Opinión
Que se globalice la solidaridad
Cada vez que un tema como la donación de órganos o cualquier otra temática social se convierte en noticia, se hace visible y eso, a su vez, genera una reflexión en toda la comunidad. Más aún si la noticia está relacionada con las nuevas tecnologías: de esta manera se difunde más y se genera más reflexión.
¿Cómo se da esta transformación? Por ejemplo, que cada vez que haga falta un donante de médula ósea, aparezca un donante de médula ósea. En este caso particular, en la Argentina hay más de 6000 personas que necesitan un trasplante y más de 75.000 en hispanoamérica. Ahora bien, imaginar que el tema se visibilice en millones de usuarios en Facebook va a generar como consecuencia más reflexión y más trasplantes.
En la Argentina, donde la ley es muy bien considerada académicamente, somos todos donantes salvo algunos que decidieron no serlo. Pero por supuesto que, aun en esta situación positiva, pensar en la posibilidad de que el otro pueda estar mejor le da la bienvenida a la nueva tecnología.
De todas maneras, hay un momento en que la tecnología tiene un límite. Cuando hay que dejar el teclado y llevar una frazada al que está en la calle; cuando hay que dejar el teclado e ir a donar sangre.
En la Argentina, el año pasado se batió el récord histórico de donaciones de órganos. Y una de las razones de ese logro fue que esta temática se instaló en las redes sociales: se instaló en Facebook, en Twitter, en Google+.
Nosotros ya lo comprobamos como país. Y nuestra tendencia como comunidad argentina es muy buena. Pero bienvenido Facebook: que se globalice la tecnología, pero que también se globalice la solidaridad.
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