La Facultad de Medicina de la UCM pone en marcha una iniciativa que persigue la especialización en la comunicación sanitaria
Madrid (30/05/2012) - Ana Montero
El proyecto "Comunicación Sanitaria Complutense", abierto a todos los profesionales sanitarios y estudiantes, pretende que la comunicación, la información y la divulgación convivan en todas sus vertientes con la salud
El decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el Dr. José Luis Álvarez-Sala Walther, ha presentado el proyecto "Comunicación Sanitaria Complutense", una iniciativa que "nace con vocación de futuro" y cuyo objetivo es ofrecer a los alumnos de Medicina, e incluso a otras facultades afines, herramientas para aprender a comunicar la información sanitaria tanto a los pacientes, como a los medios de comunicación, y entre los propios profesionales, tal y como ha explicado el profesor Álvarez-Sala Walther.
"Nuestros alumnos no tienen incluido en sus actividades docentes el tema de la comunicación", ha señalado David Martínez, vicedecano de postgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, quien ha asegurado que las propuestas pasan por organizar jornadas, formación continua o asignatura optativa para el próximo curso académico, conscientes de que "inicialmente las aspiraciones económicas son pocas", como ha matizado.
Además, José Mª Catalán, periodista sanitario, ha añadido que la Facultad de Medicina de la UCM será la encargada de liderar este proyecto, "con la intención de contagiar a otras facultades del ámbito de la salud", como ha apuntado, y cuyo fin es perseguir que "la comunicación sea, más que nunca, un concepto más global que ha de ser compartido".
Periodista-médico o médico-periodista
Por su parte, durante la mesa redonda "Los profesionales de la salud ante el periodismo sanitario", el profesor Manuel Díaz‐Rubio García, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), ha señalado que el paciente es una de las "dianas fundamentales" de la comunicación y también que hay que diferenciar entre lo que el paciente entiende y lo que el médico considera que ha transmitido. "Para evitar confusiones el médico ha de emplear la terminología correcta, tanto cuando se dirige al paciente como cuando se dirige a los medios de comunicación; ha de simplificar el mensaje; debe aportar datos estrictamente útiles; ha de usar métodos interactivos; tiene que emplear comunicación no verbal y, debe confirmar, sobre todo, que se ha hecho entender", ha subrayado el experto. En cuanto al lenguaje y actitud que el médico debe mostrar cuando se dirige al profesional de la información, el profesor ha señalado que éste debe ofrecer las cifras indispensables; manejar valores afectivos; no usar adjetivos y adverbios; debe medir los tiempos y debe dominar el tema pero sin hacer alarde.
Respecto a los medios de comunicación, el profesor Díaz-Rubio ha señalado que estos "son transmisores de la información médica, pero también son una vía de comunicación con los pacientes y sus familiares", asegurando también que las informaciones en los medios "incrementan y refuerzan" la credibilidad de los mensajes. Por lo que se refiere al tratamiento de la información de la salud, "cuya presencia es importante en los medios y despierta interés entre los lectores", como ha especificado, ésta debe ser abordada por el periodista bajo el principio de "veracidad" y debe basarse en la libre expresión de pensamiento, "hay límites entre la exposición de un hecho y la emisión de un juicio de valor", ha apuntado el profesor. Además, el experto ha insistido en la idea de que el periodista debe conocer bien el mensaje para poder resumir y extractar correctamente, en el caso de que sea necesario.
"Es necesaria una especialización, periodista-médico o médico-periodista, y hay que reclamar desde todas las instituciones que los periodistas sean gente que sepan de lo que están hablando", ha sentenciado el presidente de la RANM.
Ciencia y comunicación
En esta misma línea, el Dr. José Antonio Gutiérrez Fuentes, director de la Fundación Lilly, ha insistido en que una de las competencias fundamentales de la educación médica es la habilidad para comunicarse con los pacientes, fundamentalmente, pero también con otros actores del entorno sanitario; con los medios de comunicación; con los proveedores de las herramientas sanitarias; con la Farmacia; y con la Administración, "empezando con el gerente de nuestro centro, pero también con otras instituciones como los colegios, que no nos representan como deberían", como ha matizado.
"Ciencia y comunicación son una alianza necesaria", ha señalado el director de la Fundación Lilly, al tiempo que recordaba que en los países anglosajones se da mucha importancia a las habilidades de comunicación, "algo que con buen criterio parece que se quiere iniciar aquí", ha comentado.
Del mismo modo, Gutiérrez Fuentes ha explicado que hablar de comunicación es "qué" comunicar, teniendo claro el mensaje; "cómo", sin cargas de subjetividad; "cuándo", siendo cautos y habilidosos para encontrar el momento; "a quién", confirmando la cualificación de los periodistas sanitarios y asegurando que nos están entendiendo. En otro orden de cosas, el experto se ha referido al "interés" del editor del medio de comunicación y a la ética en las publicaciones médicas.
