El 50 por ciento de los costes derivados de la diabetes es atribuible al tratamiento de la enfermedad en pacientes mayores
Oviedo (26-28/05/2012)
• Así se ha destacado en el 54 Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, en Oviedo, en el que se ha presentado el primer Consenso en el Tratamiento del paciente anciano diabético
• El 40 por ciento de los años de vida perdidos en pacientes diabéticos se debe a hábitos de vida no saludables: el 60 por ciento de estos pacientes no alcanza un control óptimo de la enfermedad, explica el doctor Javier Salvador, presidente de la SEEN
Los hábitos de vida actuales, sedentarismo, sobrepeso y obesidad, están repercutiendo en un aumento de la diabetes tipo 2 en todo el mundo, mientras que las complicaciones crónicas asociadas a un mal control de la enfermedad, como la retinopatía, la nefropatía y la neuropatía, siguen en aumento también en diabéticos tipo 1. "Se estima que la mitad de los afectados por diabetes padece retinopatía diabética, primera causa de ceguera legal en adultos, y la frecuencia del infarto de miocardio y trombosis cerebral es de dos a tres veces mayor en estos pacientes, al tiempo que la nefropatía diabética es responsable del 30 por ciento de las diálisis y trasplantes renales", asegura el doctor Javier Salvador, presidente de la SEEN. La diabetes es responsable de un 20 por ciento de las amputaciones de extremidades inferiores que se producen en España.
"Los datos indican que el 60 por ciento de estos pacientes no alcanza un control óptimo de la enfermedad", explica el doctor Salvador, quien destaca que "hasta el 40 por ciento de los años de vida perdidos en personas con diabetes son consecuencia de los hábitos de vida no saludables causantes de trastornos que merman la salud".
Junto a la prevención, los expertos hacen hincapié en la importancia del diagnóstico precoz de la diabetes tipo 2, con el fin de comenzar el tratamiento de la misma cuanto antes y evitar y/ o retrasar posibles complicaciones asociadas a un mal control glucémico. "Casi la mitad de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 ya tienen al menos una complicación asociada a un mal control de la glucemia en el momento del diagnóstico de la diabetes tipo 2", explica el doctor Martín López de la Torre, coordinador del Grupo en Diabetes de la SEEN.
Facilitar la toma de decisiones
Con el fin de facilitar a los clínicos la toma de decisiones en este campo y mejorar la atención a los ancianos con diabetes en nuestro país, se ha llevado a cabo el primer Consenso en el Tratamiento del Paciente Anciano Diabético. "La población anciana es muy heterogénea e incluye a sujetos con muy diferente capacidad funcional y cognitiva, diversa cormobilidad y con muy diferente expectativa de vida", explica el doctor Gómez Huelgas, coordinador del Consenso. "Dependiendo de características, los objetivos del tratamiento de la diabetes pueden ser más o menos estrictos".
Sin embargo, los expertos destacan que la aparición y desarrollo de complicaciones asociadas al mal control es el condicionante más importante de la alteración de la calidad de vida y del gasto sanitario que se asocia a la diabetes. A este respecto, López de la Torre afirma que "el momento más importante para evitar las complicaciones es cuando éstas todavía no se conocen. Cuando la complicación se diagnostica, gran parte del daño es irreversible".
El control óptimo de la diabetes y la prevención de trastornos como la retinopatía, nefropatía... suponen beneficios no sólo para el propio paciente, sino también para el sistema sanitario. De hecho, el doctor López de la Torre asegura que "el coste estimado de una persona con diabetes supera los 2.000 euros/paciente/año cuando existen complicaciones micro y macrovasculares".
El estrés aumenta el riesgo de sobrepeso y obesidad
Por otra parte, la prevalencia de la obesidad mórbida (Índice de Masa Corporal-IMC > 40) está entre el dos y el tres por ciento de la población, pero si consideramos a todas las personas con obesidad grave que presentan IMC > 35, las tasas son de entre el siente y el diez por ciento, con una mayor representatividad en la zona sur (Extremadura, Andalucía, Albacete, Murcia), Galicia y Canarias. "Más de la mitad de la población adulta tiene problemas de sobrepeso Se trata de un problema de salud pública de primer orden, que se asocia a una gran comorbilidad y coste sociosanitario. Favorece la aparición de muchas enfermedades, como diabetes, hipertensión arterial, hiperlipemia, colelitiasis y apnea del sueño aparecen tres veces más en las personas con obesidad, mientras que la enfermedad coronaria, la artrosis y la gota se dan de dos a tres veces más", afirma el doctor Javier Salvador.
"Cuando se trata de obesidad mórbida, las complicaciones son más graves y se presentan en un periodo más reducido de tiempo", explica el doctor Albert Lecube, coordinador del Grupo de Trabajo de Obesidad de la SEEN (GOSEEN).
En la actualidad, los expertos, en su labor de conocer de forma exhaustiva los procesos que conllevan la ganancia de peso y la obesidad con el fin de encontrar tratamientos efectivos, analizan otros aspectos relacionados con este trastorno menos estudiados, como el estrés. Por este motivo, el estrés y la obesidad, así como otros aspectos etiopatogénicos de este trastorno, son uno de los temas que se está tratando en el 54 Congreso Nacional. Según José Antonio Cabranes, jefe de la Sección de Psiconeuroendocrinología del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid, "el estrés percibido como amenaza puede influir aumentando la ingesta de comida rica en azúcares y grasas, generalmente de forma compulsiva y con el fin de reducir la ansiedad generada, lo que incrementa el riesgo de aumentar el peso corporal hasta la obesidad".
En un porcentaje inferior de sujetos, las situaciones estresantes mantenidas provocan inapetencia o anorexia, generalmente con consecuencias menos importantes. En este sentido, se estima que ante una situación estresante percibida como amenaza, aproximadamente un 50 por ciento de las personas aumenta la ingesta, un 30 por ciento la disminuye y el 20 por ciento restante no modifica su patrón de comidas. "La relación viene dada por los mecanismos biológicos que pone en marcha la situación estresante, de tal forma que el aumento de glucocorticoides 'per se' provoca hiperfagia y cúmulo de grasa en el tejido adiposo visceral y también activa el cerebro emocional, circuitos de placer y de recompensa, relacionados con las propiedades hedónicas de la comida", explica el doctor Cabranes. A este respecto, según este experto, se ha comprobado que la motivación por obtener los efectos placenteros de la comida es un estimulo que puede ser más fuerte que las señales de saciedad, "por lo que la sobre-ingesta hedónica es muy importante en el desarrollo de obesidad".
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