martes, 28 de mayo de 2013

La homeopatía no se registra

La homeopatía no se registra

La homeopatía no se registra

Desde 1994 solo 12 medicamentos han sido registrados en la Agencia Española del Medicamento, pese a ello, en las farmacias se venden entre 1.000 y 2.000 productos

VÍDEO: EL PAÍS
 
 
Hasta el momento hay registrados, desde abril de 2012, en la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) solo 12 medicamentos homeopáticos, todos con el mismo principio activo: lycopodium (de un helecho). No tienen indicación terapéutica y ninguno se comercializa. Alex Castilla, director de Dhu Ibérica, la empresa que los fabrica, asegura que “el proceso de lanzamiento del producto lleva un tiempo. Se podrá comprar en las farmacias a partir de septiembre. Todo responde a una estrategia de marketing”.  Al estar registrado sin indicación, solo ha tenido que pasar por dos de las tres fases exigidas por la AEMPS para el registro de medicamentos: la seguridad y la calidad farmacéutica. La tercera fase es la eficacia. Según la Agencia del Medicamento el número de productos homeopáticos que se venden en farmacias oscila entre los 1.000 y los 2.000. Al no saber la cifra exacta es difícil su control por las autoridades sanitarias.

La utilidad de estos productos está muy cuestionada. Fernando Frías acostumbra a suicidarse cada año con Sedetif, un medicamento homeopático que se usa como tranquilizante. No lo hace solo, desde 2010 él y varias asociaciones, el Círculo de Escépticos y la Sociedad Para el Avance del Pensamiento Crítico entre otras, quedan un día al año, compran el medicamento en una farmacia e ingieren todo su contenido. El resultado siempre es el mismo. “El único efecto que produce es que se nos queda la boca pastosa”, afirma Frías. El motivo, explica este abogado especialista en medicina alternativa, es demostrar a todos cuantos quieran escucharles que la homeopatía es un fraude.

La homeopatía tiene su originen en la figura de Christian Friedrich Samuel Hahnemann (1775-1843)

La homeopatía tiene su originen en la figura de Christian Friedrich Samuel Hahnemann (1775-1843). Este médico, de origen alemán, tenía la teoría de que la medicina convencional no solucionaría los problemas de sus pacientes, es más, lo que haría sería agravar sus enfermedades. En 1794 escribió Indications of the Homeopathic Employment of Medicines in Ordinary Practice (Indicaciones del empleo homeopático de medicinas en la práctica ordinaria).

Se centra en el principio de similitud. Una diminuta proporción de aquello que te produce la enfermedad es lo que ha de curarte. Para ello, se extrae 1 mililitro de la sustancia original, llamada tintura madre, y se diluye en 99 mililitros de agua. Al agitar el preparado se obtiene una disolución, llamada 1 CH (Centesimal de Hahnemann). Para obtener 2 CH se extrae 1 mililitro de la anterior disolución y se repite la operación, así sucesivamente. Mientras más diluida esté la sustancia mayor será su fuerza curativa.

Dos disoluciones diferentes, pongamos una de 30 CH y otra de 100 CH, con el mismo principio activo equivalen a dos medicamentos diferentes

Dos disoluciones diferentes, pongamos una de 30 CH y otra de 100 CH, con el mismo principio activo equivalen a dos medicamentos diferentes. La controversia se encuentra en que cuando se analiza el compuesto no hay ni rastro de la sustancia original, que de tantas disoluciones ha desaparecido. El agua, no obstante, así lo creen los defensores de la homeopatía, tiene un efecto de memoria.

No es fácil informar sobre el tema. El gabinete de prensa del ministerio de Sanidad se ha mostrado reacio a colaborar con este reportaje. Cuando EL PAÍS ha solicitado una entrevista con un experto de la AEMPS esta se ha negado y ha expuesto como excusa que las competencias están cedidas a las comunidades autónomas. Frías, sin embargo, defiende que el 7 de junio de 2011 el Tribunal Supremo dictaminó, en una sentencia sobre competencias con la Federación de Asociaciones de Profesionales de Terapias Naturales de Cataluña, que dichas competencias las tiene el Estado.