"Hay que ir creando cultura de ciencia y vertebrarla", ha señalado Gutiérrez Fuentes, después de poner sobre la mesa unos datos recogidos en la "IV Encuesta de percepción social de la ciencia y la tecnología 2008", llevada a cabo por Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), en la que se evidenciaba que la Medicina y la salud son los temas que más interesan a la población, por encima de los deportes.
Por su parte, el profesor José Prieto Prieto, catedrático de Microbiología de la UCM, ha sostenido la idea de que la comunicación es fundamental para la vida, la supervivencia y la evolución, y ha defendido que el médico se nutre de una información, que le brindan especialistas e investigadores, que va a modular su conducta futura en cuanto a diagnóstico, tratamiento y control de la enfermedad, de cara a los pacientes, de los cuales también se enriquece.
"El periodista sanitario actúa de caja se resonancia; ayuda a definir los territorios frontera, entre los cuales nos movemos los profesionales sanitarios y en los que se encuentra el futuro innovador y el desarrollo de la Medicina; y crea nuevos escenarios en los cuales está el desarrollo sanitario", ha subrayado el experto.
Como ejemplos, el profesor Prieto ha señalado que la prensa sanitaria ha sido clave en la concienciación del uso racional de los medicamentos; en la información sobre las infecciones emergentes; en el tema de las vacunaciones; en la profilaxis de exposición, como la higienización de alimentos o lavado de manos; en la información sobre infecciones de exclusión social... Además, según la opinión el profesor, el periodismo sanitario fija el umbral de la percepción social; puede ejercer una educación sanitaria y despertar colaboraciones, pero no está exento de riesgos como puedan ser la alarma social, las expectativas exageradas o el intrusismo.
Colaboración entre facultades
Por último, la profesora Mª del Carmen Pérez de Armiñán García‐Fresca, decana de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, se ha referido a la colaboración "imprescindible y necesaria" entre la Medicina y el Periodismo, y a cómo estas dos disciplinas caminan hoy de "forma intuitiva y sin protocolos establecidos" porque "lamentablemente", como ha apuntado, los conocimientos y habilidades de comunicación no están incluidos en los programas académicos de Medicina.
Asimismo, la decana ha distinguido la comunicación entre profesionales, donde debe primar un lenguaje técnico, y la comunicación de los médicos con los pacientes, "un diálogo que fortalece el valor de la Medicina porque las palabras no curan pero son un factor determinante en el proceso de curación", como ha apostillado, y con los medios de comunicación, contexto en el cual el lenguaje que se utiliza debe ser adecuado, dosificado y con las palabras precisas. "Hay que humanizar la relación con el paciente puesto que el tiempo invertido no es menos eficaz que el tiempo dedicado a medicarle", ha manifestado. Además, Pérez de Armiñán ha hecho hincapié en la "difícil tarea" de comunicar malas noticias y en la necesidad de preparar a los profesionales para que sepan comunicarlas, poniendo el acento en la manera de dar la información.
Del mismo modo, respecto a la relación de los profesionales sanitarios con los medios, la experta ha sostenido que "es necesaria una formación específica de los profesionales de la Medicina para que sepan transmitir la información sanitaria a los medios de comunicación". En este sentido, como ha apuntado, "el profesional de la salud debe ofrecer la información disponible, no generar falsas expectativas y no dejarse arrastrar por la presión de los periodistas".
Por lo que se refiere a la prensa, "todos los profesionales que se dedican a la información sanitaria necesitan formación específica", ha señalado la experta, a lo que ha añadido que el tratamiento de la información ha de ser riguroso y ha de tener en cuenta el impacto de sus informaciones puesto que la comunicación sanitaria es una "potentísima" herramienta de conducta individual y colectiva.
"El futuro exige estrategias de colaboración entre los dos centros para mejorar la especialización y la formación de los estudiantes", ha subrayado la decana de Facultad de Ciencias de la Información. En esta línea, aunque algunos expertos, como el profesor Prieto, han indicado que "patinaríamos si intentáramos hacer un máster, porque los medios con los que contamos en la actualidad no son los más adecuados", la idea de monográficos o jornadas en las que se aborden estas competencias sí son bienvenidas para el próximo curso y "pueden encaminarnos a objetivos más ambiciosos", como ha especificado el profesor Prieto.
