ALEMANIA | Instituto de Tecnología
Desalinizar agua con la tecnología de los pañales de bebés
Hasta ahora se vienen utilizando técnicas de destilación y ósmosis para convertir en agua potable el agua del mar, pero resulta muy caro, entre tres y diez kilovatios por hora por cada metro cúbico de agua dulce que se obtiene, lo que hace inaccesible el sistema allí donde más se necesita, donde el agua es una cuestión de supervivencia. De ahí la importancia del nuevo proceso desarrollado por el Instituto de Tecnología de Alemania (KIT), una prensa de polímeros de bajo coste por la que ya se han interesado varias empresas.
El método desarrollado por Manfred Wilhelm y Johannes Höpfner en este instituto con sede en Karlsruhe, en el land de Baden-Württemberg, ha conseguido ya reducir en más de un tercio el contenido de sal del agua del mar, que contiene unos 35 gramos de cloruro de sodio por litro. "Nos servimos de un hidrogel que contiene partículas super absorbentes que funcionan como filtros. La sal se adhiere a ellas y va siendo eliminada.
Ahora estamos volcados en el perfeccionamiento de ese gel y en la optimización del proceso de partículas", explica Johannes Höpfner, convencido de que este sistema permitirá pronto acceso al agua potable a zonas económica y sanitariamente marginadas. "Con acceso libre y barato al agua potable cambiaría el mapa geopolítico del mundo, tal y como lo conocemos hoy".
Las partículas súper absorbentes a las que se refiere son similares a las que usa la industria en la fabricación de pañales para bebés. Se utiliza un hidrogel con base en ácido acrílico, compuesto por polímeros con densidad de carga alta, lo que permite separar la sal del agua, enlazados en forma de bolitas que se hinchan en el líquido y son capaces de absorber 100 veces su masa.
"Al hincharse la red por efecto del agua, la densidad de carga se reduce y la sal penetra el material. Es en ese momento cuando la prensa invierte el proceso, presionando mecánicamente el hidrogel inflado con agua", describe Höpfner.
Hay grandes esperanzas en el proceso de perfeccionamiento que permita elevar el nivel de desalinización hasta que el agua pueda ser utilizada incluso en la mesa. "Tenemos que conseguir que la presión que ejerza la prensa sea menor y así el proceso requerirá de menos energía y resultará aún más barato. Y esto se consigue mediante una densidad química de carga y de red ideal de los hidrogeles", señala este alumno de doctorado que trabaja bajo la dirección del profesor Wilhelm.
"Las bolas de sal son muy duras porque los puntos de enlazado y de carga son muy estrechos y empleamos todavía mucha energía para exprimir el hidrogel", dice. "Estamos en pleno proceso de mediciones y hemos elaborado un proceso de simulación por ordenador, en colaboración con la Universidad de Stuttgart, que nos permite repetir el proceso una y otra vez de forma virtual, abaratando la investigación y acercándonos a los datos reales de energía necesaria para que el proceso funcione a gran escala, puesto que los experimentos reales solo podemos realizarlos con nuestro prototipo, una prensa de medio litro de agua", advierte. A mayor escala, consideran que el mecanismo puede ser movido por una rueda eólica
La investigación tiene fijadas metas a corto medio plazo, de forma que en una primera etapa aspiran a llegar a diez gramos de sal por litro, en una segunda fase a tres gramos y en una tercera a solo un gramo por litro, lo que la convierte ya en agua potable.
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