En España los medicamentos homeopáticos se comercializan de forma legal desde 1994

Finalmente, tras semanas de gestiones, este periódico pudo hablar con Belén Crespo, directora de la AEMPS. La tónica de la entrevista se puede sintetizar en esta frase: “Independientemente de lo que nosotros pensemos estamos al servicio de lo que dice la legislación comunitaria”. Es decir, al servicio de Europa. Crespo está al frente del máximo organismo español de control de medicamentos desde 2010.

En España, los medicamentos homeopáticos se comercializan de forma legal desde 1994. Desde entonces, asegura Crespo, “solo un subgrupo de medicamentos homeopáticos son los que se autorizan de acuerdo a la legislación europea como sin indicación”. “Los que opten a una indicación terapéutica serán evaluados como el resto de los medicamentos y requerirán de una demostración de eficacia”, añade. Según la página web de la AEMPS, registrar un medicamento homeopático con indicación médica cuesta 8.350 euros, y sin indicación terapéutica aprobada 608 euros.

Hasta el momento hay registrados 12 medicamentos homeopáticos, todos con el mismo principio activo: Lycopodium

Lo que Fernando Frías y el resto de asociaciones críticas con la homeopatía aseguran no entender es por qué ningún medicamento homeopático que se vende en la farmacia está registrado en la AEMPS. Y por qué los únicos 12 medicamentos aprobados por dicha agencia se han aprobado por el régimen simplificado, es decir, sin tener que demostrar su eficacia. “El régimen simplificado permite la aprobación incluso sin pruebas preclínicas y la seguridad se confía a documentación bibliográfica, acompañada de un informe de experto que demuestre la seguridad del medicamento”, afirma Frías.

Si se pregunta en una farmacia sobre algún medicamento homeopático que sirva para combatir un resfriado, una gripe o el insomnio, el farmacéutico muestra una variedad de productos. Ninguno de ellos está registrado. En la página web de la Agencia Española del Medicamento cualquier persona con un poco de curiosidad puede buscar el medicamento que desee y comprobar si está o no autorizado, además de saber si se comercializa o no. Al hacer un barrido con el nombre de un medicamento homeopático no obtenemos ningún resultado.

María Jesús García es médico homeópata. Estudió medicina en la Universidad Autónoma de Madrid hace 25 años. Trabaja en el hospital homeopático de San José, en la calle Eloy Gonzalo, en el centro de la capital. La clínica es un santuario de la homeopatía. Además de las consultas, en la primera planta, se encuentra un museo que recoge la historia de esta práctica en España. “Una consulta homeopática puede durar una hora. Es lo mínimo. Cuando vienen niños puede durar menos, media hora”, afirma la doctora.

Acudir a un médico homeópata puede llegar a ser muy parecido a una terapia de psicológica

Acudir a un médico homeópata puede llegar a ser muy parecido a una terapia de psicológica. Pero no lo es. El paciente comparte con su médico información de carácter íntimo. Esta información ayuda al facultativo a llegar al diagnóstico adecuado para recetar el medicamento y la dosis correcta. Al no tener prospecto donde se encuentran las indicaciones del medicamento, es este último el responsable de explicar al paciente el uso y los posibles efectos secundarios -ninguno ya que la química que se encuentra en estos productos una vez analizados es siempre la misma: agua y azúcar-.

El tiempo medio que pasa un paciente en la consulta de un doctor en una clínica cualquiera es de seis minutos. Puede parecer muy poco comparado con una consulta en un médico homeópata. Ese tiempo suele ser insuficiente para que el facultativo explique las indicaciones de los medicamentos que receta. Es más, muchas veces no es el médico, sino el propio farmacéutico el que aconseja sobre qué medicamentos tomar. Y eso sin hablar de la automedicación. Este sistema sería impensable en la homeopatía, cuya base se centra en la relación paciente-médico.

Esta estrecha relación entre paciente y médico puede ser la clave para entender por qué no hay ningún medicamento homeopático registrado. A diferencia de los convencionales, los homeopáticos deben suministrarse en dosis muy personalizadas y es ahí donde tiene una gran importancia el papel del médico. La automedicación no sirve de nada. Quizás sea este el motivo por el que las empresas no se preocupen en registrar sus medicamentos.

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