Entorno hostil para médicos y pacientes

El estrés, el exceso de trabajo o las malas condiciones laborales, afectan a la salud profesional de médicos poniendo en peligro a los pacientes.

Tomás Toranzo Cepeda, presidente de CESM y médico de Urgencias | 07/11/2016 00:00

Está admitido, sin género de dudas y con suficiente evidencia, que el trabajo a turnos, el nocturno, el estrés continuado y la fatiga mental influyen negativamente en la salud laboral. Si estas circunstancias las ponemos en el sector sanitario, afectan, además, de manera muy negativa a la calidad asistencial y a la seguridad de los pacientes.

Éste es el entorno en el que se desarrolla la atención continuada (guardias) en el SNS. Un entorno hostil y un tiempo de trabajo perjudicial para pacientes y profesionales, que se añade con carácter obligatorio a la jornada ordinaria y que, además, hace que, a la hora de jubilarse, la duración real del tiempo de trabajo de estos profesionales supere con creces a la del resto de trabajadores.

Hay, además, sectores del SNS donde es aún más preocupante, como el ámbito de la Urgencia hospitalaria: al periodo de guardia se añade una excesiva carga asistencial y, con demasiada frecuencia, una conflictividad que aumenta el estrés y complica el proceso asistencial.

A la propia complejidad de la asistencia en Urgencias se suman factores como las falsas expectativas de algunos pacientes, que recurren a Urgencias por problemas que deberían haber sido resueltos en otros niveles, o las dificultades para encontrar una cama para aquellos pacientes que precisan ingreso hospitalario y que, por ello, saturan la capacidad del propio servicio. Otros factores inherentes a estos servicios son la indefinición de funciones y competencias de los profesionales que ejercen en ellos y el hecho de ser uno de los sectores con más temporalidad.

Válvula de escape
Todo ello hace que la guardia en un servicio de Urgencias hospitalario sea una actividad sobrehumana para quien la ejerce, de riesgo para pacientes y profesionales, y a la que los gestores deberían tomar más en consideración, en vez de verla sólo como la válvula de escape para las carencias del sistema.