SE HA CONVERTIDO EN UN NEGOCIO
La modificación genética, próxima parada del turismo reproductivo
La maternidad subrogada se ha convertido en un negocio para numerosos países menos desarrollados, donde clínicas privadas aprovechan la falta de regulación para ofrecer un servicio a los ciudadanos de países occidentale.
G. E. | dmredaccion@diariomedico.com | 28/11/2016 00:00
La maternidad subrogada se ha convertido en un negocio para numerosos países menos desarrollados, donde clínicas privadas aprovechan la falta de regulación para ofrecer un servicio a los ciudadanos de países occidentales que no están de acuerdo con las limitaciones impuestas por la ley en sus países de origen.
El fenómeno ha llegado a tal punto que países como Camboya han convertido esta práctica en delito para evitar la trata de personas, pues la industria de vientres de alquiler ha florecido después de que India, Nepal y Tailandia endurecieran su legislación ante el escándalo suscitado por prácticas como el confinamiento de las gestantes.
En este marco, es muy probable que la modificación genética sea la próxima frontera del turismo médico reproductivo. Al menos, así lo sostiene Rosa Castro, investigadora en el Laboratorio de Ciencia, Legislación y Política de la Universidad de Duke y redactora jefe del Journal of Law and Biosciences. Castro escribe en The Conversation que el reemplazo mitocondrial es terreno abonado, no solo por el precedente que supone la maternidad subrogada, sino por el hecho de que el primer niño que nació mediante esta nueva técnica -que en Europa solo autoriza Reino Unido- lo hizo en México, de padres jordanos asistidos por un equipo médico estadounidense. Ya se conocen casos en Ucrania y China.
Castro apunta algunos de los problemas éticos que suscita el reemplazo mitocondrial, agudizados en un contexto de turismo médico: "¿Qué ocurrirá si el hijo nace con daños colaterales que aún no podemos prever? ¿Afectarán estas técnicas a los conceptos actuales de identidad, parentesco y relaciones familiares en general? ¿Qué se hará de los embriones sobrantes? ¿Debe pagarse a la donante del óvulo que proporciona las mitocondrias sanas?"
China, el primero
Para G. Owen Schaefer, investigador en el Centro de Ética Biomédica de la Universidad Nacional de Singapur, el fenómeno irá más allá y abarcará la intervención genética de mejora. Y se atreve a pronosticar el país que dará el primer paso: China. Schaefer razona en Quartz que los ciudadanos europeos y estadounidenses "muestran un rechazo mayoritario -detectado en encuestas de opinión pública- hacia prácticas como la selección embrionaria sin fines médicos. En cambio, en China la opinión pública es menos relevante, al tratarse de un régimen dictatorial".
Por otra parte, la modificación de la línea germinal está prohibida en Europa, Canadá y Australia, y vetada en la investigación con fondos federales en Estados Unidos.
En cambio, las posibilidades de edición genética abiertas por técnicas como CRISPR no encuentran en China, India y otros países asiáticos oposición legal, sino de guías de práctica investigadora en el mejor de los casos.
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