Cataluña indemnizará a una mujer a la que diagnosticó mal pese a 150 consultas
Los médicos llegaron a valorar a la paciente como hipocondriaca y cancerofóbica
La mujer, que durante 19 años visitó ambulatorios y hospitales, tenía un prolapso uterino
EP Barcelona13 MAR 2012 - 23:08 CET2
Un juez ha dictaminado que el Instituto Catalán de la Salud (ICS) deberá indemnizar con 300.000 euros a una paciente que, pese a visitar más de 150 veces Urgencias y centros hospitalarios en 19 años, no encontró solución a su dolencia, llegando a diagnosticársele que era hipocondríaca.
El magistrado asegura que, pese a las pruebas periciales, "este es un caso evidente y escandaloso de fallo generalizado del sistema médico", por el que la paciente se ha visto sometida a tortura médica, según él, llegando a ser diagnosticada de las más variadas dolencias e incluso de ser hipocondríaca, y que cientos de médicos en cientos de visitas no consiguen resolver, apunta.
Según la sentencia del Juzgado Contencioso-Administrativo 17 de Barcelona, la mujer había sido intervenida de una ligadura de trompas, que le dejó dolores en la zona, obligándole a visitar Urgencias durante dos decenios hasta ser diagnosticada de prolapso en un centro privado, que la operó con éxito.
El abogado César Querol ha asegurado que su defendida está muy bien después de este "horrible" camino en el que ha sido acusada hasta de hiponcondríaca y lo ha estado pasando muy mal, ha dicho. Querol ha señalado que, aunque ahora el ICS tiene 15 días para recurrir el fallo, la sentencia "es contundente", por lo que la paciente y él están muy contentos del desarrollo de los acontecimientos.
La paciente había sido operada en 1984 en el Hospital de Sant Boi a los 25 años para su esterilización tubaria mediante laparoscopia y sin incidencias durante la intervención, aunque desde esa fecha "se inició una larguísima serie de visitas a centros hospitalarios" por molestias pelvianas.
En estas visitas los diagnósticos fueron muy diversos, con dismenorreas, anexitis aguda, cistitis, microcistitis, salpingitis, endometriosis, crisis de ansiedad, hematuria, infecciones, colíco nefrítico, litiasis de vías urinarias e incontinencia, entre muchos otros, hasta que en una visita en 1996 se la calificó como "hiponcondríaca muy acentuada con cancerofobia".
Finalmente, la paciente acudió al Instituto Dexeus, donde se le diagnosticó un prolapso uterino de segundo grado, por el que se le practicó histerectomía por vía vaginal.
En 2004, la mujer presentó una reclamación de responsabilidad patrimonial, que fue desestimada ante las alegaciones del ICS de que "resulta sorprendente que un prolapso uterino de grado dos pasara inadvertido en todas las pruebas médicas".
"Finalmente consigue resolver sus problemas acudiendo a una institución privada, la cual mediante exploración física, ecografía y estudio uro-dinámico encuentra la causa de la dolencia", la interviene quirúrgicamente y resuelve el problema, afirma el juez, remarcando que se trata de tres sencillas pruebas.
El magistrado asegura que, pese a las pruebas periciales, "este es un caso evidente y escandaloso de fallo generalizado del sistema médico", por el que la paciente se ha visto sometida a tortura médica, según él, llegando a ser diagnosticada de las más variadas dolencias e incluso de ser hipocondríaca, y que cientos de médicos en cientos de visitas no consiguen resolver, apunta.
Según la sentencia del Juzgado Contencioso-Administrativo 17 de Barcelona, la mujer había sido intervenida de una ligadura de trompas, que le dejó dolores en la zona, obligándole a visitar Urgencias durante dos decenios hasta ser diagnosticada de prolapso en un centro privado, que la operó con éxito.
El abogado César Querol ha asegurado que su defendida está muy bien después de este "horrible" camino en el que ha sido acusada hasta de hiponcondríaca y lo ha estado pasando muy mal, ha dicho. Querol ha señalado que, aunque ahora el ICS tiene 15 días para recurrir el fallo, la sentencia "es contundente", por lo que la paciente y él están muy contentos del desarrollo de los acontecimientos.
La paciente había sido operada en 1984 en el Hospital de Sant Boi a los 25 años para su esterilización tubaria mediante laparoscopia y sin incidencias durante la intervención, aunque desde esa fecha "se inició una larguísima serie de visitas a centros hospitalarios" por molestias pelvianas.
En estas visitas los diagnósticos fueron muy diversos, con dismenorreas, anexitis aguda, cistitis, microcistitis, salpingitis, endometriosis, crisis de ansiedad, hematuria, infecciones, colíco nefrítico, litiasis de vías urinarias e incontinencia, entre muchos otros, hasta que en una visita en 1996 se la calificó como "hiponcondríaca muy acentuada con cancerofobia".
Finalmente, la paciente acudió al Instituto Dexeus, donde se le diagnosticó un prolapso uterino de segundo grado, por el que se le practicó histerectomía por vía vaginal.
En 2004, la mujer presentó una reclamación de responsabilidad patrimonial, que fue desestimada ante las alegaciones del ICS de que "resulta sorprendente que un prolapso uterino de grado dos pasara inadvertido en todas las pruebas médicas".
"Finalmente consigue resolver sus problemas acudiendo a una institución privada, la cual mediante exploración física, ecografía y estudio uro-dinámico encuentra la causa de la dolencia", la interviene quirúrgicamente y resuelve el problema, afirma el juez, remarcando que se trata de tres sencillas pruebas.
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