VIDEOBLOG | Educación sanitaria
El paciente 'empoderado'
J.L. de la Serna. | J. Beneytez (vídeo) | Madrid
Actualizado lunes 07/05/2012 13:43 horas
La palabra empoderar viene el diccionario, no es un nuevo anglicismo derivado de empowerment. Está, por tanto, bien utilizada cuando se habla de pacientes. Quiere decir –claro está- apoderar, dar poder. Quizá es un eufemismo con el que se pretende hacer descender a algunos médicos que todavía están encaramados a su pedestal mientras que se pide a los enfermos que abandonen su permanente genuflexión ante una enfermedad y se levanten para participar mucho más de lo que lo han hecho hasta ahora en controlar una patología crónica.
Habrá quien crea que de lo que se trata es de cambiar paradigmas en un mundo dinámico o de atemperar reductos de poder anacrónicos en los tiempos que corren. Pero no es eso. Se trata de enfrentarse con sentido común a cinco problemas crónicos de enorme prevalencia. Las enfermedades vasculares –coronarias incluidas- el cáncer, la diabetes, la obesidad y la bronquitis crónica son las responsables del 80% de la carga sanitaria de cualquier país europeo. Antes de lo que creemos lo serán también de la mayoría de los países del planeta.
En todas esas patologías el paciente debe tener una buena capacidad de auto manejo. Jamás se podrá prescindir de la ayuda de un médico pero un paciente 'empoderado', con conocimiento sobre su enfermedad y sobre el tratamiento de la misma, tiene más posibilidades de seguir integrado en la sociedad y en el trabajo que un homólogo pasivo e ignorante sobre el problema de salud que llegue a padecer.
El concepto de paciente con poder circula ya en los Ministerios de Sanidad del Viejo Continente. Y eso es buena cosa. Sin embargo, habrá que reflexionar que hablando de poder y descartados la fuerza y el dinero, el poder viene del conocimiento. No habrá pacientes empoderados si no hay a su vez pacientes informados y formados. Ese es el desafío: implementar programas de educación sanitaria y promocionar la salud entre los ciudadanos.
De lo contrario, lo dicen los expertos, por mucho que se recorte, se financie y se gestione no habrá forma de apuntalar los sistemas sanitarios tan amenazados como los que tenemos.
Habrá quien crea que de lo que se trata es de cambiar paradigmas en un mundo dinámico o de atemperar reductos de poder anacrónicos en los tiempos que corren. Pero no es eso. Se trata de enfrentarse con sentido común a cinco problemas crónicos de enorme prevalencia. Las enfermedades vasculares –coronarias incluidas- el cáncer, la diabetes, la obesidad y la bronquitis crónica son las responsables del 80% de la carga sanitaria de cualquier país europeo. Antes de lo que creemos lo serán también de la mayoría de los países del planeta.
En todas esas patologías el paciente debe tener una buena capacidad de auto manejo. Jamás se podrá prescindir de la ayuda de un médico pero un paciente 'empoderado', con conocimiento sobre su enfermedad y sobre el tratamiento de la misma, tiene más posibilidades de seguir integrado en la sociedad y en el trabajo que un homólogo pasivo e ignorante sobre el problema de salud que llegue a padecer.
El concepto de paciente con poder circula ya en los Ministerios de Sanidad del Viejo Continente. Y eso es buena cosa. Sin embargo, habrá que reflexionar que hablando de poder y descartados la fuerza y el dinero, el poder viene del conocimiento. No habrá pacientes empoderados si no hay a su vez pacientes informados y formados. Ese es el desafío: implementar programas de educación sanitaria y promocionar la salud entre los ciudadanos.
De lo contrario, lo dicen los expertos, por mucho que se recorte, se financie y se gestione no habrá forma de apuntalar los sistemas sanitarios tan amenazados como los que tenemos.
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