lunes, 7 de mayo de 2012

Geicam lamenta la dificultad de lograr financiación pública - DiarioMedico.com

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grupo de investigación en cáncer de mama

Geicam lamenta la dificultad de lograr financiación pública

Geicam ha hablado con diario médico y ha contado una historia, por el momento de final poco feliz, que afecta a los grupos cooperativos de investigación independiente. Por falta de reconocimiento legal apenas pueden acceder a fuentes de financiación pública.
José A. Plaza   |  07/05/2012 00:00


Cada vez es más difícil rascar dinero público en I+D. Pero no todo el mundo lo tiene igual de complicado; los grupos cooperativos de investigación independiente viven una travesía del desierto, según ha dicho a Diario Médico el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam).

Nacido en 1995, se creó como entidad sin ánimo de lucro y en 2003 se convirtió en asociación de interés público, para en 2009 convertirse en lo que es ahora, una fundación. Eva Carrasco, su directora científica, explica que el grupo se financia con ensayos clínicos y proyectos de investigación, y que la inmensa mayoría del dinero proviene de la industria farmacéutica.


Sólo un tres por ciento

Matizando, "más del 50 por ciento viene directamente de la industria", aunque otro 47 por ciento también se relaciona con las farmacéuticas: parte de grupos y estudios internacionales. Geicam contó el año pasado sólo con un tres por ciento de ingresos públicos: "También tenemos algo de financiación privada, pero en España apenas se lleva lo de las charities en investigación". Malo: la I+D biomédica no logra atraer esta fuente de financiación y, si no lo consigue el mayor grupo español, vinculado a algo con tanto tirón como el cáncer de mama, huelga decir cómo están los demás.

¿Por qué no accede Geicam a la financiación pública? Se trata de un problema de reconocimiento: "Grupos como el nuestro no están legalmente reconocidos como susceptibles de poder recibir becas públicas y privadas". Por ejemplo, el Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS), uno de los más recurrentes, "sólo atiende a proyectos surgidos en hospitales".

Carrasco aduce que los investigadores de Geicam pertenecen al ámbito hospitalario "pero no tienen relación contractual con el grupo. Así que, por ley, el dinero que gestiona el proyecto no puede ir a las arcas de Geicam y sí a un hospital".

La única beca a la que el grupo ha podido acceder, y esto supone una novedad con respecto a años anteriores, es la de investigación independiente del Ministerio de Sanidad. Gracias a ella, este año el tres por ciento de su financiación es pública (también goza de un cuatro por ciento privada). Peor fue en 2010: sólo un uno por ciento no provino de la industria. Fue dinero privado, porque ese año la aportación pública fue nula.
Carrasco no quiere exagerar y dice que el futuro no está en peligro. "En absoluto Geicam va a desaparecer. Proyectos hay, pero escasean y cada vez hay menos posibilidades". La crisis afecta a la industria, pero menos fuera de España: "A los grupos internacionales les va a seguir interesando que España participe en proyectos. La relación con la industria es muy interesante, pero nos gustaría hacer más investigación al margen". Combinar ambas fuentes sería lo ideal, "pero la investigación académica se está quedando atrás".


¿Ayuda ministerial?

Se buscan soluciones. Natividad Calvente, jefa de área de la Unidad de subvenciones para la investigación de la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, lo ha intentado: "Nos ha comentado que las ayudas a la investigación independiente, que suponen unos 21 millones este año, se mantienen invariables con respecto a 2011 porque son una prioridad del Gobierno". Su departamento ministerial "está intentando introducir cláusulas para engancharnos", pero desde Geicam saben que, sin cambios legislativos,  una auditoría bastaría para que "no pasáramos el filtro".

Por proponer, que no quede. Geicam solicita respaldo legal para poder ser evaluado "en base a un régimen de mérito y capacidad científica que otorgue un acreditación equiparable a la de otros centros públicos de investigación".

La idea es simple: poder competir". Pero como a perro flaco todo son pulgas, Carrasco habla de lluvia sobre mojado: "La financiación en ensayos clínicos falla. La beca del ministerio es para dos años y en ese tiempo debes dar resultados, pero es imposible". Y sigue: "Hacienda no ayuda, todo va en contra, se suman las cargas burocráticas..." En definitiva, qué difícil. 

LA RELACIÓN CON CAIBER

Eva Carrasco echa en falta una figura que actúe en España como el Instituto Nacional del Cáncer estadounidense, que financia hasta el 60 por ciento de trabajos de grupos que demuestran excelencia: "Lo que más se podría parecer es la beca del Ministerio de Sanidad sobre estudios independientes, y en absoluto es comparable". Una vía de mejora podría vincularse con los Centros de Investigación Biomédica en Red (Ciber) y con la Plataforma Española de Ensayos Clínicos (Caiber). Con ésta última "acabamos de firmar un acuerdo. Nos ayudarán no dando dinero, pero sí gestionando la labor hospitalaria en un ensayo. En el futuro deberemos limar asperezas". Y es que, cuando se creó Caiber, existieron algunos roces, que también alcanzaron a la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), pero "todo vino no por ellos, sino por la falta de reconocimiento de nuestros grupos: se intentó crear algo sin contar con lo que ya existía". Ahora la relación mejora día a día.

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