Ya en el debate han surgido temas como la competitividad entre los medios de comunicación, la necesidad de dar la noticia antes que cualquier otro medio, y los escasos plazos que existen para poder contrastar las informaciones por parte de los periodistas, "algo que se solucionaría si existiera un portavoz por institución para poder facilitar la labor del periodista o si un organismo oficial como el Ministerio pudiera canalizar las preguntas ante determinadas situaciones", como ha apuntado el profesor Prieto. En este sentido, el profesor Manuel Díaz‐Rubio ha priorizado la seguridad científica por encima de la inmediatez de la noticia. También han señalado la necesidad de diferenciar entre información y publi-reportaje sanitario.
"Nuestros alumnos no tienen incluido en sus actividades docentes el tema de la comunicación", ha señalado David Martínez, vicedecano de postgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, quien ha asegurado que las propuestas pasan por organizar jornadas, formación continua o asignatura optativa para el próximo curso académico, conscientes de que "inicialmente las aspiraciones económicas son pocas", como ha matizado.
Además, José Mª Catalán, periodista sanitario, ha añadido que la Facultad de Medicina de la UCM será la encargada de liderar este proyecto, "con la intención de contagiar a otras facultades del ámbito de la salud", como ha apuntado, y cuyo fin es perseguir que "la comunicación sea, más que nunca, un concepto más global que ha de ser compartido".
Periodista-médico o médico-periodista
Por su parte, durante la mesa redonda "Los profesionales de la salud ante el periodismo sanitario", el profesor Manuel Díaz‐Rubio García, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), ha señalado que el paciente es una de las "dianas fundamentales" de la comunicación y también que hay que diferenciar entre lo que el paciente entiende y lo que el médico considera que ha transmitido. "Para evitar confusiones el médico ha de emplear la terminología correcta, tanto cuando se dirige al paciente como cuando se dirige a los medios de comunicación; ha de simplificar el mensaje; debe aportar datos estrictamente útiles; ha de usar métodos interactivos; tiene que emplear comunicación no verbal y, debe confirmar, sobre todo, que se ha hecho entender", ha subrayado el experto. En cuanto al lenguaje y actitud que el médico debe mostrar cuando se dirige al profesional de la información, el profesor ha señalado que éste debe ofrecer las cifras indispensables; manejar valores afectivos; no usar adjetivos y adverbios; debe medir los tiempos y debe dominar el tema pero sin hacer alarde.
Respecto a los medios de comunicación, el profesor Díaz-Rubio ha señalado que estos "son transmisores de la información médica, pero también son una vía de comunicación con los pacientes y sus familiares", asegurando también que las informaciones en los medios "incrementan y refuerzan" la credibilidad de los mensajes. Por lo que se refiere al tratamiento de la información de la salud, "cuya presencia es importante en los medios y despierta interés entre los lectores", como ha especificado, ésta debe ser abordada por el periodista bajo el principio de "veracidad" y debe basarse en la libre expresión de pensamiento, "hay límites entre la exposición de un hecho y la emisión de un juicio de valor", ha apuntado el profesor. Además, el experto ha insistido en la idea de que el periodista debe conocer bien el mensaje para poder resumir y extractar correctamente, en el caso de que sea necesario.
"Es necesaria una especialización, periodista-médico o médico-periodista, y hay que reclamar desde todas las instituciones que los periodistas sean gente que sepan de lo que están hablando", ha sentenciado el presidente de la RANM.
En esta misma línea, el Dr. José Antonio Gutiérrez Fuentes, director de la Fundación Lilly, ha insistido en que una de las competencias fundamentales de la educación médica es la habilidad para comunicarse con los pacientes, fundamentalmente, pero también con otros actores del entorno sanitario; con los medios de comunicación; con los proveedores de las herramientas sanitarias; con la Farmacia; y con la Administración, "empezando con el gerente de nuestro centro, pero también con otras instituciones como los colegios, que no nos representan como deberían", como ha matizado.
"Ciencia y comunicación son una alianza necesaria", ha señalado el director de la Fundación Lilly, al tiempo que recordaba que en los países anglosajones se da mucha importancia a las habilidades de comunicación, "algo que con buen criterio parece que se quiere iniciar aquí", ha comentado.
Del mismo modo, Gutiérrez Fuentes ha explicado que hablar de comunicación es "qué" comunicar, teniendo claro el mensaje; "cómo", sin cargas de subjetividad; "cuándo", siendo cautos y habilidosos para encontrar el momento; "a quién", confirmando la cualificación de los periodistas sanitarios y asegurando que nos están entendiendo. En otro orden de cosas, el experto se ha referido al "interés" del editor del medio de comunicación y a la ética en las publicaciones médicas.
"Hay que ir creando cultura de ciencia y vertebrarla", ha señalado Gutiérrez Fuentes, después de poner sobre la mesa unos datos recogidos en la "IV Encuesta de percepción social de la ciencia y la tecnología 2008", llevada a cabo por Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), en la que se evidenciaba que la Medicina y la salud son los temas que más interesan a la población, por encima de los deportes.
