VIOLENCIA | Análisis en EEUU
Restingir el acceso de sujetos de riesgo a las armas de fuego salva vidas
Imagen de una armería en Grecia.| Foto: Héctor Estepa
- En EEUU se produce 30 muertes al día por disparos de bala
- Los antecedentes u órdenes de alejamiento no siempre restringen el acceso
El uso de las armas de fuego suele saltar a la opinión pública cuando sucesos como el de El Salobral o, más lejos de aquí, la reciente matanza en el cine de Aurora (EEUU), sacuden la conciencia colectiva y ponen sobre la mesa el peligro de las balas.
Periódicamente, sucesos como éstos llevan a plantearse la necesidad de regular el acceso a las armas de fuego, algo que en esta ocasión han hecho investigadores de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins (en EEUU).
Y aunque pueda parecer una obviedad de perogrullo, el análisis que firma Daniel Webster (director de su programa de estudio sobre el acceso a armas) señala que limitar el acceso a las armas a individuos de alto riesgo salvaría muchas vidas al año. Y especifica el caso de sujetos acusados de violencia doméstica, menores de 21 años, usuarios de drogas o pacientes con patologías mentales, entre otras.
"A mucha gente le sorprenderá saber que individuos condenados por actos violentos o con órdenes de alejamiento por violencia doméstica puedan legalmente, en numerosos estados de EEUU, disponer de un arma de fuego", denuncian.
En nuestro país, el acceso a licencias de armas está regulado por el Real Decreto 137/1993 en cuyo artículo 98 se refiere vagamente a que "en ningún caso podrán tener ni usar armas, ni ser titulares de las licencias o autorizaciones correspondientes, las personas cuyas condiciones psíquicas o físicas les impidan su utilización, y especialmente aquellas personas para las que la posesión y el uso de armas representen un riesgo propio o ajeno", sin mencionar excepciones concretas.
En España, según datos facilitados por la Guardia Civil, existen 1.838.121 licencias de armas (a septiembre de 2012); aunque un mismo individuo puede tener más de un permiso. Aunque es más difícil encontrar estadísticas sobre número de muertes por disparos (al margen de los suicidios, que sí se precisan en los datos del INE), algún estudio de la Organización Mundial de la Salud habla de unas 400 al año.
Estos especialistas en salud pública también son partidarios de limitar el acceso a armas de fuego a los menores de 21 años, teniendo en cuenta que las personas de 18 a 20 años son las más propensas a cometer un homicidio. Hoy por hoy, sólo 50 estados impiden la posesión de pistolas a estas edades.
Sólo en 2010 se produjeron en aquel país 30.000 muertes por disparos de bala (11.000 de ellas, homicidios); un problema que tiene un coste directo e indirecto de unos 1.300 dólares (alrededor de 1.000 euros) por cada adulto y niño.
El informe cita varios estudios en los que se demuestra que limitar el acceso a este material en grupos considerados 'sensibles' podría traducirse en una reducción de las muertes violentas; un debate que, pese a todo, ningún candidato a la presidencia de EEUU parece querer abordar en un país con tanta tradición armamentística. De hecho, admiten que las encuestas van en su contra y demuestran que los estadounidenses no son partidarios de endurecer las leyes. "Hay obstáculos reales para restringir el acceso a las armas, pero los políticos tienen que tener en cuenta que esto sería conforme con nuestra constitución y, además, salvaría muchas vidas", concluyen.
Periódicamente, sucesos como éstos llevan a plantearse la necesidad de regular el acceso a las armas de fuego, algo que en esta ocasión han hecho investigadores de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins (en EEUU).
Y aunque pueda parecer una obviedad de perogrullo, el análisis que firma Daniel Webster (director de su programa de estudio sobre el acceso a armas) señala que limitar el acceso a las armas a individuos de alto riesgo salvaría muchas vidas al año. Y especifica el caso de sujetos acusados de violencia doméstica, menores de 21 años, usuarios de drogas o pacientes con patologías mentales, entre otras.
"A mucha gente le sorprenderá saber que individuos condenados por actos violentos o con órdenes de alejamiento por violencia doméstica puedan legalmente, en numerosos estados de EEUU, disponer de un arma de fuego", denuncian.
En nuestro país, el acceso a licencias de armas está regulado por el Real Decreto 137/1993 en cuyo artículo 98 se refiere vagamente a que "en ningún caso podrán tener ni usar armas, ni ser titulares de las licencias o autorizaciones correspondientes, las personas cuyas condiciones psíquicas o físicas les impidan su utilización, y especialmente aquellas personas para las que la posesión y el uso de armas representen un riesgo propio o ajeno", sin mencionar excepciones concretas.
Un goteo diario
Webster y su equipo señalan que aunque el tema de las pistolas suele saltar a los medios de comunicación cuando ocurren grandes matanzas como la del 'imitador de Batman', el problema de las muertes violentas en EEUU es un goteo constante y diario. De hecho, en los 100 días posteriores a la matanza de Colorado, se han producido en aquel país unas 3.000 muertes producidas por disparos (casi 30 diarias).En España, según datos facilitados por la Guardia Civil, existen 1.838.121 licencias de armas (a septiembre de 2012); aunque un mismo individuo puede tener más de un permiso. Aunque es más difícil encontrar estadísticas sobre número de muertes por disparos (al margen de los suicidios, que sí se precisan en los datos del INE), algún estudio de la Organización Mundial de la Salud habla de unas 400 al año.
Estos especialistas en salud pública también son partidarios de limitar el acceso a armas de fuego a los menores de 21 años, teniendo en cuenta que las personas de 18 a 20 años son las más propensas a cometer un homicidio. Hoy por hoy, sólo 50 estados impiden la posesión de pistolas a estas edades.
Sólo en 2010 se produjeron en aquel país 30.000 muertes por disparos de bala (11.000 de ellas, homicidios); un problema que tiene un coste directo e indirecto de unos 1.300 dólares (alrededor de 1.000 euros) por cada adulto y niño.
El informe cita varios estudios en los que se demuestra que limitar el acceso a este material en grupos considerados 'sensibles' podría traducirse en una reducción de las muertes violentas; un debate que, pese a todo, ningún candidato a la presidencia de EEUU parece querer abordar en un país con tanta tradición armamentística. De hecho, admiten que las encuestas van en su contra y demuestran que los estadounidenses no son partidarios de endurecer las leyes. "Hay obstáculos reales para restringir el acceso a las armas, pero los políticos tienen que tener en cuenta que esto sería conforme con nuestra constitución y, además, salvaría muchas vidas", concluyen.
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