DIVISIÓN DE IDEAS
La sanidad de EEUU, según Clinton, Trump y los ciudadanos
El New England analiza las prioridades de la población estadounidense. Los demócratas y los republicanos se encuentran en las antípodas también en tema sanitario.
José A. Plaza | Madrid japlaza@unidadeditorial.es | 31/10/2016 00:00
Hillary Clinton y Donald Trump, candidato a la presidencia de Estados Unidos. (DM)
El New England Journal of Medicine (NEJM) publicó la semana pasada un análisis sobre las elecciones estadounidenses, desde el punto de vista de los ciudadanos, basándose en 14 macroencuestas que han preguntado a la población qué sanidad quiere a corto plazo en su país y cómo puede afectar a este asunto la elección de uno u otro candidato a la presidencia.
La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, antagonistas en buena parte de su programa, difieren también en sus propuestas sanitarias. Las elecciones de este martesdefinirán si Estados Unidos insiste en la senda del cambio iniciado por Barack Obama, o si desanda los pasos dados en los últimos años y busca vías diferentes.
Qué quiere Clinton
La intención demócrata es ampliar el programa Medicare (un seguro social para mayores y colectivos con discapacidad), actualmente restringido a mayores de 65 años, y cubrir también a las personas de entre 55 y 65 años. También plantea permitir a los inmigrantes sin papelescontratar cobertura médica a través de los mercados de seguros, y reducir algunos copagos y el coste de los fármacos de prescripción.
La intención demócrata es ampliar el programa Medicare (un seguro social para mayores y colectivos con discapacidad), actualmente restringido a mayores de 65 años, y cubrir también a las personas de entre 55 y 65 años. También plantea permitir a los inmigrantes sin papelescontratar cobertura médica a través de los mercados de seguros, y reducir algunos copagos y el coste de los fármacos de prescripción.
Clinton también propone duplicar la financiación para atención primaria en centros de salud comunitarios. Defiende el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo y se muestra favorable a debatir sobre el suicidio asistido, ámbitos en los que Trump tiene una opinión contraria. También apoya la vacunación obligatoria infantil, algo de lo que Trump recela. Ambos coinciden en el posible uso terapéuticos de la marihuana.
- casi el 80 por ciento de los estadounidenses está satisfecho con la atención sanitaria en el país, pero casi uno de cada dos cree que acceder a ella es excesivamente caro
Qué quiere Trump
Su objetivo básico es derogar (o minimizar al máximo, dada la dificultad de abandonarla por completo) la reforma sanitaria de Obama. Los republicanos abogan por un sistema con rebajas fiscales para quien tenga seguro médico y con una reducción de los precios en las coberturas.
Su objetivo básico es derogar (o minimizar al máximo, dada la dificultad de abandonarla por completo) la reforma sanitaria de Obama. Los republicanos abogan por un sistema con rebajas fiscales para quien tenga seguro médico y con una reducción de los precios en las coberturas.
El candidato republicano considera que "si se cumplieran las leyes de inmigración vigentes y se restringieran los visados se podrían aliviar las presiones de costes en atención médica sobre los gobiernos estatales y locales". Aboga por que sean los estados quienes gestionen con mayor libertad Medicaid, el programa de protección sociosanitaria para los más desvaforecidos.
Qué opina la población
La salud y la sanidad son en estas elecciones el tercer tema más importante para los votantes estadounidenses (en los anteriores comicios, en 2012, fueron el segundo), tras la economía y el trabajo, y la amenaza terrorista. El llamado Obamacare (la Affordable Care Act) la reforma sanitaria demócrata que busca mayor universalidad y acceso, ha marcado los últimos años, y hace lo propio con estas elecciones: Clinton quiere continuar su legado, y Trump abolirla (en la medida de lo posible).
La salud y la sanidad son en estas elecciones el tercer tema más importante para los votantes estadounidenses (en los anteriores comicios, en 2012, fueron el segundo), tras la economía y el trabajo, y la amenaza terrorista. El llamado Obamacare (la Affordable Care Act) la reforma sanitaria demócrata que busca mayor universalidad y acceso, ha marcado los últimos años, y hace lo propio con estas elecciones: Clinton quiere continuar su legado, y Trump abolirla (en la medida de lo posible).
Según las encuestas nacionales de las que se hace eco el NEJM, casi el 80 por ciento de los estadounidenses está satisfecho con la atención sanitaria en el país, pero casi uno de cada dos cree que acceder a ella es excesivamente caro. De hecho, un 25 por ciento admite que, en los dos últimos años, pagar por la asistencia se ha convertido en un problema económico.
Preguntados por la causa, el 70 por ciento cita a la industria farmacéutica, el 60 a las compañías de seguros, y el 53 por ciento el Gobierno federal.
- Un 25 por ciento de la población admite que, en los dos últimos años, pagar por la asistencia se ha convertido en un problema económico
Con respecto a la responsabilidad del Gobierno de asegurar un acceso equitativo a la sanidad, la población sigue muy dividida: el 51 por ciento cree que es labor de la Casa Blanca garantizarlo, y el 46 por ciento cree que no es su responsabilidad.
Por otro lado, la mayoría de estadounidenses (un 58 frente a un 39 por ciento) está a favor de legalizar el aborto, una vía que apoya la candidata Clinton, y que rechaza Trump.
El estudio publicado en NEJM también recoge la opinión de los votantes demócratas y republicanos sobre el futuro de los dos principales programas de asistencia sanitaria estadounidenses (Medicare y Medicaid).
Las encuestas dicen que los demócratas dan más importancia a ambos programas que los republicanos, aunque las opiniones de ambos no son tan dispares en cuanto a si deben aumentar su inversión y tomar medidas de ahorro y sostenibilidad sanitaria. Eso sí: en el caso de Medicaid, los republicanos creen que funciona mucho peor.
El estudio también habla de precios de fármacos. El 79 por ciento de votantes demócratas cree que el Gobierno federal debe tener competencias para vigilar el precio que la industria pone, mientras que este porcentaje baja al 52 por ciento entre los republicanos.
Como conclusión, NEJM señala que si los demócratas controlan Presidencia y Congreso, el Obamacare progresará, y se valorará la posibilidad de añadir una opción pública. Si son los republicanos los que gobiernan con mayoría, el Gobierno federal perderá competencias y será cada Estado el que tenga más mano para decidir sobre Medicare y Medicaid. Además, el Obamacare perdería buena parte de su sustancia.
Si los resultados dejan un poder dividido, el NEJM cree que la mayoría de Estados ampliarán el alcance de Medicaid, y que no habrá muchos cambios en torno al Obamacare.
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