Por su parte, el profesor José Prieto Prieto, catedrático de Microbiología de la UCM, ha sostenido la idea de que la comunicación es fundamental para la vida, la supervivencia y la evolución, y ha defendido que el médico se nutre de una información, que le brindan especialistas e investigadores, que va a modular su conducta futura en cuanto a diagnóstico, tratamiento y control de la enfermedad, de cara a los pacientes, de los cuales también se enriquece.
"El periodista sanitario actúa de caja se resonancia; ayuda a definir los territorios frontera, entre los cuales nos movemos los profesionales sanitarios y en los que se encuentra el futuro innovador y el desarrollo de la Medicina; y crea nuevos escenarios en los cuales está el desarrollo sanitario", ha subrayado el experto.
Como ejemplos, el profesor Prieto ha señalado que la prensa sanitaria ha sido clave en la concienciación del uso racional de los medicamentos; en la información sobre las infecciones emergentes; en el tema de las vacunaciones; en la profilaxis de exposición, como la higienización de alimentos o lavado de manos; en la información sobre infecciones de exclusión social... Además, según la opinión el profesor, el periodismo sanitario fija el umbral de la percepción social; puede ejercer una educación sanitaria y despertar colaboraciones, pero no está exento de riesgos como puedan ser la alarma social, las expectativas exageradas o el intrusismo.
Por último, la profesora Mª del Carmen Pérez de Armiñán García‐Fresca, decana de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, se ha referido a la colaboración "imprescindible y necesaria" entre la Medicina y el Periodismo, y a cómo estas dos disciplinas caminan hoy de "forma intuitiva y sin protocolos establecidos" porque "lamentablemente", como ha apuntado, los conocimientos y habilidades de comunicación no están incluidos en los programas académicos de Medicina.
Asimismo, la decana ha distinguido la comunicación entre profesionales, donde debe primar un lenguaje técnico, y la comunicación de los médicos con los pacientes, "un diálogo que fortalece el valor de la Medicina porque las palabras no curan pero son un factor determinante en el proceso de curación", como ha apostillado, y con los medios de comunicación, contexto en el cual el lenguaje que se utiliza debe ser adecuado, dosificado y con las palabras precisas. "Hay que humanizar la relación con el paciente puesto que el tiempo invertido no es menos eficaz que el tiempo dedicado a medicarle", ha manifestado. Además, Pérez de Armiñán ha hecho hincapié en la "difícil tarea" de comunicar malas noticias y en la necesidad de preparar a los profesionales para que sepan comunicarlas, poniendo el acento en la manera de dar la información.
Del mismo modo, respecto a la relación de los profesionales sanitarios con los medios, la experta ha sostenido que "es necesaria una formación específica de los profesionales de la Medicina para que sepan transmitir la información sanitaria a los medios de comunicación". En este sentido, como ha apuntado, "el profesional de la salud debe ofrecer la información disponible, no generar falsas expectativas y no dejarse arrastrar por la presión de los periodistas".
Por lo que se refiere a la prensa, "todos los profesionales que se dedican a la información sanitaria necesitan formación específica", ha señalado la experta, a lo que ha añadido que el tratamiento de la información ha de ser riguroso y ha de tener en cuenta el impacto de sus informaciones puesto que la comunicación sanitaria es una "potentísima" herramienta de conducta individual y colectiva.
"El futuro exige estrategias de colaboración entre los dos centros para mejorar la especialización y la formación de los estudiantes", ha subrayado la decana de Facultad de Ciencias de la Información. En esta línea, aunque algunos expertos, como el profesor Prieto, han indicado que "patinaríamos si intentáramos hacer un máster, porque los medios con los que contamos en la actualidad no son los más adecuados", la idea de monográficos o jornadas en las que se aborden estas competencias sí son bienvenidas para el próximo curso y "pueden encaminarnos a objetivos más ambiciosos", como ha especificado el profesor Prieto.
Ya en el debate han surgido temas como la competitividad entre los medios de comunicación, la necesidad de dar la noticia antes que cualquier otro medio, y los escasos plazos que existen para poder contrastar las informaciones por parte de los periodistas, "algo que se solucionaría si existiera un portavoz por institución para poder facilitar la labor del periodista o si un organismo oficial como el Ministerio pudiera canalizar las preguntas ante determinadas situaciones", como ha apuntado el profesor Prieto. En este sentido, el profesor Manuel Díaz‐Rubio ha priorizado la seguridad científica por encima de la inmediatez de la noticia. También han señalado la necesidad de diferenciar entre información y publi-reportaje sanitario.
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