lunes, 19 de marzo de 2012

La mínima sintomatología tras una profilaxis obliga a actuar - DiarioMedico.com

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el tsj no indemniza la falta de CI específico

La mínima sintomatología tras una profilaxis obliga a actuar

El TSJ de Aragón admite la demanda de una paciente que sufrió una meningitis por la anestesia epidural que le pusieron al dar a luz. El tribunal ha condenado al Salud porque los síntomas de la mujer debieron ser valorados considerando el tratamiento profiláctico del parto.
S. Valle   |  19/03/2012 00:00

La Sala Contencioso-administrativa del Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha estimado parcialmente el recurso presentado contra la atención sanitaria que recibió una paciente tras dar a luz, en una cesárea programada y con anestesia epidural, y presentar un cuadro febril que terminó siendo una meningitis, que derivó en un infarto cerebral. La mujer tiene importantes secuelas como consecuencia de ese episodio. El tribunal ha condenado al Servicio Aragonés de Salud (Salud) a indemnizar a la mujer con 210.000 euros.
La demanda presentada por Carmen Rodrigo de Larrucea, abogada de la afectada, reclamaba por un retraso en el diagnóstico de la meningitis y porque no hubo un documento de consentimiento informado (CI) específico para la anestesia    que reflejara el riesgo de contagio de meningitis, como le ocurrió a la paciente.
La demandante ingresó en el hospital para dar a luz, por cesárea programada con anestesia epidural, dando a luz una niña sin ningún problema. Pero en el posparto  la mujer se quejó de fuertes dolores de cabeza, que persistieron durante varios días. Ante estos síntomas le fue prescrito un tratamiento farmacológico con paracetamol. A los cuatro días, como seguían los síntomas, se le sometió a una TC, que dio normal. Al quinto día le visitó el neurólogo y le prescribió una punción raquídea que puso en evidencia la meningitis. Inmediatamente, la mujer fue derivada al hospital de referencia del  Salud, donde fue ingresada en cuidados intensivos.
Una semana después recibió el alta con un informe en el que se detallaba que la paciente había sufrido un infarto cerebral secundario a una meningitis bacteriana, tras cesárea con anestesia raquídea, que le había dejado importantes secuelas: pérdida de agilidad mental, torpeza en la psicomotricidad, etc.
Ante estos hechos, la sentencia señala que "se produjo un retraso en el diagnóstico" y no admite el argumento de la Administración de que el tratamiento profiláctico administrado en el momento de la cesárea enmascaró los síntomas de la paciente.
En este sentido, el tribunal dice que "el hecho de que [...] la meningitis bacteriana se hallara decapitada o parcialmente tratada por la antibioterapia profiláctica administrada en el momento de la cesárea para prevenir la infección obligaba a una mayor vigilancia, sobre todo tras la aparición de los síntomas anteriores [cefaleas], ante los cuales debió pensarse ya en un posible diagnóstico de meningitis, para actuar en consecuencia inmediatamente". Y el tribunal continúa señalando que "un tratamiento profiláctico enmascara síntomas que, por no ser claramente observados, provocan la falta de reacción en el tiempo debido, lo que hubo de ser tenido en cuenta para actuar ante la mínima sintomatología, pues, en otro caso, parecería preferible prescindir de la profilaxis, que    tampoco parece aconsejable".
Sobre el CI
El tribunal desestima el segundo motivo de reclamación y señala que "la ausencia del CI específico para la anestesia epidural no determina por sí sola obligación de indemnizar. En este caso, que era el segundo parto de la paciente, el CI prestado para la cesárea puede hacer presumir que incluyó la explicación de todo el mecanismo de la intervención".

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