martes, 9 de octubre de 2012

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El trasplante renal de donante vivo puede planificarse como primera opción de tratamiento sustitutivo renal sin necesidad de pasar antes por diálisis

Gran Canaria (09/10/2012) - Redacción

• Los resultados a corto y largo plazo son mejores que en trasplante renal de donante fallecido

• El trasplante de vivo es la técnica que proporciona una mejor calidad de vida, una rehabilitación más rápida, un mayor índice de supervivencia, y es la más coste-eficaz

• Tal y como han puesto de manifiesto los expertos en el XLII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Nefrología que se ha celebrado en Gran Canaria

El trasplante es el tratamiento que garantiza una mayor supervivencia y una mayor calidad de vida en personas con enfermedad renal. Actualmente, España es uno de los países con mayor tasa de trasplante renal; no en vano, prácticamente la mitad de los enfermos en tratamiento sustitutivo renal tiene un injerto de riñón funcionante.

De todos esos trasplantes, el 12,5 por ciento son de donante vivo, un porcentaje superior al del año pasado. En total han sido 312 intervenciones de donante vivo, frente a las 240 del año anterior. Durante los años 90 se realizaban en torno a 20 trasplantes de donante vivo, en cambio, en la actualidad esta cifra ha aumentado considerablemente. Según el Dr. Julio Pascual, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nefrología, que estos días celebra su XLII Congreso Nacional en Gran Canaria, "hace unos años se pensaba que el 15 por ciento del total era la meta a alcanzar pero gracias a que la concienciación de pacientes, familiares, profesionales y programas y unidades de trasplante fomentan este tipo de práctica puede que en unos años esta cifra se incremente hasta el 20 por ciento, lo que consideramos que es una buena cifra".

Por su parte el doctor Josep María Cruzado, coordinador de Docencia e Investigación de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), señala que es importante que ese porcentaje (312 sobre un total de 2.498 trasplantes renales realizados) siga aumentando para satisfacer la demanda de trasplante ya que, a pesar de todo, la lista de espera no se ha reducido.

En comparación con los países del norte de Europa o con Estados Unidos, donde ronda el 50 por ciento de los trasplantes renales totales, el porcentaje de trasplante de donante vivo sigue siendo bajo, una diferencia que se explica, según el doctor Cruzado, "por el éxito del trasplante de cadáver en nuestro país, gracias al modelo organizativo de la Organización Nacional de Trasplante (ONT), muy por encima de la mayoría de países de nuestro entorno".

En cuanto a las listas de espera, a pesar del incremento de actividad de trasplante renal, durante los últimos cinco años esta ha ido ascendiendo ligeramente, pasando de los 4.026 pacientes en 2003 a los 4.524 de 2011. El tiempo de espera es muy variable en función de diversos factores como el grupo sanguíneo, la edad del receptor y la presencia de anticuerpos anti-HLA. En cualquier caso, "este tiempo es muy inferior al observado en países de nuestro entorno", recuerda el doctor Cruzado.


El trasplante renal como primera opción de tratamiento sustitutivo renal

Se ha demostrado que la supervivencia del injerto renal es mayor cuanto menor es el tiempo del paciente en lista de espera, por lo que la situación ideal es la realización de trasplante renal de donante vivo anticipado, es decir, antes de que el paciente entre en hemodiálisis o diálisis peritoneal.

Según el Dr. Cruzado, hoy en día "la mayor ventaja del trasplante renal de donante vivo es que puede planificarse, lo que permite plantearlo como primera opción de tratamiento sustitutivo renal, sin necesidad de pasar por diálisis. Además, respecto a cadáver, los resultados son mejores tanto a corto como a largo plazo". Por otro lado, el doctor Pascual afirma que: "a pesar de los avances en diálisis el trasplante de vivo la mejor opción ya que es la que proporciona una mejor calidad de vida y una más rápida rehabilitación, un mayor índice de supervivencia, y es la más coste-eficaz".

De hecho, según resultados expuestos en el Congreso de la SEN, el riesgo proporcional de muerte de un paciente es tres veces menor cuando recibe un trasplante de riñón de una persona de más de 65 años que cuando permanece en diálisis. El trasplante de vivo es mucho más común entre sectores jóvenes de población debido a la donación de padres o hermanos aunque tal y como dice el doctor Pascual "cada día es más común que paciente de 60 años se sometan a este intervención, normalmente gracias a la donación por parte del cónyuge".

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