sábado, 27 de octubre de 2012

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La Federación Europea de Medicina Interna aboga por armonizar la formación y capacitación médica de los internistas en Europa


Madrid (27-29/10/2012) - Redacción

• El objetivo final sería el establecimiento de un plan de estudios común europeo en MI y un proceso armonizado para la calificación y certificación de especialista

• En el marco del Congreso de la EFIM y la SEMI se presentan los resultados de dos estudios pioneros sobre la práctica de los internistas en Europa, su papel dentro del sistema de atención de la salud y la actual formación de postgrado en MI

La Medicina Interna (MI) es la disciplina médica que se encarga de la atención de los adultos con una o más enfermedades complejas, agudas o crónicas, tanto en el hospital como en la comunidad. Los internistas, además del diagnóstico y el tratamiento de un amplio abanico de enfermedades, desempeñan un papel importante en la coordinación de la asistencia sanitaria, de tal modo que constituyen una piedra angular del sistema de atención de salud.

Sin embargo, hasta ahora la información sobre esta especialidad en Europa es muy limitada, siendo cada vez más necesario conocer la situación en cada país para poder definir las competencias específicas y generar un plan de estudios común europeo de MI. Por ello la EBIM -compuesta de forma conjunta por la Federación Europea de Medicina Interna (EFIM) y la Sección de Medicina Interna de la Unión Europea de Médicos Especialistas (UEMS)- ha llevado a cabo dos encuestas para conocer la práctica de los internistas, su papel dentro del sistema de atención de salud y la formación de postgrado en MI.

Estos estudios, cuyos resultados se presentan por primera vez en el marco del Congreso de la EFIM y el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que se celebran en Madrid, son el primer intento de generar información sobre la práctica de los internistas en Europa.

Según revela la encuesta, entre las enfermedades que más comúnmente tratan los internistas se encuentran las cardiovasculares, respiratorias, gastrointestinales, del  tracto urinario y renal (principalmente insuficiencia renal), endocrinas y metabólicas, musculoesqueléticas, hematológicas, oncológicas, accidentes cerebrovasculares y enfermedades infecciosas.

Los resultados demuestran claramente que las enfermedades que atienden mayoritariamente los internistas y los procedimientos que emplean son similares en la mayoría de los países europeos. Esto sugiere que la práctica de la MI es bastante comparable en toda Europa y que las diferencias pueden ser menores de lo que se pensaba a pesar de las tradiciones locales en los distintos países.

"Esta información puede resultar muy útil para el desarrollo de un plan de estudios común y para la definición de las competencias específicas de MI en el ámbito europeo. La armonización de la formación de postgrado será útil para mantener una posición fuerte de la MI dentro de la comunidad europea y preparar a los futuros internistas para una carrera independiente de su país de origen, lo cual es importante a la luz de la transición de los médicos entre los países de Europa", asegura Ramón Pujol, presidente de la EFIM.


Atención integral de los pacientes con varias enfermedades

Los resultados reflejan asimismo los cambios que se han producido en las últimas décadas en los sistemas de atención de salud de la mayoría de los países occidentales. Así, en la actualidad, las enfermedades crónicas se han convertido en un problema de salud pública y una causa importante de morbilidad y mortalidad. Los internistas  juegan un papel central en la atención de los pacientes con la mayoría de estas enfermedades, que incluyen diabetes, hipertensión, cardiopatía isquémica, obesidad, enfermedad renal crónica, EPOC y tipos comunes de cáncer.

Ello se debe a que estos profesionales se caracterizan por la atención integral de los pacientes con múltiples enfermedades crónicas que con tanta frecuencia se observan en el envejecimiento de la población. Por ello, las organizaciones de MI en todo el mundo han alertado sobre la importancia de esta especialidad en el sistema de salud moderno y recomiendan un tronco común de formación de dos o tres años.

Respecto a la organización de la práctica de los internistas en Europa, el estudio muestra que la atención médica en la mayoría de los países europeos pertenece casi exclusivamente al sistema público.

Asimismo, los internistas europeos trabajan principalmente en el hospital, donde suelen prestar atención a los pacientes en las salas de emergencia, unidades de cuidados intensivos y semi-intensivos y en lo que se ha denominado ya Medicina Mayor Ambulatoria que son todos los dispositivos que el hospital moderno ofrece para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades complejas sin necesidad de que el paciente sea hospitalizado.

En este sentido, la tarea principal del internista son los pacientes con múltiples patologías y alto nivel de complejidad, de ahí el énfasis en la necesidad de facilitar la coordinación asistencial, teniendo siempre presente la calidad y la seguridad, el uso racional de los recursos y la atención coste-efectiva.


Diferencias en la educación de postgrado y en los métodos de evaluación

A día de hoy, todavía existen diferencias sustanciales en los programas de formación de postgrado en MI a pesar de los reglamentos y directivas europeas para facilitar el reconocimiento mutuo entre los países miembros (Directiva 2005/36/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, 7 de septiembre de 2005, relativa al reconocimiento de cualificaciones profesionales).

Además, los requisitos para la calificación y certificación varían entre países. Ello podría plantear problemas cuando los médicos se trasladan a otro país de la Unión Europea, ya sea para ejercer o para completar su formación de posgrado. Por lo tanto, la armonización de la formación de posgrado y capacitación médica en Europa se ha vuelto más importante que nunca.

Este estudio señala que la duración de la capacitación de MI es de entre cuatro y seis años y el escenario predominante para la formación es el servicio hospitalario, con sólo el quince por ciento del tiempo dedicado a la atención ambulatoria. Esto sugiere que los recientes cambios en la práctica médica y servicios hospitalarios destinados a evitar las hospitalizaciones, el aumento del flujo de pacientes y una menor duración de la estancia no han ido acompañados de una reforma de los programas de formación. "Se debería hacer hincapié en la atención ambulatoria y la gestión de la enfermedad crónica, en línea con las tendencias actuales en la prestación de servicios de salud", apunta el doctor Pujol.

En la mayoría de los países, la duración de la formación sigue siendo el componente primordial de la calificación. La mayoría de los países incorporan en sus programas de formación rotaciones en Medicina de Urgencias y cuidados intensivos. También suele ser necesario para finalizar la formación de la especialidad realizar funciones de guardia durante las noches o fines de semana.

Los alumnos de MI trabajan un promedio de 47,3 horas a la semana y en muchos casos es obligatorio realizar actividades de investigación. Los expertos señalan que las competencias deberían ser un componente fundamental de todos los programas de formación de postgrado en MI, como primer paso lógico en el proceso de armonización.

Por otra parte, parece que hay una diversidad considerable en los instrumentos de evaluación. Los más utilizados son los exámenes oficiales (para valorar los conocimientos) y los informes de los supervisores (califican las habilidades y actitudes).

Este estudio, el primero que compara la educación de postgrado en MI en Europa, muestra algunas similitudes y diferencias significativas en la organización y la gestión de la formación de postgrado y en los métodos de evaluación y calificación en MI entre los distintos países europeos.

La EBIM -comprometida con mejorar la práctica de los internistas y coordinar la calidad de formación de postgrado en MI en Europa- ha propuesto una definición de las competencias esenciales de los internistas, al tiempo que reivindica la coordinación de las calificaciones de los médicos especialistas en el ámbito europeo. Progresar en esta línea, bajo el amparo de la EFIM, dará lugar a una MI más sólida y que en nada tendrá que envidiar a la de Norteamérica.

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