Las patologías venosas representan entre el uno y el dos por ciento del presupuesto sanitario nacional
Madrid (04/10/2012) - Redacción
• La prevalencia de la Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) ha ido en aumento y se ha convertido ya en una de las enfermedades más habituales en la población adulta del mundo occidental
• La SEACV ha promovido el estudio C-VIVES, que a través de una muestra de más de 1.500 pacientes muestra que las IVC empeoran alrededor de un tercio el bienestar de los pacientes
Más de la mitad de la población adulta española sufre algún síntoma de Insuficiencia Venosa Crónica (IVC), un síndrome que se caracteriza por una anomalía del retorno venoso en la que la sangre venosa fluye en sentido opuesto al normal y que tiene un importante impacto socioeconómico, puesto que consume alrededor del dos por ciento del presupuesto sanitario nacional en países como Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y España por su complejidad de tratamiento, según destaca el profesor Francisco Lozano, presidente de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV).
Precisamente para medir el impacto que las IVC tienen en la calidad de vida de los pacientes, la SEACV ha promovido el estudio C-VIVES, que a través de una muestra de más de 1.500 pacientes analiza la relación entre la gravedad de la enfermedad y el bienestar social del paciente. Los resultados subrayan que la presencia de una insuficiencia venosa empeora en un tercio la calidad de vida de estos pacientes. Esta pérdida de bienestar varía en función de la gravedad de la patología, pero también en función de la edad, el peso y el grado de sedentarismo.
El perfil de los pacientes españoles se asocia en su mayoría a mujeres de una media de 59 años, fumador en un 32 por ciento de los casos y sedentario en siete de cada diez casos y con una importante carga familiar de antecedentes venosos. "Este estudio nos permite obtener una radiografía de la situación actual de los pacientes con IVC, lo que ayuda al profesional a mejorar su diagnóstico y tratamiento", comenta el profesor Lozano
.
En los últimos años, la prevalencia de la Insuficiencia Venosa Crónica ha ido en aumento y se ha convertido ya en una de las enfermedades más habituales en la población adulta del mundo occidental. Las conocidas varices, una de las múltiples causas de la IVC, están consideradas como una de las diez enfermedades más frecuentes de la población occidental y su intervención ocupa uno de los primeros puestos entre las diez cirugías más frecuentes de nuestros hospitales.
Sin embargo, los expertos denuncian que, pese a su prevalencia, tres de cada cuatro pacientes con IVC no están tratados, lo que complica gravemente la progresión en un futuro. Tal como explica el presidente de la SEACV, "la IVC es una enfermedad evolutiva que al principio presenta síntomas más o menos llamativos como, por ejemplo, pesadez en las piernas o calambres, pero que si no recibe un tratamiento adecuado, a los diez años puede desencadenar la aparición de varices con diversas complicaciones o evolucionar hasta la aparición de alteraciones tróficas o la ulceración de la piel".
Consejos preventivos
Promover hábitos saludables es uno de los principales consejos que dan los especialistas para prevenir la aparición de IVC. En este sentido, los expertos recomiendan practicar ejercicio suave diariamente, como nadar, montar en bicicleta o subir y bajar escaleras a pie. También es recomendable cuidar los hábitos de higiene, como lavar diariamente las piernas con jabón neutro para no alterar el PH de la piel, evitar baños prolongados para evitar la aparición de lesiones y lubricar la piel.
En el ámbito de la alimentación, se debe evitar el exceso de peso y seguir una dieta equilibrada, pobre en calorías y rica en fibra para evitar el estreñimiento, ya que aumenta la presión del abdomen y dificulta el retorno venoso. Tampoco es conveniente abusar de la sal, el café, alcohol y tabaco, ni llevar ropa muy ajustada ni un calzado demasiado plano o abierto.
Asimismo, estos pacientes deben seguir unas estrictas pautas de descanso, descansando las piernas durante media hora diaria y situándolas por encima del nivel de la cabeza por la noche, ya que así se evita el estancamiento de la sangre en las piernas.
En la actualidad, el tratamiento de las varices abarca un amplio espectro de posibilidades, que van desde el tratamiento médico y la terapia compresiva, hasta las modernas técnicas mínimamente invasivas como el láser endovenoso o la ablación por radiofrecuencia.
