Los jóvenes que sufren lesiones cerebrales tienen más probabilidades de cometer crímenes
25/10/2012 - E.P.
La investigación apoya un informe presentado recientemente en Reino Unido sobre el impacto de las lesiones cerebrales que están en desarrollo y las consecuencias sociales que producen
Los jóvenes que sufren lesiones en el cerebro tienen más probabilidades de cometer crímenes y terminar en prisión, según ha demostrado un estudio de la Universidad de Exeter (Inglaterra) que asegura que las lesiones cerebrales pueden provocar "fallos" en el cerebro que afectan al juicio y a la capacidad de controlar los impulsos.
En el nuevo estudio, el profesor del Centro de Investigación de Neuropsicología Clínica de la Universidad de Exeter, Huw Williams, ha mostrado que este hecho está ocurriendo "más frecuentemente" entre niños y jóvenes que se han caído o han resultado heridos al practicar deportes o al estar involucrados en peleas y accidentes de tráfico.
Asimismo, un estudio de 200 presos en el Reino Unido ha mostrado que 60 por ciento habían informado haber sufrido un traumatismo craneal. Un cerebro joven, es propenso a 'afrontar riesgos' y por lo tanto es más vulnerable a sufrir heridas en primer lugar, y a experimentar problemas sutiles o severos de atención, concentración y control del estado de ánimo y conducta", ha comentado Williams.
En este sentido, los investigadores han asegurado que una mejora de los tratamientos y la "introducción de cribados" entre los jóvenes delincuentes podría ofrecer beneficios significativos en términos de reducir el crimen y ahorrar dinero público. "Es raro que los profesionales de justicia criminal consideren una lesión cerebral cuando analizan las necesidades de rehabilitación de un delincuente", ha avisado el experto.
Por otra parte, otro informe, recientemente llevado a cabo por el Children's Commissioner de Inglaterra, ha revisado la evidencia publicada en las universidades de Exeter y Birmingham sobre las lesiones cerebrales y la violencia juvenil, y ha demostrado que un número grande de jóvenes detenidos en Inglaterra tienden a presentan un grado más alto de trastornos de neurodesarrollo y problemas vinculados a éstos que la población general.
Además, en esta investigación se ha reflejado que muchos jóvenes delincuentes tienen un nivel de lectura por debajo de la edad de responsabilidad criminal, que en Inglaterra y Gales es de 10 años.
"Nuestro fracaso para identificar trastornos de neurodesarrollo y poner en práctica medidas para que los jóvenes con estas lesiones no cometan delitos es una tragedia. Esto afecta a las víctimas de sus crímenes, a los niños en sí mismos, a sus familias, a los servicios que intentan mejorar la vida de los delincuentes, a la sociedad en general", ha comentado la comisionada para asuntos infantiles de Inglaterra, Maggie Atkinson.
Dicho esto, la experta ha recordado que a pesar de que los niños con trastornos de neurodesarrollo pueden conocer la diferencia "entre el bien y el mal", a lo mejor "no entienden" las consecuencias que tienen su acciones ni los procesos a los que son sometidos en los tribunales o en los centros de detención.
En el nuevo estudio, el profesor del Centro de Investigación de Neuropsicología Clínica de la Universidad de Exeter, Huw Williams, ha mostrado que este hecho está ocurriendo "más frecuentemente" entre niños y jóvenes que se han caído o han resultado heridos al practicar deportes o al estar involucrados en peleas y accidentes de tráfico.
Asimismo, un estudio de 200 presos en el Reino Unido ha mostrado que 60 por ciento habían informado haber sufrido un traumatismo craneal. Un cerebro joven, es propenso a 'afrontar riesgos' y por lo tanto es más vulnerable a sufrir heridas en primer lugar, y a experimentar problemas sutiles o severos de atención, concentración y control del estado de ánimo y conducta", ha comentado Williams.
En este sentido, los investigadores han asegurado que una mejora de los tratamientos y la "introducción de cribados" entre los jóvenes delincuentes podría ofrecer beneficios significativos en términos de reducir el crimen y ahorrar dinero público. "Es raro que los profesionales de justicia criminal consideren una lesión cerebral cuando analizan las necesidades de rehabilitación de un delincuente", ha avisado el experto.
Por otra parte, otro informe, recientemente llevado a cabo por el Children's Commissioner de Inglaterra, ha revisado la evidencia publicada en las universidades de Exeter y Birmingham sobre las lesiones cerebrales y la violencia juvenil, y ha demostrado que un número grande de jóvenes detenidos en Inglaterra tienden a presentan un grado más alto de trastornos de neurodesarrollo y problemas vinculados a éstos que la población general.
Además, en esta investigación se ha reflejado que muchos jóvenes delincuentes tienen un nivel de lectura por debajo de la edad de responsabilidad criminal, que en Inglaterra y Gales es de 10 años.
"Nuestro fracaso para identificar trastornos de neurodesarrollo y poner en práctica medidas para que los jóvenes con estas lesiones no cometan delitos es una tragedia. Esto afecta a las víctimas de sus crímenes, a los niños en sí mismos, a sus familias, a los servicios que intentan mejorar la vida de los delincuentes, a la sociedad en general", ha comentado la comisionada para asuntos infantiles de Inglaterra, Maggie Atkinson.
Dicho esto, la experta ha recordado que a pesar de que los niños con trastornos de neurodesarrollo pueden conocer la diferencia "entre el bien y el mal", a lo mejor "no entienden" las consecuencias que tienen su acciones ni los procesos a los que son sometidos en los tribunales o en los centros de detención.
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