POLÉMICA | Congreso con más de 1.200 asistentes
Los especialistas apoyan que sea legal en España el 'vientre de alquiler'
Los responsables del mayor centro reproductivo europeo, el IVI, apoyan un cambio en la Ley 14/2006 que permita la aprobación de la gestación surrogada, técnica de reproducción asistida más conocida como vientre de alquiler que está específicamente prohibida en España. En su artículo 10, el texto afirma: "Será nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante o de un tercero".
Sin embargo, dicha nulidad parece no afectar a personas que dispongan de alrededor de 80.000 euros en la cuenta corriente. La baronesa Thyssen, Miguel Bosé... son varios los famosos que han cruzado el charco para contratar un vientre de alquiler. Pero más allá de las 'celebrities', otras personas recurren a ello como única posibilidad de ser padres. Los principales grupos: parejas homosexuales y mujeres sin útero o que padezcan una patología en la que el embarazo esté contraindicado o poco recomendado.
"Al final, si quieren hacerlo, lo hacen", explica a ELMUNDO.ES Antonio Pellicer, jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital La Fe de Valencia y copresidente del IVI, que celebra su V Congreso Internacional en Sevilla, al que asisten más de 1.200 especialistas de alrededor de 60 países.
El director de IVI Sevilla, Manuel Fernández, declaró que los centros de reproducción asistida en España son muy conscientes de esta prohibición y que, por lo tanto, no hablan de esta posibilidad a sus pacientes ni la apoyan. Eso sí, agregó sin dudarlo y hablando en nombre de todos sus compañeros de las distintas clínicas que el grupo tiene en España, Portugal y Latinoamérica, "apoyarían que se legalizara en España". "Es una técnica que beneficia a mujeres que no tienen útero; estamos a favor de que haya un cambio en la Ley", aclaró.
El país estadounidense es uno de los destinos más frecuentes de los españoles que quieren ser padres por esta técnica, aunque no el único, ya que India y Ucrania también son objeto del llamado turismo reproductivo. En Reino Unido y Holanda, la opción es viable con muchas restricciones.
Restricciones es precisamente lo que Pellicer cree que tendría que haber si hipotéticamente se aprobara la gestación surrogada en España -algo que tendría que hacer el Ministerio de Sanidad, aunque lo podría solicitar la Comisión Nacional de Reproducción Asistida como organismo asesor en esta materia.
Para este especialista, lo importante sería acotar muy bien los casos en los que se podría optar a esta técnica: mujeres sin útero, por enfermedades congénitas como el síndrome de Rokytansky; afectadas por formas graves y no controladas de diabetes infarto-juvenil u otras patologías que desaconsejen la gestación y aquellas mujeres que, tras intentar y fracasar con las técnicas de reproducción asistida autorizadas actualmente (desde la inseminación artificial a la fecundación in vitro con donación de ovocitos) no tengan otra forma de ser madres.
Para evitar lo que más le preocupa, la mercantilización, Pellicer tiene claro que, al menos en un primer momento, las madres que cedieran su útero tendrían que ser familiares de las afectadas por infertilidad, aunque destaca que esa es una opinión personal.
Sin embargo, dicha nulidad parece no afectar a personas que dispongan de alrededor de 80.000 euros en la cuenta corriente. La baronesa Thyssen, Miguel Bosé... son varios los famosos que han cruzado el charco para contratar un vientre de alquiler. Pero más allá de las 'celebrities', otras personas recurren a ello como única posibilidad de ser padres. Los principales grupos: parejas homosexuales y mujeres sin útero o que padezcan una patología en la que el embarazo esté contraindicado o poco recomendado.
"Al final, si quieren hacerlo, lo hacen", explica a ELMUNDO.ES Antonio Pellicer, jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital La Fe de Valencia y copresidente del IVI, que celebra su V Congreso Internacional en Sevilla, al que asisten más de 1.200 especialistas de alrededor de 60 países.
El director de IVI Sevilla, Manuel Fernández, declaró que los centros de reproducción asistida en España son muy conscientes de esta prohibición y que, por lo tanto, no hablan de esta posibilidad a sus pacientes ni la apoyan. Eso sí, agregó sin dudarlo y hablando en nombre de todos sus compañeros de las distintas clínicas que el grupo tiene en España, Portugal y Latinoamérica, "apoyarían que se legalizara en España". "Es una técnica que beneficia a mujeres que no tienen útero; estamos a favor de que haya un cambio en la Ley", aclaró.
Turismo reproductivo
Desde la primera Ley de Reproducción Asistida que se publicó en España, en 1988, los 'vientres de alquiler' están prohibidos. Pellicer atribuye este hecho a "varios casos escandalosos que hubo en EEUU en los inicios de la técnica, por temas de falta de intimidad y casos de madres de alquiler que reclamaban a sus hijos tras haberlos cedido a sus padres". "Son circunstancias que ya están perfectamente controladas en EEUU", subraya.El país estadounidense es uno de los destinos más frecuentes de los españoles que quieren ser padres por esta técnica, aunque no el único, ya que India y Ucrania también son objeto del llamado turismo reproductivo. En Reino Unido y Holanda, la opción es viable con muchas restricciones.
Restricciones es precisamente lo que Pellicer cree que tendría que haber si hipotéticamente se aprobara la gestación surrogada en España -algo que tendría que hacer el Ministerio de Sanidad, aunque lo podría solicitar la Comisión Nacional de Reproducción Asistida como organismo asesor en esta materia.
Para este especialista, lo importante sería acotar muy bien los casos en los que se podría optar a esta técnica: mujeres sin útero, por enfermedades congénitas como el síndrome de Rokytansky; afectadas por formas graves y no controladas de diabetes infarto-juvenil u otras patologías que desaconsejen la gestación y aquellas mujeres que, tras intentar y fracasar con las técnicas de reproducción asistida autorizadas actualmente (desde la inseminación artificial a la fecundación in vitro con donación de ovocitos) no tengan otra forma de ser madres.
Para evitar lo que más le preocupa, la mercantilización, Pellicer tiene claro que, al menos en un primer momento, las madres que cedieran su útero tendrían que ser familiares de las afectadas por infertilidad, aunque destaca que esa es una opinión personal.
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