Psiquiatría: prescripción dispar en pediatría de AP
La SEP cree que falta formación en primaria para abordar la terapéutica de menores con trastornos de conducta.
José A. Plaza. Madrid | japlaza@unidadeditorial.es | 28/03/2014 12:13
Celso Arango, portavoz de la Sociedad Española de Psiquiatría. (DM)
VISTA:
La semana pasada, la Asociación de Pediatras de Atención Primaria de Andalucía reunió a más de 250 profesionales, en unas jornadas en las que revelaron un aumento significativo en los casos de trastornos de conducta, emocionales y psiquiátricos entre la población infantil y juvenil, una realidad que ven con preocupación, no sólo por la incidencia de los trastornos, sino por los efectos secundarios que presentan algunos de los tratamientos.
Según concluyeron, concretando que la indicación de antipsicóticos suele ser por prescripción de unidades de psiquiatría infantil, se aprecia un "crecimiento espectacular" de estos tratamientos entre la población infantil, lo que conlleva que debamos hacer seguimiento de los posibles efectos secundarios.
- Pediatras de primaria se muestran preocupados por los efectos adversos al tratar trastornos de conducta; Psiquiatría cree que podría haber menos farmacoterapia
Ganar o perder peso, somnolencia o insomnio y problemas endocrinos son algunos de los efectos adversos más comunes. Según los pediatras de primaria, estos efectos deben contemplarse en la planificación de la estrategia terapéutica.
La mayor parte de la prescripción se hace en servicios de Psiquiatría; el porcentaje es menor en primaria, aunque en casos como el TDAH el médico de Familia sí prescribe algo más. Celso Arango, jefe de la Unidad de Psiquiatría de Adolescentes del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental y portavoz de la Sociedad Española de Psiquiatría, tiene dos ideas muy claras al respecto.
Recursos y personal
La primera, que la prescripción de psicofármacos en atención especializada es relativamente adecuada según los recursos disponibles, aunque podría ser menor si se fomentara la intervención psicosocial, educacional y familiar, y si se paliara la precariedad profesional: "La recomendación es que haya 14 psiquiatras infantiles por 100.000 habitantes, y en España sólo hay 4", explica a este periódico. En todo caso, matiza que, con los mimbres actuales, se prescriben de forma más o menos adecuada: "A veces matamos moscas a cañonazos, no es una crítica; nos perdemos pasos intermedios, pero mejor farmacoterapia que nada".
La primera, que la prescripción de psicofármacos en atención especializada es relativamente adecuada según los recursos disponibles, aunque podría ser menor si se fomentara la intervención psicosocial, educacional y familiar, y si se paliara la precariedad profesional: "La recomendación es que haya 14 psiquiatras infantiles por 100.000 habitantes, y en España sólo hay 4", explica a este periódico. En todo caso, matiza que, con los mimbres actuales, se prescriben de forma más o menos adecuada: "A veces matamos moscas a cañonazos, no es una crítica; nos perdemos pasos intermedios, pero mejor farmacoterapia que nada".
La segunda idea apunta hacia pediatría de primaria. Cree que, en el porcentaje de prescripción que se da en el primer nivel, "hay una enorme heterogeneidad, principalmente por una falta evidente de formación".
La crítica del especialista no va hacia los profesionales, sino hacia el sistema: "Entre un 10 y un 20 por ciento de los niños que van al pediatra tienen trastornos mentales, pero los residentes de Pediatría no rotan nunca por unidades de Psiquiatría".
Ensayos clínicos
Arango comenta con DM otra de las ideas que dejaron los pediatras de primaria en su reunión de la semana pasada. Dejaron caer que "muchos de los ensayos clínicos que estudian los efectos secundarios de las terapias sólo informan de ellos cuando tienen una frecuencia superior al 10 por ciento". Arango cree que es una afirmación algo desmedida.
Arango comenta con DM otra de las ideas que dejaron los pediatras de primaria en su reunión de la semana pasada. Dejaron caer que "muchos de los ensayos clínicos que estudian los efectos secundarios de las terapias sólo informan de ellos cuando tienen una frecuencia superior al 10 por ciento". Arango cree que es una afirmación algo desmedida.
Añade que si los efectos adversos o los motivos de discontinuidad terapéutica son graves en un ensayo "se reportan, aunque sólo sucedan una vez, si son de carácter grave y causan, por ejemplo, una hospitalización o la interrupción del tratamiento".
En todo caso, matiza que muchos de los efectos adversos de un tratamiento "no se conocen en un ensayo, porque se dan a medio-largo plazo". De ahí la importancia de la farmacovigilancia y la continua evaluación de los psicofármacos, que, añade, no siempre cuentan con claras evidencias de eficacia.
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