“Hay un mercado negro de muerte digna: cobran para desconectar”
Por Florencia Halfon-Laksman
El legislador es autor de un proyecto que contempla, además, los cuidados paliativos y la eutanasia. “Hay intereses para que todo siga igual”, dijo, en alusión a las farmacéuticas y las clínicas que mantienen a los pacientes con vida.
Cada vez hay más situaciones de pacientes agónicos desamparados, frente a una enfermedad terminal, que no tienen ninguna salida médica ni progreso posible, y esas situaciones van a terminar inexorablemente en la muerte”, detalló a Tiempo Argentino el legislador Samuel Cabanchik (del monobloque Proyecto Buenos Aires Federal).
Cada vez hay más situaciones de pacientes agónicos desamparados, frente a una enfermedad terminal, que no tienen ninguna salida médica ni progreso posible, y esas situaciones van a terminar inexorablemente en la muerte”, detalló a Tiempo Argentino el legislador Samuel Cabanchik (del monobloque Proyecto Buenos Aires Federal).
Un día después de que un grupo de especialistas expusiera en el Senado sobre muerte digna, cuidados paliativos y ensañamiento terapéutico, el senador nacional Cabanchik, autor del proyecto de ley que contempla esas tres circunstancias, explicó a este diario la importancia del debate y anticipó que buscará obtener dictamen de comisiones para que pueda tratarse este año en el recinto. “Me han llegado noticias de que hay un mercado negro de muerte digna”, declaró.
–¿Por qué hay cada vez más casos?
–Es a raíz de que la tecnología y farmacología son más evolucionadas para prolongar la vida, aun en circunstancias terminales. Las salas de terapia están llenas. Se han conocido algunos casos resonantes pero es más cotidiano de lo que se cree. Por eso hace falta una mayor claridad en la legislación, para ayudar a médicos, pacientes y familiares.
–¿Se puede unificar su proyecto con los otros cinco que hay en el Senado?
–Desde luego. Nuestro proyecto es integral y los otros son parciales: algunos crean el registro de voluntad vital anticipada, que es un capítulo del nuestro, otro define muy bien la cuestión de los cuidados paliativos (ver aparte) y el nuestro podría enriquecerse con eso. Yo creo que hay que hacer una nueva ley porque se está especificando un tramo de la vida y ahí se generan derechos y responsabilidades que no están en la ley actual.
–Una de las observaciones apunta a cambiar también el Código Penal para reglamentar el trabajo de los médicos en casos de muerte digna.
–Si la ley estuviera vigente, esas causas igual serían de dudosa penalización. Nadie podría acusar a un médico que llevó a un paciente a cuidados paliativos y lo desconectó del respirador artificial cuando el paciente se expresó en ese sentido. Igual se podría estudiar la modificación del Código Penal porque lo que abunda no daña.
–También había preocupación en torno a diferenciar la muerte digna de la eutanasia.
–Es importante aclarar la diferencia. Esto no tiene nada que ver con la eutanasia, que es para acciones que acorten la vida. La muerte digna implica que un paciente o su familia puedan pedir retirar el soporte vital cuando ya no hay cura para ese mal terminal y el sufrimiento es agudo. También puede decidirse lo contrario: estar conectado hasta ver si la ciencia encuentra otra solución.
–¿Con qué otras objeciones se encontraron?
–Mi balance de la reunión en el Senado es muy positivo. Hubo algunas objeciones vinculadas sobre todo a temores o actitudes dogmáticas, pero fueron minoritarias. La mayoría fue coincidente en celebrar la discusión. Todos estuvieron de acuerdo con legislar los cuidados paliativos, por ejemplo. Los temores son legítimos y apuntan a que el texto sea claro. También es legítima la concepción de la medicina combinada con una cuestión de fe: mantener la vida hasta último momento, esperando a que ocurra el milagro. Pero también hay usos ideológicos de aparentes argumentos para mantener intereses determinados. Incluso intereses materiales. Supongo que los que facturan los fármacos que se usan para mantener con vida a una persona y el aparataje y las salas de terapia, deben estar a favor de que todo siga igual. Me han llegado noticias de que hay hasta un mercado negro de muerte digna. Es gente que aconseja retirar a un paciente de su internación y llevarlo a otro lugar donde le cobran para desconectarlo.
–¿Cuál es ahora el camino del proyecto para llegar al recinto?
–Me da la impresión de que en noviembre podemos tener media sanción. Los asesores ya comenzaron un ajuste entre los proyectos. Vamos a seguir con un proyecto de dictamen y tratar de consensuarlo. No creo que antes de las elecciones podamos reunir a las comisiones pero tendremos todo el mes de noviembre para sacar un dictamen. Si es de mayoría, vamos a ir directo al recinto. Creo que no va a tener sentido que haya dos dictámenes.
Tiempo Argentino - 29/09/11