Aumento de la cronicidad, discapacidad, dependencia y fragilidad marcan el escenario del sistema nacional de salud (SNS) en España, según las proyecciones demográficas y las tendencias en salud en España. El hospital deberá experimentar un profundo cambio para insertarse dentro de una red integral de servicios sanitarios y sociosanitarios.
Así concluye el informe La Visión de la Medicina Interna en la sanidad del s. XXI, iniciativa de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que se presenta durante el congreso nacional que la sociedad está celebrando estos días en Zaragoza.
En este encuentro científico, se tratarán entre otros temas "la atención a los pacientes crónicos y pluripatológicos, las alternativas a la hospitalización convencional, la atención a los pacientes con riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (hipertensión, diabetes, dislipemias) y autoinmunes, o la atención a los pacientes en los últimos días de la vida", explica Juan Carlos Ferrando, presidente ejecutivo del comité organizador del Congreso y de la Sociedad de Medicina Interna de Aragón, Navarra, La Rioja y País Vasco (Somivran).
Los procesos clave que atienden los internistas en la actualidad son: paciente agudamente enfermo hospitalizado, apoyo de consultoría a atención primaria u otras especialidades (cuyo objetivo principal es disponer de procesos ágiles que permitan priorizar a los más graves y diagnosticar con rapidez) y atención al paciente crónico complejo.
Para cada uno de estos procesos, la SEMI ha elaborado unos estándares de calidad para garantizar la mejor atención. Así, por ejemplo, en el caso del paciente hospitalizado, se recomienda evitar estancias innecesarias, utilizar el ingreso como tiempo de educación sanitaria del paciente y dotar a las unidades de medicina interna de personal de enfermería suficiente, entre otras medidas.
En la atención de los pacientes crónicos complejos, entre otras propuestas, se recomienda atender con prontitud las descompensaciones agudas, extender el uso de los sistemas de telemedicina para mejorar el control domiciliario y evitar consultas presenciales innecesarias.
Asimismo, es preciso evitar en lo posible la hospitalización convencional, dados los riesgos que puede tener para estos pacientes. Así, cuando las condiciones lo permitan es conveniente evaluar las posibilidades de otros sistemas de atención, como hospital de día, hospitalización a domicilio, etc.
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