: un 27 por ciento acude a urgencias debido a la falta de atención primaria; los pacientes pagan de su bolsillo una media del 15 por ciento del gasto sanitario, y existen grandes disparidades entre países; los europeos pobres tienen, de media, diez veces más probabilidades de encontrar problemas para conseguir una atención sanitaria apropiada por motivos económicos que los europeos más ricos". Por ello, "las políticas de los Estados deberían centrarse en la reducción de los obstáculos financieros para la asistencia sanitaria, el refuerzo del acceso a la atención primaria y la reducción de los tiempos de espera".
A esta cuestión se añade el hecho de que "cada año mueren 550. 000 personas en edad de trabajar por enfermedades que podrían evitarse", con el problema añadido de que los factores de riesgo (obesidad, tabaquismo, etc.) de esas enfermedades evitables presentan un gradiente social cada vez más pronunciado.
España no es ajena a este problema de inequidades en salud consecuencia de desigualdades sociales. Según los nuevos datos de la OCDE, España sigue siendo líder europea en esperanza de vida, tiene mejor salud percibida que sus vecinos, se ha equiparado en tasa de obesidad y sigue por encima de la UE en tabaquismo, pero ha conseguido reducir el porcentaje de jóvenes que fuma. Pero tras estos relativamente buenos datos se esconden todavía fuertes desigualdades ligadas a factores sociales: "La tasa de obesidad en adultos en España es dos veces mayor en la población con nivel educativo más bajo que entre los más educados (23 por ciento comparado con 10 por ciento)".Algo semejante ocurre con el tabaquismo, con tasas del 18,5 por ciento entre los españoles de clases sociales más altas y el 26,3 entre los de clases más bajas.
Más graves aún son las cifras que muestran imposibilidad de algunos españoles de acceder a la asistencia sanitaria que precisaban por demoras excesivas, cuestión que la última Encuesta Europea de Salud muestra que afectó al 9,4 % de las clases sociales altas y hasta al 13,1 por ciento de las más bajas.
La brecha entre ricos y pobres se observa claramente cuando se pregunta a la población expresamente si no pudo recibir asistencia por motivos económicos, lo que sucedió al 1 por ciento de españoles de clases más altas y hasta el 5,5 por ciento de los de las más bajas. En el caso de la atención bucodental esta desigualdad se dispara: no pudieron recibir esta asistencia por motivos económicos el 3,8% de las clases más altas pero hasta el 26,9% de las más bajas.
Y los problemas de acceso acaban traduciéndose en problemas de salud. En conjunto, mientras más del 83 por ciento de los españoles de clases sociales altas siente que su salud es buena o muy buena, esta cifra se desploma hasta el 62,5 por ciento entre las clases más bajas. Lo que invita, como mínimo, a reflexionar sobre la equidad real del sistema sanitario.
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