Asimismo, en la actualidad existe un amplio abanico de fármacos orales de gran utilidad en todas las fases de la IVC. No logran curar el síndrome pero son muy efectivos en el control de la sintomatología, sobre todo cuando se incrementan las molestias en los periodos de calor, época donde es insoportable llevar medias elásticas de compresión, muy utilizadas por estos pacientes
Precisamente para medir el impacto que las IVC tienen en la calidad de vida de los pacientes, la SEACV ha promovido el estudio C-VIVES, que a través de una muestra de más de 1.500 pacientes analiza la relación entre la gravedad de la enfermedad y el bienestar social del paciente. Los resultados subrayan que la presencia de una insuficiencia venosa empeora en un tercio la calidad de vida de estos pacientes. Esta pérdida de bienestar varía en función de la gravedad de la patología, pero también en función de la edad, el peso y el grado de sedentarismo.
El perfil de los pacientes españoles se asocia en su mayoría a mujeres de una media de 59 años, fumador en un 32 por ciento de los casos y sedentario en siete de cada diez casos y con una importante carga familiar de antecedentes venosos. "Este estudio nos permite obtener una radiografía de la situación actual de los pacientes con IVC, lo que ayuda al profesional a mejorar su diagnóstico y tratamiento", comenta el profesor Lozano
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En los últimos años, la prevalencia de la Insuficiencia Venosa Crónica ha ido en aumento y se ha convertido ya en una de las enfermedades más habituales en la población adulta del mundo occidental. Las conocidas varices, una de las múltiples causas de la IVC, están consideradas como una de las diez enfermedades más frecuentes de la población occidental y su intervención ocupa uno de los primeros puestos entre las diez cirugías más frecuentes de nuestros hospitales.
Sin embargo, los expertos denuncian que, pese a su prevalencia, tres de cada cuatro pacientes con IVC no están tratados, lo que complica gravemente la progresión en un futuro. Tal como explica el presidente de la SEACV, "la IVC es una enfermedad evolutiva que al principio presenta síntomas más o menos llamativos como, por ejemplo, pesadez en las piernas o calambres, pero que si no recibe un tratamiento adecuado, a los diez años puede desencadenar la aparición de varices con diversas complicaciones o evolucionar hasta la aparición de alteraciones tróficas o la ulceración de la piel".
Consejos preventivos
Promover hábitos saludables es uno de los principales consejos que dan los especialistas para prevenir la aparición de IVC. En este sentido, los expertos recomiendan practicar ejercicio suave diariamente, como nadar, montar en bicicleta o subir y bajar escaleras a pie. También es recomendable cuidar los hábitos de higiene, como lavar diariamente las piernas con jabón neutro para no alterar el PH de la piel, evitar baños prolongados para evitar la aparición de lesiones y lubricar la piel.
En el ámbito de la alimentación, se debe evitar el exceso de peso y seguir una dieta equilibrada, pobre en calorías y rica en fibra para evitar el estreñimiento, ya que aumenta la presión del abdomen y dificulta el retorno venoso. Tampoco es conveniente abusar de la sal, el café, alcohol y tabaco, ni llevar ropa muy ajustada ni un calzado demasiado plano o abierto.
Asimismo, estos pacientes deben seguir unas estrictas pautas de descanso, descansando las piernas durante media hora diaria y situándolas por encima del nivel de la cabeza por la noche, ya que así se evita el estancamiento de la sangre en las piernas.
En la actualidad, el tratamiento de las varices abarca un amplio espectro de posibilidades, que van desde el tratamiento médico y la terapia compresiva, hasta las modernas técnicas mínimamente invasivas como el láser endovenoso o la ablación por radiofrecuencia.
Asimismo, en la actualidad existe un amplio abanico de fármacos orales de gran utilidad en todas las fases de la IVC. No logran curar el síndrome pero son muy efectivos en el control de la sintomatología, sobre todo cuando se incrementan las molestias en los periodos de calor, época donde es insoportable llevar medias elásticas de compresión, muy utilizadas por estos pacientes
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