creen que interfiere en la libertad de prescripción
Seis sociedades científicas critican el resultado del primer algoritmo de decisión terapéutica
Las sociedades valencianas opinan que la aplicación de algoritmos por patologías debe ser únicamente una herramienta de consulta, orientación o asesoramiento para el médico.
Enrique Mezquita. Valencia | 15/05/2013 17:56
Cuando la Consejería de Sanidad publicitó el Decreto Ley 2/2013 de Actuaciones Urgentes de Gestión y Eficiencia en Prescripción Farmacéutica y Ortoprotésica, hizo hincapié en que una de las propuestas contempladas, la elaboración de algoritmos de decisión terapéutico corporativos, supondría una gran ayuda para los profesionales y, en ningún caso, coartaría su libertad de prescripción.
En contraste, diversas voces y colectivos (entre ellos, sociedades científicas, partidos políticos y sindicatos), denunciaron precisamente esa posible contraindicación. En este escenario, la presentación del primer documento de consenso sobre este tema, en el que se establece un algoritmo de decisión terapéutica para el manejo y prescripción de la terapia de hipolipemiantes, parece dar la razón a la segunda visión, ya que cinco de las sociedades científicas consultadas por la Agencia Valenciana de Salud en el marco del Comité de Posicionamiento Terapéutico -Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la Sociedad Valenciana de Cardiología (SVC), la Sociedad Valenciana de Endocrinología, Diabetes y Nutrición (SVEDYN) y la Sociedad Valenciana de Hipertensión y Riesgo Vascular (Svhta y RV)- y una no incluida -Sociedad Valenciana de Medicina Interna (SEMI-CV)-, han manifestado en un comunicado sus dudas sobre la posible interferencia en la libertad de prescripción del médico tanto de primaria como especializada de este mecanismo, aunque no se oponen a que los citados algoritmos "puedan ser una herramienta útil para el profesional".
A pesar una reunión mantenida entre miembros de la consejería y representantes de este grupo de sociedades, "no se han tenido en cuenta la mayoría de recomendaciones que plantearon los profesionales". Y, de hecho, una vez han tenido acceso al documento de consenso, "manifiestan su preocupación ante un sistema de prescripción informatizada que puede suponer una burocratización excesiva" y, según puntualizan, "no está al servicio ni del paciente ni del médico, sino de criterios puramente economicistas, y no busca la mejorar de la salud o el pronóstico de los pacientes".
En este contexto, la implantación de los citados algoritmos de decisión terapéutica "no puede convertirse en un camino sin salidas alternativas para el profesional sanitario", ya que según las sociedades científicas, "se debe respetar siempre la formación y criterio del profesional en el acto médico de cada paciente, y debe adaptarse a la características particulares de la patología y del individuo sobre el que se está interviniendo".
En opinión de las sociedades científicas denunciantes, si las administraciones sanitarias autonómicas buscan el consenso de los profesionales, "se debe modificar la rigidez y la obligatoriedad de cumplimiento de este primer algoritmo, que afecta a la prescripción de estatinas, y conseguir que sea realmente un instrumento de ayuda y no de limitación a la prescripción de fármacos previamente autorizados por la administración sanitaria".
Por ello, consideran necesaria la modificación del proyecto ya que, según advierten, puede convertirse, de quedar reflejado en los términos actuales, "en una restricción de la capacidad resolutiva de los facultativos que afectará también a la calidad de atención a los pacientes residentes en la Comunidad Valenciana". Además, inciden en que este tipo de regulaciones para la prescripción "puede provocar diferencias en el acceso a ciertos tratamientos entre ciudadanos de diferentes comunidades autónomas", lo que puede romper el principio de equidad del Sistema Nacional de Salud.
Por último, resaltan que "la formación adecuada del profesional debe ser la herramienta más útil para la prescripción racional y la eficiencia del sistema, y que son ellos, los médicos, los que aplican los criterios para una prescripción adecuada tanto en indicación y selección, como en términos costo-eficientes".
En contraste, diversas voces y colectivos (entre ellos, sociedades científicas, partidos políticos y sindicatos), denunciaron precisamente esa posible contraindicación. En este escenario, la presentación del primer documento de consenso sobre este tema, en el que se establece un algoritmo de decisión terapéutica para el manejo y prescripción de la terapia de hipolipemiantes, parece dar la razón a la segunda visión, ya que cinco de las sociedades científicas consultadas por la Agencia Valenciana de Salud en el marco del Comité de Posicionamiento Terapéutico -Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la Sociedad Valenciana de Cardiología (SVC), la Sociedad Valenciana de Endocrinología, Diabetes y Nutrición (SVEDYN) y la Sociedad Valenciana de Hipertensión y Riesgo Vascular (Svhta y RV)- y una no incluida -Sociedad Valenciana de Medicina Interna (SEMI-CV)-, han manifestado en un comunicado sus dudas sobre la posible interferencia en la libertad de prescripción del médico tanto de primaria como especializada de este mecanismo, aunque no se oponen a que los citados algoritmos "puedan ser una herramienta útil para el profesional".
A pesar una reunión mantenida entre miembros de la consejería y representantes de este grupo de sociedades, "no se han tenido en cuenta la mayoría de recomendaciones que plantearon los profesionales". Y, de hecho, una vez han tenido acceso al documento de consenso, "manifiestan su preocupación ante un sistema de prescripción informatizada que puede suponer una burocratización excesiva" y, según puntualizan, "no está al servicio ni del paciente ni del médico, sino de criterios puramente economicistas, y no busca la mejorar de la salud o el pronóstico de los pacientes".
En este contexto, la implantación de los citados algoritmos de decisión terapéutica "no puede convertirse en un camino sin salidas alternativas para el profesional sanitario", ya que según las sociedades científicas, "se debe respetar siempre la formación y criterio del profesional en el acto médico de cada paciente, y debe adaptarse a la características particulares de la patología y del individuo sobre el que se está interviniendo".
En opinión de las sociedades científicas denunciantes, si las administraciones sanitarias autonómicas buscan el consenso de los profesionales, "se debe modificar la rigidez y la obligatoriedad de cumplimiento de este primer algoritmo, que afecta a la prescripción de estatinas, y conseguir que sea realmente un instrumento de ayuda y no de limitación a la prescripción de fármacos previamente autorizados por la administración sanitaria".
Por ello, consideran necesaria la modificación del proyecto ya que, según advierten, puede convertirse, de quedar reflejado en los términos actuales, "en una restricción de la capacidad resolutiva de los facultativos que afectará también a la calidad de atención a los pacientes residentes en la Comunidad Valenciana". Además, inciden en que este tipo de regulaciones para la prescripción "puede provocar diferencias en el acceso a ciertos tratamientos entre ciudadanos de diferentes comunidades autónomas", lo que puede romper el principio de equidad del Sistema Nacional de Salud.
Por último, resaltan que "la formación adecuada del profesional debe ser la herramienta más útil para la prescripción racional y la eficiencia del sistema, y que son ellos, los médicos, los que aplican los criterios para una prescripción adecuada tanto en indicación y selección, como en términos costo-eficientes".
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